El colombiano criado en EE. UU. cayó por no investigar

Un falso príncipe saudí fue descubierto por comer carne de cerdo

Tras hacerse millonario a través de la estafa, el colombiano hacía alarde de sus joyas y riquezas por Instagram

Por Isailen Piñango

10/07/2018

Publicado en

Diversidad

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Este martes, fue desenmascarado un estafador que durante 20 años se hizo pasar por un príncipe saudí. Quien lo descubrió fue una de sus víctimas, un inversionista de Miami, luego de verlo comiendo carne de cerdo. El «Sultán Bin Khalid Al-Saud», como se hacía llamar, es Anthony Gignac, oriundo de Colombia y adoptado por una pareja de Michigan, Estados Unidos.

Su más reciente caso de estafa, el cual no pudo concretar, comenzó en marzo de 2017, cuando simuló estar interesado en invertir cientos de millones de dólares en el histórico Hotel Fontainebleau de Miami Beach, en Florida (sur de EE. UU.) que había sido renovado y ampliado por el urbanizador Jeffrey Soffer, de la empresa Turnberry Associates.

En mayo de 2017, tuvo su primer encuentro con Soffer y fue invitado al Fountainebleau, sitio al que llegó montado en un Ferrari California 2016, que portaba supuestas placas diplomáticas, aunque luego se reveló que las había comprado en eBay.

Una vida de millonario

Gignac publicaba su lujoso estilo de vida en su cuenta en Instagram, en la que se identificaba como @princedubai_07, pero todo cambió en agosto del año pasado, cuando invitó a Soffer a su lujoso apartamento en la exclusiva Fisher Island, en la Bahía de Biscayne de Miami.

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Durante la visita, el  «príncipe» impostor le mostró una carta supuestamente emitida por el Bank of Dubai, que garantizaba la disponibilidad de 600 millones de dólares para invertir en el Hotel y dos autos de lujo que tenía en el estacionamiento, ambos con placas diplomáticas falsas.

Gignac y Soffer volaron a Aspen -condado de Pitkin-, donde el empresario le regaló al «príncipe» una pulsera Cartier valorada en decenas de miles de dólares.

Lo que nunca se espero Gignac es que en esos encuentros, Soffer se percató de que el supuesto sultán “comía con naturalidad tocineta y cerdo”, algo que un príncipe musulmán devoto no podría hacer.

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