Acueducto Argentina-Chile (en Lago Buenos Aires/General Carrera) es oportunidad para integrar la cuenca

Miriam Chible indicó que hasta ahora lo que hace Argentina también lo hacemos al interior de nuestro país: avanzar sin preguntarle al que también depende de determinados recursos naturales.

“Y qué hablar de la evaluación de impactos ecosistémicos, sociales, económicos de los otros… Debemos ir terminando con la práctica de intervenir ecosistemas en pos del mal llamado desarrollo sin una responsabilidad intergeneracional y ecosistémica que estamos obligados a tener”indicó.

Como una oportunidad calificó la presidenta de la Corporación Costa Carrera, Miriam Chible Contreras, la preocupación que se ha generado en la región ante el anuncio del gobierno argentino de extraer agua en forma intensiva de cuenca compartida Buenos Aires/General Carrera.  En nuestro país se ha informado que de no someterse esta decisión a consulta con el Estado de Chile conllevaría un incumplimiento del Tratado de Medio Ambiente y el Protocolo sobre Recursos Hídricos Compartidos

La empresaria regional indicó que “el debate público sobre el proyecto del mega acueducto nos entrega luces sobre la necesidad de entender y relacionarnos con la cuenca del General Carrera como un todo”.

En su opinión solo por el acuerdo de dos países este gran cuerpo de agua tiene fronteras, sin embargo la realidad es que la naturaleza no hace diferencias.  “Lo que siempre hay que tener presente es que el lago Buenos Aires/General Carrera se alimenta de glaciares y recibe desde diversos ecosistemas sus minerales, sales y nutrientes que permiten la subsistencia de muchas comunidades y ecosistemas, tanto en Chile como en Argentina” expresó.

En este sentido recalcó que es tarea de los actores locales, quienes viven o desarrollan actividades de diverso tipo en el territorio, participar en las decisiones que se adopten.  Y no ser impuestas verticalmente, como muchas veces ocurre.

“Más allá de profundizar una especie de patriotismo sobre los límites y fronteras, veamos cómo nos encargamos armoniosa y pacíficamente de cuidar este preciado cuerpo de agua, para que nos siga proveyendo no sólo a nosotros sino a cada generación que viene detrás”.

Al respecto recordó que el Estado ha desperdiciado en el pasado múltiples oportunidades para proteger definitivamente el legado del lago General Carrera, cuando se han impulsado desde el nivel central iniciativas que han amenazado su pureza y el equilibrio de las aguas de la cuenca. Nombró entre ellas la salmonicultura, las represas o la propia minería, siendo esta última ya una realidad que aunque ha significado un aporte en empleo está dejando un pasivo ambiental importante principalmente producto de sus relaves.

Por ello, indicó, Chile hoy tiene “la oportunidad de trabajar colectivamente la zona de interés turístico (ZOIT).  Podemos ponernos de acuerdo.  Y eso es fundamental porque las señales que nos da el planeta a través del cambio climático son que debemos ir terminando con la práctica de intervenir ecosistemas en los acuíferos, el mar o la tierra en pos del mal llamado desarrollo sin una responsabilidad intergeneracional y ecosistémica que estamos obligados a tener”.

Por eso “debemos poner atención a lo que se está proponiendo, pero sin entrar en un chovinismo exacerbado, toda vez que lo que hace Argentina también lo hacemos al interior de nuestro país: avanzar sin preguntarle al que también depende de determinados recursos naturales. Y qué hablar de la evaluación de impactos ecosistémicos, sociales, económicos de los otros”.

Entonces, concluyó, “es necesario comenzar a conversar sobre estos temas cuando se habla del verdadero desarrollo.  Porque sin duda también para la sostenibilidad de los negocios de esta nueva era, es de seriedad y responsabilidad incorporar esta mirada”.