La música al servicio de la paz

Un programa musical implementado en El Salvador logró alejar a más de 1000 niños de las calles y darles un futuro ligado al arte. El joven director de la orquesta, Bryan Cea, de 25 años, al igual que sus discípulos, proviene de localidades amenazadas por la delincuencia. Las edades de los participantes varían desde los 8 años a 20 años.

Por Nicolas Curi

21/07/2014

Publicado en

Educación / Latinoamérica

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Un millar de niños y adolescentes que viven en zonas de criminalidad de El Salvador encontraron su mejor arma contra la violencia en un programa musical de prevención impulsado por el Banco Mundial y financiado por Japón.

Los convocados fueron “muchos más”, pero luego del proceso de selección “estamos trabajando con 1,000″, destacó el presidente de la Fundación Salvadoreña Educación y Trabajo, el salesiano español José María Moratalla Escudero, mejor conocido como el “padre Pepe”, encargado de ejecutar el programa.

La Orquesta Sinfónica Juvenil Don Bosco debutó hace poco más de un año en San Salvador. El proyecto se inició hace unos tres años y, de los 1000 estudiantes de diversas escuelas públicas del departamento de San Salvador incluidos, unos 470 forman parte del área musical, 220 en la orquesta sinfónica y 250 en el coro; y los demás están en formación.

El joven director de la orquesta, Bryan Cea, de 25 años, al igual que sus discípulos, proviene de localidades amenazadas por la delincuencia. Los niños y adolescentes de este programa, cuyas edades van de 8 años a 20 años, provienen de los suburbios de San Salvador y fueron escogidos de las escuelas ubicadas en las zonas con más altos índices de homicidios, precisó el padre Pepe.

Los jóvenes conviven de forma fraterna sin ningún inconveniente en el Polígono Industrial Don Bosco, sede del proyecto, pese a pertenecer a comunidades donde dominan las pandillas rivales Mara Salvatrucha (MS) y la Pandilla 18, que a la vez rodean ese lugar, en el sector conocido como Las Iberias. El polígono está en una zona marginal de 24 comunidades, donde viven unas 60,000 personas y que es controlada por la MS y la 18, indicó Moratalla Escudero.

Pero destacó que entre los integrantes de la orquesta y el coro “no hay (diferencia de) escuelas, no hay rivalidad, no hay antagonismo entre ellos, no existe el problema de los barrios, no están marcados por las mismas pandillas”. “Esa unidad y solidaridad que propicia el humanismo es fantástica”, enfatizó.

Fuente: El Buen Diario

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