Sebastián Piñera y sus «actos» ocultos que Hermógenes Pérez de Arce no se atreve a hacer públicos

El que fuera columnista de la casa editorial golpista del 1973, se despachó una de «lujo»

Por Director

27/10/2010

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Editorial / Portada

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El que fuera columnista de la casa editorial golpista del 1973, se despachó una de «lujo». Un hombre que se declara abiertamente de derecha, no le gusta y lo ha dicho, el presidente electo por el sistema binominal y  que con bolsillos llenos, se pasea por La Moneda.

Pérez de Arce quien ha declarado que no votó por Piñera en primera vuelta y que lo hizo  por el que nomina “disperso” Ominami. En segunda,  dice se abstuvo y que su votación fue de castigo.

Pero más allá de su intenciones de voto en la restringida democracia lo novedoso de sus pronunciamientos, fueron los expresados  en connotada entrevista como las que sabe despacharse Tomás Mosciatti en CNN Chile, quien  apretándolo contra las cuerdas con un texto escrito por el mismo Hermógenes, y de entrada,  llevó a que Pérez de Arce  saliera con que  hay consideraciones y actos de Piñera que “no puede comunicar en público” pues según él estaría infringiendo la Ley.

Mosciatti le retrucó con la exceptio veritatis, pero Hermógenes se mordió la lengua y se las sacó con que podría ser privado de libertad por injurias, sin atender a que el hecho imputado no sea falso.

Y es que todo dependerá del animus de la declaración hecha, y me pregunto   qué   cosas sabe  del “über alles” el mismo (sobre todos) Presidente que bajo la sonrisa recorre el mundo vendiendo la patria y a su pueblo a bajo precio al capital transnacional, tal  como lo hizo la Concertación…  es como para decirle un par de cosas que por lo menos rayen la cancha a los que saben jugar por otras líneas.

Quiero decirle al señor  Hermógenes  que si tiene “shusto”, lo que no podría ventilar son las que tienen que ver con la vida privada,  con la vida íntima, pero todo también dependerá del prisma, pues hay que ver si esas actitudes ponen en riesgo la integridad sicológica, económica y hasta física de quienes  rodean al imputado.

Hay una frase que dice daría mi libertad por defender la tuya o algo muy parecido,  reconozco seguir de cerca el precepto aunque no haber practicado cabalmente el ideal,  por mi humanidad, y he aquí un caso que relato a usted y los lectores(as) de El Ciudadano, cuando en una oportunidad supe también algo muy grave de quien preside, recuerdo era en época de plena campaña, llamé a alguien de su equipo de comunicaciones, lo que pedía era hablar con él y de primeras los imposibles, “imposible la agenda está copada” y otros,  eran repetidos.

Cambie la táctica y  le dije alcances de algo que sabía por  importante político y que sólo le incumbía a Sebastián Piñera y su círculo más cercano.  Me derivaron rápidamente con una de las «mandamases» de sus asesoras que me invitó a juntarnos en un café que lleva un trébol de logo y hablar del tema, pero rechacé la opción, cambié la suerte,  ese no era el tema central de la cantidad de preguntas que por su interés público quería hacerle, éste era un hecho que no le incumbía saber a los millones de chilenos(as)  que a diario somos estafados por la “máquina depredadora” casi puesta a punto y que le dejaron al último presidente de Chile.

Tal vez, me equivoqué, fui cobarde dirá usted, pero era un golpe bajo que si lo daba era quizá para que el otro ganara por nariz y no estoy para ello. Si hablaba tal vez lo agarraba uno de los programas del que fuera su canal y  hubiese sido “el escándalo de la semana”, pero Hermógenes, voy a ser ingenuo: haga usted la diferencia y si maneja información del  escabroso tejido, pues como usted dijo en CNN en Chile lo que hay es una “corrupción encubierta” y hasta aceptada, haga el distingo, para no tener pelos en la lengua y poner el bien del colectivo por sobre el del particular, mire que hay recursos patrios que justamente, no son renovables.

Finalmente quiero decirle por medio de esta tribuna ciudadana, que en este país hay mucha gente que como usted sabe mucho, y que recuerde siempre que el silencio nos hace cómplices y  no todo siempre es discreción,  aunque se le trate de disfrazar como tal.

Por Bruno Sommer

Director El Ciudadano

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