Estudio dice que Wal-Mart puede aumentar sueldos sin subir sus precios

En abril, el Centro para Investigaciones Laborales y Educación de la Universidad de California, hizo público un estudio demostrando que un aumento del 50% de los salarios de los trabajadores de Wal-Mart en Estados Unidos ayudará a 370 mil de sus empleados salir de la pobreza en que viven, aumentando sus precios menos de un  […]

Por Cesarius

15/06/2011

Publicado en

Economí­a / Portada

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En abril, el Centro para Investigaciones Laborales y Educación de la Universidad de California, hizo público un estudio demostrando que un aumento del 50% de los salarios de los trabajadores de Wal-Mart en Estados Unidos ayudará a 370 mil de sus empleados salir de la pobreza en que viven, aumentando sus precios menos de un  1,1%.

En todo el mundo, Wal-Mart emplea 2,2 millones de personas, y es la diecinueve economía más grande del planeta. Eso se traduce en que los salarios y precios por los bienes que la empresa ofrece tienen un gran impacto en las economías locales y bienestar público.

Dan Fogleman, vocero de Wal-Mart en Estados Unidos, dijo que la empresa ya ofrece buenos salarios, y en muchos casos mejores que los de su competencia: “En Wal-Mart, creamos trabajos con sueldos y beneficios competitivos, y la oportunidad de empezar una carrera”.

Wal-Mart Chile declinó la opción de hacer comentarios.

En Chile, muchos de los empleados de Wal-Mart ganan el salario mínimo (172 mil pesos mensuales). “Con todo lo que tenemos que hacer, igual (el sueldo) es malo,” dijo una empleada de Ekono que prefiere el anonimato por miedo a represalias.

Los empleados de Ekono, de propiedad de Wal-Mart en Chile, hicieron una huelga en marzo pasado por reivindicaciones salariales. Sin embargo, después de veinte días de paro se rompió y los trabajadores regresaron a sus labores con un aumento de mil pesos por mes más, menos de un décimo de lo que pedían.

“Te pagan el sueldo mínimo con bonos fijos, cada mes, de treinta a cincuenta mil, pero son fáciles a perder. Por ejemplo, si llegas tarde un día o si te enfermas y no puedes venir al trabajo, pierdes el bono”, dijo Luis Méndez, dirigente del sindicato de trabajadores de Ekono.

“Todo lo que hacemos, está impulsado por una gran misión: Ahorrarle dinero a nuestros clientes, para que puedan vivir mejor”, es el lema oficial de Wal-Mart. Sin embargo, sus detractores dicen que, en verdad hace un efecto inverso sobre las economías locales.

En 2007 se publicó un estudio que demostró que en Estados Unidos por cada dos trabajos que crea Wal-Mart, la economía local pierde tres a causa de despidos y cierres de negocios cercanos.

En otro estudio, analizaron los afectos de abrir una tienda de Wal-Mart en una comunidad estadounidense, y se encontró que abrir una sola tienda de Wal-Mart en un condado bajó los salarios de las tiendas de detalle entre 0,5 y 0,9 por ciento, y los salarios de tiendas de comestibles bajaron cerca del 1,5 por ciento.

Una vez que las tiendas de Wal-Mart entran en una comunidad, los negocios locales tienen que competir por bajar los precios, pero también lo hacen bajando los salarios y otros costos. Muchos cierran o despiden trabajadores, lo que resulta en que la actividad económica se ve disminuida.

En Chicago, Economía Civil (Civic Economics), una firma privada, estudió el impacto económico de diez negocios locales en comparación de sus competidores de cadenas y encontró que por cada U$D100 gastados en cadenas nacionales, en promedio, sólo U$D43 quedan en la actividad económica local, y de cada U$D100 gastados en negocios locales se generan U$D68 para actividad económica local.

Por otro lado, Zachary Courser, un cientista político que escribe en favor de Wal-Mart, sostiene que la empresa es innovadora y que “al fin y al cabo son los consumidores quienes ganan los beneficios de la conveniencia y la elección”. A causa de la competencia, los pequeños negociantes son forzados a adaptarse a una nueva manera de administrar su negocio o cerrar.

En Santiago, las reacciones de negociantes alrededor de un Ekono fueron variadas. Algunos dijeron que su llegada no cambió nada, otros contaron historias de negocios que tuvieron que cerrar, los que sufrieron más fueron almacenes o verdulerías.

Un residente local de Ñuñoa (Santiago) contó que “después de que abrió el supermercado grande, cerraron los negocios pequeños alrededor: Una verdulería, un almacén, y una farmacia. Al principio los precios fueron muy bajos, pero después de un tiempo, subieron y ahora son casi iguales que en los otros lugares”, seña de que la competencia es desleal con los pequeños comerciantes.

Por Megan Sallomi

El Ciudadano

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