Entrevista con Sandra Beltrami, vocera de la Coordinadora de Defensa de ARCIS

Estudiantes del ARCIS presentan querella por agresión del 1 de mayo

El pasado 1 de mayo estudiantes del ARCIS fueron agredidos violentamente por unas ocho personas durante la marcha de la CUT. Esta mañana presentaron una querella criminal ante el Séptimo Juzgado de Garantía de Santiago contra todos quienes resulten responsables. La vocera de la Coordinadora de Defensa del ARCIS, Sandra beltrami, también agredida, relata los hechos.

Por paulwalder

05/06/2015

Publicado en

Chile / Educación

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Sandra Beltrami

Sandra Beltrami

El día viernes 5 de junio el académico de la Escuela de Derecho de la Universidad ARCIS Carlos Díaz, en conjunto con los estudiantes de dicha institución Sandra Beltrami y Jonathan Corail, y sus familiares Carolina Salgado y Maricel Díaz, interpusieron una querella criminal por el delito de lesiones, en contra de quienes resulten responsables, por la agresión sufrida por un grupo de estudiantes y ex estudiantes de ARCIS, en el contexto de la marcha del primero de mayo de este año.

Aquella agresión fue producto de que Sandra Beltrami se desempeña como vocera de la Coordinadora de Defensa de ARCIS (CDA), agrupación de estudiantes de dicha casa de estudios que se plantean como objetivo central el contribuir a la continuidad del proyecto académico de dicha Universidad y que por las diferencias ante la actual crisis de la institución fue insultada y violentada.

Conversamos con Beltrami para que nos contara sobre la interposición de esta querella y también respecto a la crisis financiera que tiene la Universidad ARCIS desde el 2014, lo que provocó que hace pocos días la Comisión Ingresa congelara la entrega de los Créditos con Aval del Estado (CAE) mientras no se resuelva la investigación que lleva adelante el Ministerio de Educación y se tenga certeza de que efectivamente se están prestando los servicios educacionales.

Sandra, ¿qué les pasó en la marcha del 1 de mayo?

Cuando nos dirigíamos a nuestros hogares después de la marcha de la CUT como a las tres de la tarde, un grupo aproximado de ocho personas que sabemos son estudiantes o ex estudiantes de ARCIS, sin mediar provocación alguna, me insultaron y atacaron con golpes de pies y puños, además de “mechoneos”. Esto además no sólo me lo hicieron a mí, sino que también a mi marido Carlos Díaz, quien es abogado y se desempeña como docente de ARCIS desde hace diez años a la fecha, a Jonathan Corail estudiante de Derecho de ARCIS y miembro de la CDA, su pareja Carolina Salgado y mi cuñada. Así, todos fuimos víctimas de los insultos y golpes de este grupo de personas, independiente de que Carlos les señaló que es docente de ARCIS.

¿Y por qué razón fueron realizadas estas agresiones?

Es raro, porque estas personas me acusaban de ser comunista y de que me habría robado plata de ARCIS, acusaciones que se desarrollaban en un contexto de muchos insultos no reproducibles. La verdad, es que es de público conocimiento que ninguna de las personas que fuimos atacadas hemos sido alguna vez militantes del Partido Comunista y evidentemente, la acusación de un supuesto “robo” es ridícula. Ahora bien, es importante que el hecho de ser o no ser militantes de ese u otro partido político no debiese ser en ningún caso justificación para la violencia que sufrimos.

¿Sucedió algo más?

Claro, quienes nos agredieron llamaron a otras personas para que se sumaran a la golpiza, que no tenían arte ni parte en el asunto. Al final, después de que se convocara a éstas últimas, eran unas cincuenta personas aproximadamente que nos golpearon, apedrearon y escupieron. No tuvimos posibilidad alguna de defendernos de los agresores, a pesar de que hubo personas que nos prestaron ayuda, intentando calmarlos pero, finalmente todos resultamos con lesiones.

Ahora bien, a raíz de que además de las lesiones sufridas, nuestra integridad física estuvo en grave peligro, por lo que hemos interpuesto las acciones legales correspondientes, porque creemos importante hacer un gesto en contra de la impunidad de quienes creen que pueden utilizar la violencia para imponer su visión, intentando amedrentar a quienes pensamos distinto que ellos. Desde esta perspectiva, lo que sucedió ese día fue un acto de intolerancia inaceptable, que esperamos que resuelva la justicia, -y que también se pueda resolver al interior de la universidad-, en circunstancias de que nuestro interés se encuentra en hablar de la defensa de ARCIS y del proyecto que queremos proteger.

¿Su prioridad en ese sentido se encuentra en fortalecer su organización, la CDA?

Más que eso. Nuestro objetivo central se encuentra en defender el proyecto universitario que representa ARCIS y seguir contribuyendo a los cambios profundos que requiere el sistema educacional de nuestro país.

Y podrías explicarnos ¿por qué ustedes como estudiantes se vieron en la necesidad de crear una organización con el objetivo de salvar ARCIS?

Es fundamental para nosotros recalcar que desde nuestra perspectiva el proyecto académico de ARCIS es único en Chile y a veces tendemos a olvidar la labor que esta universidad ha despeñado en nuestro país. Han transcurrido 34 años desde que ARCIS comenzó como proyecto universitario, y desde ese tiempo que se ha caracterizado por estar a la vanguardia en la defensa de los derechos humanos y del desarrollo, y promoción del pensamiento crítico. En dictadura, realizó un rol público que ninguna otra universidad pudo realizar, acogiendo a estudiantes expulsados de la Universidad de Chile, y otras universidades hoy denominadas como “tradicionales” a causa de la represión política. También hizo lo mismo con docentes y funcionarios que eran perseguidos políticos, otorgándoles en difíciles momentos una fuente laboral y de desarrollo profesional. Esa estatura ética se profundizó a lo largo de los años, siendo una universidad que durante la década de los 90 impartió clases a presos políticos al interior de cárcel de alta seguridad, que durante toda su existencia ha sido un bastión intelectual que no ha tenido temor a dictar contenidos censurados y que además ha sido pionera en integrar cátedras obligatorias de Derechos Humanos. En ese sentido, creemos que debe valorarse el proyecto ARCIS, que por lo demás ha contribuido durante décadas a formar profesionales comprometidos con la sociedad, provocando que como estudiantes sentimos que tenemos la obligación de defender el proyecto que ha costado tanto construir y consolidar.

Pero ¿no consideran que el proyecto de ARCIS se ha desvirtuado producto de la crisis y toda la información que ha ido apareciendo en la prensa sobre su situación?

Es evidente que ARCIS se encuentra en una crisis financiera importante, porque independiente de que a fines de mayo se les pagó la primera de las tres cuotas convenidas a los académicos para los honorarios del primer semestre, lo cual evidentemente los medios de comunicación tradicional no han difundido, pero de todas formas existe una deuda importante con los trabajadores de la universidad respecto a honorarios y remuneraciones de varios meses. No obstante, resulta esperanzador de que muchos de estos trabajadores, tanto en tareas administrativas como docentes, se encuentren actualmente desempeñando sus funciones independiente de que durante todos esos meses no hayan recibido contraprestación económica. Recalco este punto porque el compromiso de estas personas que día a día han ido a trabajar a la universidad sin recibir su remuneración, lo hacen con un fin muy loable en términos éticos, basado en seguir contribuyendo a un proyecto académico transformador y profundamente comprometido con los Derechos Humanos. Ahora, que no se mal entienda, porque aquello no justifica en ningún sentido que ARCIS no haya resuelto la situación del pago a los trabajadores por sus labores realizadas, siendo un asunto urgente y de principal importancia.

Y con estos antecedentes y en miras a la continuidad del proyecto educativo de ARCIS ¿cómo están las relaciones dentro de la comunidad universitaria?

Evidentemente que una situación como ésta ha desencadenado en una crisis política en que los miembros de la comunidad universitaria tenemos profundas diferencias, y como en toda crisis, algunas personas no enfrentan los problemas a través de mecanismos destinados a la solución pacífica de los conflictos. No obstante, vemos con buenos ojos que las fuerzas vivas de la universidad han seguido movilizándose en aras a mantener el proyecto educativo. Muestra de aquello es que la mayoría de las carreras las clases se siguen impartiendo. Los estudiantes asisten a sus clases y los profesores las dictan, como si nos encontráramos en una situación normal, sin serlo. Eso nos permite tener la esperanza de que ARCIS puede ser recuperada por la comunidad universitaria en su conjunto, pero requiriendo una democratización profunda que permita a todos los sectores representativos de estudiantes, docentes y funcionarios, aunar esfuerzos por un objetivo común: sacar a ARCIS de la crisis que actualmente vive para darle un sentido de futuro.

No es un secreto el eventual ingreso del Administrador Provisional a ARCIS, ¿Qué opinión tienen respecto a su posible ingreso?

En primer lugar cabe advertir que nosotros durante mucho tiempo esperamos que ingresaran recursos económicos que fueron anunciados por la Universidad para solucionar en parte la crisis financiera, lo cual hasta el momento no ha ocurrido, sin perjuicio del pago reciente de honorarios a profesores como ya se señaló. A raíz de aquello, la crisis en nuestra universidad se ha profundizado en todos los sentidos, y evidentemente que como estudiantes habíamos apostado a que ésta se resolviera internamente, sin recurrir a agentes externos. No obstante, ante la situación actual es evidente que el ingreso del Administrador Provisional es algo que no depende de nosotros, por lo cual hemos estado dialogando sobre esta posibilidad.

Y dentro de ese dialogo ¿han logrado construir una opinión al respecto?

Sí claro, y cabe advertir que tenemos muchas preocupaciones. Un primer elemento de preocupación es que la ley del administrador provisional tiene una pata coja importante, en el sentido de que deja fuera del ámbito de sus atribuciones a los docentes y funcionarios, desconociendo el hecho de que para asegurar la existencia de una comunidad universitaria necesariamente deben estar incluidos los tres estamentos. Un segundo elemento es que sólo garantiza el derecho a seguir estudiando. En ese sentido, estamos preocupados de que su aplicación no tiene precedente alguno y estamos sumergidos en importantes incertidumbres de cómo procederá. Ahora bien, en el caso de que ingrese esta figura a nuestra institución nosotros exigiremos que se aplique la ley a favor del proyecto académico que se ha fortalecido a través de los años en ARCIS y no en contra, es decir, que el administrador provisional utilice todas sus facultades para que ARCIS continúe y logre salir de la crisis.

¿Consideran algún punto como fundamental respecto al ingreso de Administrador Provisional?

El administrador provisional reúne amplios poderes de administración, en el entendido de que ocuparía el lugar de la dirección de la universidad, adquiriendo sus facultades. Desde nuestro punto de vista, eso le permitiría gestionar créditos bancarios, vender propiedades, etc. Siendo de esa forma fundamental el acceder a créditos bancarios que podrían ser una forma de solucionar momentáneamente la crisis de ARCIS, al menos desde una perspectiva financiera. No obstante, también dependemos de alguna manera de la voluntad política del MINEDUC para que se pueda proceder de esa forma.

Hablando de esa voluntad política, hace unos días se informó sobre la suspensión del Crédito con Aval del Estado por parte de la Comisión Ingresa ¿consideran que esta decisión es correcta?

Creemos que no es una decisión correcta desde muchas perspectivas, aunque digan que sea en forma transitoria. El CAE es un derecho adquirido para los estudiantes a los que se les ha otorgado, pues lo obtuvieron mientras la universidad estaba acreditada y conforme a la ley, y no es justo que la Comisión Ingresa deje en la incertidumbre a estos estudiantes sobre si podrán seguir sus estudios universitarios o no, en circunstancias que las personas que piden este crédito realmente lo necesitan. Desde esta perspectiva nos parece que existe una decisión arbitraria y pensamos que la misma comisión debiese realizar su revocación y no esperar los resultados del proceso, pues vulnera los derechos de los estudiantes abiertamente.


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