El alto IPC de agosto y las consecuencias para el pueblo trabajador

Durante la semana se conocieron los resultados del Índice de Precios al Consumidor (IPC) del mes de agosto el cual se habría anotado con una alza del 0,7% por sobre las proyecciones que oscilaban entre el 0,4 y 0,5%.

Sin duda esto alarmó a parte de la burguesía local desde el Banco Central hasta la SOFOFA, quienes se mostraron preocupados por el alza. Es decir la inflación en el país sigue aumentando pasando de una acumulación 4,6% a 5% en los últimos doce meses, lo que se traduce en un alza de los precios locales, es más los números superan lo que se esperaba el Banco Central en su último Informe de Política Monetaria (Ipom) donde proyectaban que el 2015 cerraría con una inflación del 3,4%-en junio- y el cálculo se disparó en un 4,6%.

Por lo tanto la tasa de inflación ha superado las proyecciones de los economistas, donde ya se da por sentado que durante este año y el próximo estará por sobre el 4% para recién tomar el curso que esperan de un 3% para el año 2017. Al mismo tiempo el presidente de la SOFOFA, Hermann von Mühlenbrock se sumó a las palabras del banco planteando que para el próximo año se deberían venir políticas más austeras para tener una economía más sana, tratando de ponerse el parche de buen samaritano mostrando el efecto negativo que tendrá en las personas las continuas alzas que se refleja en su poder adquisitivo que han bajado un 0,7%, pero en verdad lo que le preocupa es que eso pueda afectar la inversión de las empresas.

Pero a quienes realmente afecta el aumento del IPC y el alza continua de la inflación es al pueblo trabajador, donde los sectores más pobres registran un aumento del 5,6% del IPC posicionándose 1,1% por sobre el de los sectores acomodados.

¿Por qué es expresión de consecuencias negativas para la clase obrera? porque un aumento del IPC significa un aumento en el costo de la vida, aumento en las canastas familiares, es decir, un alza en los bienes y servicios que consumen los hogares de las familias obreras, por lo tanto los salarios cubren cada vez menos las necesidades más básicas como el alimento.

Mientras los empresarios ven en la inflación un riesgo para seguir aumentando sus inversiones por posibles ineficiencias e irregularidades en el mercado, esto para los trabajadores significa más hambre -no porque el patrón sea sostén de cada obrero- e incluso el riesgo de sus puestos de trabajos, porque a menor inversiones los patrones comienza a hablar de reducciones de costos en materias de producción porque la accesibilidad al consumo se pude hacer más difícil, y así las reducciones significan ralentizar la producción con la cual los patrones descargan con desvinculaciones a los trabajadores.

Martín López

Vía: http://www.laizquierdadiario.cl