#HistoriasDeMilitantes: Dolores, docente y militante con compromiso y dedicación.

En #HistoriasDeMilitantes, Dolores Rocca Rivarola abre su historia y nos cuenta cómo, de a poco, fue involucrándose con las diferentes cuestiones que atraviesan, hoy, los docentes universitarios

Por Nicole Moscovich

09/09/2015

Publicado en

Argentina / Educación

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En #HistoriasDeMilitantes, Dolores Rocca Rivarola abre su historia y nos cuenta cómo, de a poco, fue involucrándose con las diferentes cuestiones que atraviesan, hoy, los docentes universitarios. Desde su lugar intenta luchar por las condiciones dignas de aquellos que dedican su vida a educar y formar a los estudiantes.

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Dolores, un ejemplo de militante que se pone la bandera de los docentes universitarios y sale a reclamar por sus derechos.

A continuación, Dolores nos contó acerca de sus inicios y cuál es su rol, hoy, como militante:

¿Dónde militas?

En la Asociación Gremial Docente de la UBA, un sindicato de docentes universitarios que existe hace más de quince años, y que hoy llega a los 4.400 afiliados.
¿Por qué empezaste a militar?

Es difícil definir un hito o punto de inflexión. De hecho creo que, a veces, se termina reconstruyendo la propia historia identificando hechos determinantes en una suerte de relectura, cuando, en realidad, hay una combinación de factores que se acumulan.

Ya desde que era docente ad honorem (es decir, con una designación de la facultad, pero sin un salario, algo muy -yo diría demasiado- común en la UBA) en 2004 y 2005, participaba de algunas medidas de fuerza, como paros o clases públicas, o marchas, sin estar afiliada al sindicato. Luego me afilié, pero no puedo decir que militara.

Creo que tal vez, si tuviera que buscar catalizadores, o hechos que precipitaron pasar de participar esporádicamente a militar, en 2008  un problema laboral concreto hizo que un amigo me aconsejara acudir al gremio. Yo inicialmente no quería, como le pasa a muchos docentes, que temen que reclamar por lo que corresponde les genere aun más inestabilidad laboral de la que ya tienen. Y, finalmente, él habló, y Fabiola Ferro y Santiago Gándara, a quienes yo ya conocía un poco, me aconsejaron sobre cómo formular el reclamo formalmente. De ahí, creo que terminé por decidirme a participar más, en las asambleas, las actividades y luego de un tiempo, en la agrupación naranja dentro de la gremial. Con mi caso, vi un ejemplo de cómo actuaban, con coherencia, con una mirada muy concreta de defensa de los derechos de los docentes y de independencia respecto las autoridades de la facultad, de la UBA y del Estado Nacional, que en el caso de los docentes, son distintas instancias patronales.

Poco antes yo había militado varios años en una ONG de derechos humanos, por fuera de la facultad. Y en mi casa, especialmente por mi papá, que había tenido una militancia político-partidaria desde joven y hasta los ’90, por lo menos, las charlas y discusiones políticas eran una parte (maravillosa) de nuestra cotidianeidad. Pero no tuve militancia estudiantil, empecé bastante grande, digamos.

¿Desde dónde sentís tu compromiso con lo político?

Aunque tengo posicionamientos políticos concretos, y muchos de los compañeros con los que milito en el gremio tienen una militancia  partidaria (en el Partido Obrero, dentro del Frente de Izquierda), yo no la tengo, por lo cual es difícil contestar la pregunta. Por supuesto, lo que hacemos desde el gremio, desde denunciar ante las autoridades una violación de derechos, intervenir en una asamblea, hasta llevar a cabo una medida de fuerza, no es apolítico. Y, de hecho, para algunas personas ya quedé etiquetada como si militara en el partido. Creo que sería algo así como una simpatizante, porque comparto varias posiciones de coyuntura, he participado de algunos actos, charlas, o fiscalizado en elecciones, pero no milito en el partido. En el gremio, sí, y actualmente soy vocal en la Comisión Directiva de AGD Sociales, la facultad donde doy clases.

¿Qué crees que se puede aportar desde la militancia?

En el caso de la militancia gremial, lo obvio, no quisiera ser repetitiva. Es elemental para los docentes contar un gremio que defienda sus salarios, su estabilidad, sus derechos a las condiciones laborales dignas, etc., y que pueda enfrentar a las autoridades cuando esos puntos estén en juego.
¿Existe alguna meta que quieras alcanzar desde tu espacio como militante?

Supongo que los puntos (y otros) que mencionaba en la pregunta anterior. También que el gremio crezca aún más, que podamos torcer los techos que impone el gobierno cada año en la negociación salarial, y así recuperar el salario real de los docentes, que viene sufriendo una pérdida en los últimos años. También, la democratización de la UBA, y que cambien muchas prácticas al interior de la universidad que hoy son tomadas como naturales, como las relaciones entre titulares y ayudantes, los concursos -cuya implementación concreta desde el gremio cuestionamos, impulsando la carrera docente-, la existencia de más de 700 docentes ad honorem sólo en la Facultad de Cs. Sociales, etc.Y sigue la lista…
¿Cuáles son los problemas que enfrentan los docentes universitarios? ¿De qué forma tratas de combatir estas deficiencias del sistema?

Inestabilidad laboral (la mayoría de los docentes de la UBA son interinos, con lo cual pueden ser despedidos o pedida su baja sin ninguna garantía ni indemnización), trabajo gratuito (los mal llamados ad honorem), subrrogancias (docentes que tienen un cargo ad honorem por las funciones que efectivamente cumplen y luego un cargo asalariado menor, es decir, trabajan de algo pero cobran como si hicieran menos o por un cargo más bajo en el escalafón), precariedad, salarios por detrás de la inflación, etc etc. Eso se combate organizándose, y organizando a los docentes.

 

¡Gracias Dolores!

 

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