Carta Ciudadana: En nueve años jubilo

Nací en 1962, tengo 51 años, estudié y he trabajado, tal como lo vi en mis abuelos y en mis padres

Nací en 1962, tengo 51 años, estudié y he trabajado, tal como lo vi en mis abuelos y en mis padres. Trabajé como Bióloga y además como Pedagoga, en esta última actividad tuve muchas satisfacciones y aplausos, flores para el día del profesor y algunos reconocimientos especiales por hacer las cosas como yo creía que se debían hacer. Ya me siento cansada, no creo que sea por flojera, sino más bien porque por muchos años he trabajado casi 16 horas diarias. Cuando se trabaja en educación, no es solo la clase o la asistencia a los consejos de profesores, reuniones de apoderados , sino , todo lo demás que hay que trabajar en casa – en las horas de descanso -. Es decir llenar un montón de formularios y papeles que difícilmente alguien lee,preparar las clases, hacer los power point, preparar las pruebas y luego corregirlas, hacer las pautas de corrección para trabajos de búsqueda de Información bibliográfica y luego revisar, y todo ese trabajo se realiza en el hogar.

La verdad es que mi trabajo como profesora me ha encantado y el de bióloga también, son parte de mis pasiones y lo que ha hecho que mi vida se llene de alegrías y tenga sentido.

Pero hoy tengo 51 años, hace 8 años, cuando yo tenía 43 años y mi esposo 49, recién pude optar a tener un contrato indefinido y por lo tanto pude optar junto a mi amado esposo, a tener la casa propia. Encontramos una casa de madera en Concón,a pocas cuadras de la playa, la cual nos costó 30 millones de peso. Mucha gente me dijo que estaba muy barata y que me había encontrado a “la virgen atada en un pañuelo”, debe ser que me dicen que tuve suerte. Sí, la verdad es que me encanta mi casa, le he opuestos mosaicos en la terraza, mi esposo ha arreglado un jardín de cactus hermoso, la pintamos de color blanco por fuera, le hemos puesto más ventanas para que entre la luz del sol y hemos cuidado cada detalle,porque esperamos sean la morada donde viviremos nuestros años dorados y los últimos. Cuando pedimos el préstamo para comprar la casa, acudimos al Banco Estado (-que por cierto, es de todos los chilenos – nos prestaron los 30 millones de pesos, pero nos dijeron que no nos podían dar el crédito a 20 años y tenía que ser a 30 años porque nuestros sueldos no alcanzaban para un dividendo tan alto. La situación la aceptamos ynos vinimos muy felices a nuestra casa- al menos creemos que es nuestra y no del Banco.

Actualmente pagamos un dividendo de $244.000 pesos mensuales, nos alcanza con algunas dificultades pero podemos pagarlo. Hemos pagado durante 8 años nuestra casa una suma sobre 18 millones de pesos y ahora la deuda es de 35 millones!!!!! A mí las matemáticas no me cuadran.

Pero hoy día tengo 51 años y mi esposo está pronto a cumplir 56 – si, aún somos jóvenes para nuestros padres y ya viejos para nuestros hijos. Hemos recibidos cartas de las AFP de donde nos sacan cada mes partes de nuestro sueldo, es decir, de nuestro trabajo y de nuestro esfuerzo, y nos dicen que cada uno de nosotros va a obtener una jubilación de $120.000 y por solo 12 años. En 9 años más jubilaremos los dos y nos llegará una pensión de $ 240.000 pesos y nuestro dividendo hoy es de $244.000..…. le tengo terror a la pobreza.

Si esta no es la peor forma de agresión a los trabajadores de este país ¿qué es?

Recuerdo que cuando mis abuelos jubilaron les dieron una indemnización, creo que se llamaba desahucio y se compararon un auto, salían a pasear en las mañanas, en las tardes, al fin podían estar juntos sus últimos años,incluso el sueldo les alcanzaba para invitarnos a pasar con ellos todo el verano. Mi padre era funcionario público y recuerdo que compró una casa Empart, porque antes las cajas de previsión construían casa para sus imponentes y eran de muy buena calidad.

¿Pero que nos queda a nosotros?, solo la pobreza, la indigencia ya que además el Banco Estado -que es de todos los chilenos- nos quitará nuestra casa.

Hemos conversado largamente con mi esposo la situación y lo que nos queda es que en el año 2022, es decir, en 9 años más debamos tomar una decisión atroz, el suicidio, porque después de tantos años,sólo nos quedaran años de sufrimientos, viviendo en el peor de los abandonos económicos, nuestro mes a mes será en negativo y esa situación no es vida.

Esto es una realidad tan cierta como que después del día existe la noche y nosotros ya estamos en el atardecer. Esta es una realidad que se gestó por la inmoralidad de los que lucran con la pobreza de otros, es una inmoralidad de los dueños de las AFP que saben claramente que le están haciendo a los chilenos cada día, es una inmoralidad por parte del gobierno, porque no cuida al pueblo de Chile, solo cuida a los grupos económicos y poderosos. Son inmorales porque causan daño en forma consciente, disfrazan de democracia una institucionalidad que atenta con la integridad física y psicológica del pueblo chileno, y es, ese pueblo que ha votado por ellos!!!

or estas razones nosotros, los que ya cruzamos el medio día, no podemos esperar, como alguien decía por allí “los pobres no pueden esperar”. Ya no le puedo creer a la señora Michelle, lamentablemente, no hicieron nada en estos años y no la he escuchado hablar de cambios en el modelo previsional. Hoy día tenemos una sola opción creíble y esa opción es Marcel Claude, que con tanta claridad nos ha demostrado que se debe volver al sistema de reparto, como era antes. Hoy día Marcel, brilla como una lucecita de esperanza para todos los que quedaremos desamparados en unos años, para los estudiantes del futuro, para los enfermos, y es por eso que les pido a todos que se sumen, porque junto a él podremos recuperar lo que nos han robado durante tantos años.

Por María Verónica Andrade Oyarzún
MgSc. Ciencias Biológicas con Mención en Ecología y Sistemática 

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