Entrevista a Érika Montecinos

«Marielle Franco era una mujer peligrosa para el sistema»: Agrupación Rompiendo el Silencio sobre asesinato de concejala brasileña

“Yo creo que esto demuestra cómo está desatado este abuso y cómo las organizaciones sociales y civiles tienen que unirse más, hacer frente y lograr que cambien las cosas”, afirma la coordinadora de la agrupación lésbica chilena. Por Felipe Menares Velásquez

Un brutal asesinato tuvo lugar durante la noche del miércoles 14 de marzo en las calles céntricas de Río de Janeiro. La concejala de esa ciudad, Marielle Franco (38), viajaba en un automóvil luego de participar en un encuentro con jóvenes negras, cuando fue interceptada por otro vehículo, desde cuyo interior dispararon reiteradamente, asesinando a la política y al conductor que la acompañaba. Una tercer ocupante, asesora de la militante del Partido Socialismo y Libertad, resultó herida.

Marielle Franco no solo era concejala de Río de Janeiro. También era activista por los derechos de las mujeres negras y de la comunidad LGBTI. Era lesbiana y madre de una joven de 19 años. Nació y creció en el peligroso complejo de favelas de la Maré, conocía de sobra los abusos policiales en los barrios pobres de la ciudad carioca, por lo que era una voz crítica de la decisión del gobierno brasileño de entregar al Ejército el control del orden público en la populosa ciudad.

En Chile, la coordinadora de la Agrupación Lésbica Rompiendo el Silencio, Érika Montecinos, ha seguido de cerca lo acontecido con la concejala Franco. En conversación con El Ciudadano, la periodista entrega su visión respecto del asesinato y de la violencia ejercida contra las mujeres en Chile y América Latina.

¿Por qué crees que mataron a Marielle?

No se sabe mucho hasta el momento. Por lo que leí en redes sociales, las balas que encontraron fueron examinadas y serían municiones que estaban en poder de la Policía Federal. Quizá eso nos podría dar un indicio de lo que está pasando en Brasil, en el contexto de abuso de poder que está ocurriendo en ese país con la derecha del gobierno de (Michel) Temer.

Ella era una mujer peligrosa para el sistema. Estamos hablando de una mujer política, una de las candidatas más votadas entre los concejales de Río de Janeiro; feminista, lesbiana y muy contestataria al poder. Ella estaba denunciando muchas cosas en el momento de su asesinato. Lógicamente que incomodaba y representaba una amenaza para este poder que está demasiado corrupto en ese país.

Érika Montecinos

Tomando en consideración algunas cualidades y antecedentes biográficos de Marielle Franco –mujer, negra, feminista, lesbiana, crítica de la violencia policial–, ¿qué mensaje intentan enviar los autores intelectuales de su asesinato?

Lógicamente que acallar esas voces, porque ella estaba denunciando este abuso de poder de la policía y sobre todo ahora que se descubrió que las balas pertenecían precisamente a la Policía Federal. Queda más que claro que la intención era acallar esa voz, castigar y dar a entender como una especie de ejemplo, como decir «no se metan con nosotros o les va a pasar esto». Lo que no se dan cuenta es que esto puede traer una ola mucho más grande.

Yo creo que esto demuestra cómo está desatado este abuso y cómo las organizaciones sociales y civiles tienen que unirse más, hacer frente y lograr que cambien las cosas.

En marzo de 2017, la reina de Carnaval de Río de Janeiro –Fran Petersen– sufrió ataques luego de anunciar que era lesbiana. ¿Ves en este hecho y en el crimen de Marielle Franco un intento por disciplinar o acallar las sexualidades disidentes?

No está claro que haya sido el motivo central del asesinato de Marielle, pero sí, su lucha política también era la lésbica. Por eso nosotras insistimos tanto desde nuestra Agrupación Lésbica Rompiendo el Silencio que no se tiene que invisibilizar su orientación sexual, porque también era su lucha política.

Con el caso de la reina de carnaval y ahora de Marielle, lógicamente que pesan bastante los crímenes lesbofóbicos y machistas que están ocurriendo y quedando en la impunidad. Eso es lo más terrible de todo y este poder no hace nada, le da lo mismo. En Chile tenemos el caso de Nicole Saavedra, que no era activista, pero era una joven lesbiana de 23 años, que fue torturada y asesinada en Limache. 

Entonces, estamos hablando de que mientras más visibilidad tengamos nosotras, mientras más políticas seamos y estemos irrumpiendo en el poder, más violencia vamos a recibir, porque el patriarcado no resiste que las sexualidades disidentes se expresen. Les acomodaba mucho más cuando nosotras estábamos totalmente invisibilizadas, supuestamente, viviendo nuestra sexualidad entre cuatro paredes; pero ahora nos estamos empoderando, no solo las lesbianas, las trans y las traves también. Están entrando a la política, están cuestionando y siendo críticas y eso al poder lo desestructura, porque ¿quiénes tienen el poder? Hombres blancos, heterosexuales, que no quieren que cambien las cosas. Lamentablemente, estamos expuestas a tiempos difíciles, pero la unión entre todas hace la fuerza.

Hace dos años mataron a Berta Cáceres en Honduras. Días atrás, organizaciones solicitaron al Ministerio Público que investigue el posible asesinato de Macarena Valdés. ¿Qué está sucediendo en América Latina que terminan siendo asesinadas activistas por distintas causas?

El Estado policial se está manifestando en los crímenes y matanzas de estas activistas. Es tan evidente el descaro y el abuso que hay con el pueblo Mapuche, también a nivel ambiental con estas grandes empresas que abusan de la tierra, que aparecen estas personas resistiendo, tratando de enfrentar a estos aparatos gigantes y se encuentran con que solamente pueden ser acalladas mediante el crimen y el asesinato.

Eso demuestra que el Estado policial está sumamente vigente. Puede ser cualquiera quien se levante mañana contra estas grandes estructuras y la respuesta es esa, porque no tienen otra, porque la única manera de controlar es el miedo que quieren generar.

Es como lo que decía la gente de derecha en dictadura sobre los detenidos desaparecidos: «¿para qué se metieron en eso?”. Es lo que quieren lograr, que uno no esté activa, sino que estemos en casita, tranquilas. Yo también me considero defensora de los derechos humanos y también corremos esos riesgos cuando hablamos «de más» y cuando nuestros discursos son seguidos por mucha gente y son viralizados. Entonces, ya empieza a incomodar al poder.

Los casos de Joane Florvil, Nabila Riffo, la jueza Karen Atala y de Litzy Odalis constituyen episodios de violencia contra mujeres ocurridos en Chile. ¿Cómo trabaja la violencia contra las mujeres cuando se cruzan distintas identidades?

Yo creo que se suma todo. Hay un elemento de clase, porque estamos hablando de mujeres pobres. Estamos hablando de mujeres que no son blancas. Todo lo que molesta al sistema está confluido en todas esas mujeres. Una mujer trans, que obviamente no representa el ideal de mujer heterosexual que tiene este sistema: maternidad, hijos y todo el asunto… Todos esos crímenes vienen de ese odio irracional.

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