EDITORIAL:

«En Chile se encarcela la pobreza»: El caso de Bastián Arriagada, el joven que murió en el incendio de la cárcel de San Miguel

Tras la resolución de arresto domiciliario total en el caso de Cathy Barriga, a través de redes sociales se recordó a Bastián, joven de 22 años que murió durante el incendio de la cárcel de San Miguel, quien estaba en el recinto penitenciario cumpliendo una condena por vender CD´s piratas. En El Ciudadano recordamos su historia.

Por El Ciudadano

22/01/2024

Publicado en

Actualidad / Editorial / Portada

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Martes 16 de enero, y a las afueras del Centro de Justicia, un montón de cámaras están agolpadas mientras la exalcaldesa de Maipú, Cathy Barriga, intenta caminar entre gritos y expectación, ad portas de su formalización por fraude al Fisco -avaluado en 31 mil millones de pesos- y falsificación de instrumento público; delitos que habrían ocurrido durante su administración entre los años 2016 y 2021. Sin embargo, luego de tres días de audiencias, el Noveno Juzgado de Garantía de Santiago, resolvió que a pesar de la cantidad de antecedentes en contra de Barriga, la exedil quedaría bajo la medida cautelar de arresto domiciliario total, generando diversas críticas por la decisión del tribunal.

«En Chile se encarcela la pobreza», fue una las frases que más se repitió a través de redes sociales, la que era acompañada con la fotografía de un joven vestido con una polera roja y cabello oscuro. Su nombre: Bastián Arriagada, quien falleció durante el incendio de la cárcel de San Miguel, ocurrido en la madrugada del 8 de diciembre de 2010.

Según información publicada en medios de la época, Bastián tenía 22 años y era vendedor ambulante de San Bernardo, dedicándose específicamente a la venta de películas piratas, para ganarse la vida luego de abandonar su escolaridad en segundo medio, y apoyar económicamente a su familia. El día de la tragedia, el joven llevaba 27 días de reclusión en dicho recinto penitenciario, faltando solo 34 días para salir en libertad. Era considerado un reo primerizo, ya que, solo había estado en reclusión nocturna por piratería. Tras no asistir a firmar al tribunal, fue condenado a presidio efectivo por «infracción a la ley de propiedad intelectual», delito considerado menor.

Pero aquella anhelada libertad fue truncada. Bastián Arriagada murió por asfixia junto a otros 80 reclusos, mientras investigaciones posteriores revelaron que la cárcel de San Miguel posee una capacidad de 1.100 personas, pero aquella noche habían 1.924 encarcelados, siendo custodiados por 100 gendarmes quienes se dividían sus funciones entres tres turnos.

La resolución en el caso de Cathy Barriga (UDI), Penta o Martín Larraín, solo hace reflexionar respecto a que existe un tipo de «justicia para pobres y para ricos», en donde el poder puede determinar tu destino: La cárcel o vivir un arresto en la comodidad de tu hogar, mientras subes contenido a tus redes sociales. Si Bastián hubiera sido Cathy Barriga, ¿jamás habría pisado la cárcel? ¿Acaso vender películas piratas era más grave que defraudar un patrimonio municipal de 31 mil millones de pesos? ¿Qué ocurre con nuestro sistema judicial que es tan estricto con algunos y tan benevolente con otros? ¿Rigor de la ley según la clase social?

Preguntas sin respuestas, pero antes de cerrar esta editorial queremos mencionar las palabras de Marcela, madre de Bastián, quien fue entrevistada por The Clinic: «Es injusto, los políticos roban, hacen lo que quieren, hay mucha corrupción, ninguno tiene pena de cárcel, ¿qué justicia hay para los pobres? Ninguna. En Chile los ricos hacen lo que quieren. Las prisiones son para los pobres».

Definitivamente en Chile se encarcela la pobreza.

EL CIUDADANO

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