La brecha entre ricos y pobres sigue aumentando, según un informe de la OCDE. El crecimiento económico ha beneficiado de manera desproporcionada a los grupos con los ingresos más elevados, mientras que los hogares con menores ingresos cada vez presentan una situación más desfavorable. Сhile, México, Turquía, EE.UU. e Israel lideran esta estadística poco alentadora. Les siguen cuatro países europeos, incluido el Reino Unido, y el único representante asiático, Japón.
«En las últimas décadas el 40% de la población, principalmente el que tiene ingresos bajos y medianos, se ha beneficiado muy poco del crecimiento económico en muchos países. En términos reales, los ingresos de los trabajadores con bajos salarios han caído aún más. Cuando una parte tan grande de la población no se beneficia del crecimiento económico, se altera el tejido social de la sociedad y se debilita la confianza en las instituciones», indican los economistas de la OCDE.
La tendencia a la desaceleración en el crecimiento de las economías desarrolladas es causa de preocupación tanto entre economistas como entre gobiernos. Según la OCDE, la desigualdad progresiva de ingresos durante el período 1985-2005 ha causado una reducción del crecimiento acumulado desde 1990 hasta 2010 en un 4,7% del PIB en los países desarrollados. Asimismo, el documento indica que debido a esta situación a las personas que disponen de menores ingresos se les ha impedido desarrollar su potencial, lo que perjudica la economía en su conjunto.
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