El camino sembrado de flores : Chile

El futuro puede ser prospero para la izquierda en Chile, pues se ha venido cultivando nuestra sociedad para la construcción de un Chile más digno, en un trabajo que ha sido de largo aliento, a punta de asambleísmo en muchos casos, a punta de trawun y construcción de emancipación.

Por Director

24/07/2021

Publicado en

Chile / Editorial / Política / Portada

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Se ha esparcido sobre la Tierra, desde las regiones al centro, el espíritu del pueblo hecho pueblo organizado en una unión de fuerzas que tiene en su esencia formas socialistas, comunistas y anarquistas en sus ideales, pero cuyas praxis están débilmente desarrolladas, sobre todo en sus cúpulas, pues el abandonar prácticas culturales propias del neoliberalismo, es tarea no menor para una generación que nació en lógicas de competencia más que de cooperación.

La falta de prácticas mutualistas y de solidaridad son un problema que deben abordar los más de siete partidos políticos que hoy podemos situar a la izquierda del dial, prácticas que deben arraigarse desde las bases en la organización de Comuna, la comuna con asiento en el Municipio.

Pues, es desde el territorio y con los pueblos desde donde se inician las grandes transformaciones, como desde Recoleta lo ha hecho con una serie de obras más que con palabras: “DJ Pueblo”.

Un ritmo trans de transformación para revertir el modelo de la injusticia y la hiperacumulación capitalista, un colectivo trabajador, trabajadora bailando por su dignidad y lucha permanente por hacer de la sociedad más justa y solidaria, abriéndose los espacios públicos para la construcción de lo público con los pueblos en el territorio.

Jadue sembró flores en lo municipal, y su siembra floreció con decenas de municipios que han decidido implementar algunas de sus medidas a lo largo de Chile. Camila Vallejo lo hizo en su época estudiantil, luego en el  Parlamento y también sembró Gabriel Boric, quien la sucediera como Presidente de la Federación de Estudiantes de Chile.

Cada uno con sus aciertos y matices, pero cada uno de ell@s y much@s otr@s, incluso anónimamente, han venido contribuyendo a cultivar nuestra sociedad para la construcción de un Chile más digno, en un trabajo que ha sido de largo aliento, a punta de asambleísmo en muchos casos, a punta de trawun y construcción de emancipación.

Si miramos en retrospectiva y observamos cómo cambiaron los espacios de poder dentro de las Federaciones de Estudiantes en las últimas décadas, en regiones y en Santiago, podemos observar una antesala de lo que sucede en la arena política actual: la irrupción de nuevas fuerzas de izquierda más allá del Partido Comunista y que desde su emancipación, y luego junto a él, han terminado convergiendo para unirse las fuerzas desde la izquierda hacia el centro y sin acercarse mucho a él, en un nuevo campo gravitacional, para que el centro no vuelva a hacer de “agujero negro”.

A los actores más conocidos, pero igual de marginados por muchos años de los espacios de poder y toma de decisiones, se les han sumado, en los últimos meses, otra fuerza política que avanzando sin partido y con la puerta abierta de que los independientes puedan formar listas para la «Constituyente», lograron tomar valiosos escaños para impedir que la derecha controle un tercio de la Asamblea, en acto heroico; me refiero a la Lista del Pueblo.

Esta fuerza política huérfana de partido, o mejor dicho que en su esencia prefiere ser movimiento, una de las flores más hermosas que ha brotado en últimas décadas, no obstante, no tendrá, al parecer, las mismas garantías para llevar candidatos al parlamento como las tuvo en la elección de Convencionales, y ahí tiene un desafío por delante que, no tengo duda, ha de resolver.

Las decisiones que tome esta “flor de los siete colores” marcarán un antes y un después de la noche del 21 de noviembre de 2021, donde veremos si por primera vez la nueva fuerza gravitacional, el nuevo tercio, es el que pasa a la segunda vuelta, o esa papeleta estará nuevamente ocupada por aquel poder binominal que transó por años nuestras vidas y nuestro medioambiente.

Por Bruno Sommer Catalán

Fundador El Ciudadano

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