Importante Simposio Internacional sobre la Educación Escolar

Los desafíos de la Educación en un Mundo complejo

Que la educación escolar está en profunda crisis es una convicción generalizada, no sólo en nuestro país sino en gran parte del mundo

Por Director

22/10/2014

Publicado en

Chile / Educación

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Que la educación escolar está en profunda crisis es una convicción generalizada, no sólo en nuestro país sino en gran parte del mundo. Los diagnósticos de esta crisis están ampliamente difundidos, si bien en los debates nacionales se ha puesto el acento sólo en uno de los problemas que la afectan: la grave desigualdad social en el acceso a las oportunidades educacionales. Pero hay otros aspectos de la crisis que es necesario analizar y enfrentar, entre los cuales destacan:

  • la inadecuación de los contenidos de la enseñanza respecto a las necesidades de conocimiento y de formación que surgen en la sociedad contemporánea en rápida transformación;
  • la predominancia de métodos de enseñanza que no se condicen con las características de la cultura que adoptan los niños y adolescentes en una sociedad crecientemente informatizada y donde predominan los medios de conunicación audiovisuales;
  • las carencias cognitivas de los profesores respecto de las asignaturas correspondientes a disciplinas científicas que han experimentado avances inmensos y cambios paradigmáticos; las grandes desigualdades socio-económicas y culturales de los alumnos que no son tenidas en cuenta en procesos educativos estandarizados;
  • una institucionalidad escolar que presenta una extraña combinación de rigidez y de permisividad, y cuyas contradicciones dificultan la asimilación de valores, la adopción de comportamientos apropiados y el desarrollo de ánimos de aprendizaje por parte de estudiantes que se desorientan respecto a lo que se espera de ellos;
  • sistemas de evaluación escolar rígidos y unilaterales que enfatizan lo cognitivo y que desconocen las dimensiones emocionales y de convivencia que favorecen el aprendizaje; y varios etcéteras.

Cuando hay crisis tan profundas, no pueden darse los objetivos como conocidos y ciertos, ni las estructuras como establecidas y estables, ni las prácticas como formas de acción consolidadas. Es en los contextos de crisis cuando surge inevitable la necesidad de repensar, redefinir y rediseñar la educación, empezando por identificar de modo nuevo los objetivos que se desea lograr y los caminos que hay que recorrer para alcanzarlos.

Por eso, en Univérsitas Nueva Civilización hemos invitado a destacados intelectuales y especialistas en educación, a pensar en las posibles respuestas que es posible y conveniente dar a esos principales desafíos actuales. Investigadores de España, Brasil, Colombia, Costa Rica y Chile, nos han ofrecido el resultado de sus investigaciones, y durante cuatro días – entre el 27 y el 31 de octubre -, presentarán sus visiones amplias, profundas, penetrantes, sobre diversos aspectos de la educación actualmente necesaria, en el Simposio Internacional Desafíos de la Educación Escolar en un Mundo Complejo.

Lo que unifica a los ponentes y conferencistas del Simposio es la búsqueda y elaboración de nuevos modos de concebir, de organizar y de realizar la educación escolar.

Resumimos a continuación los temas de algunas de las ponencias que serán presentadas en el Simposio:

Howard Richards, partiendo del hecho que a muchos alumnos, especialmente de los sectores sociales más pobres, no les interesa lo que la escuela les ofrece, plantea la necesidad de hacer la escuela más atractiva para los alumnos. Buscando la respuesta, con otros profesores e investigadores hizo un estudio etnográfico en que consultó a los mismos alumnos, seleccionados por su falta de motivación académica, y por su mala conducta.    El enfoque inicial de cada entrevista fue su vida en general,  antes de abordar el tema de su vida en la escuela.   Los resultados: Lo más atractivo de la escuela es que es un lugar para estar con los amigos.   A menudo es más seguro y tranquilo que la casa o el barrio. Las materias más atractivas son deportes, música, baile, y aquellas que enseñan alguna destreza  útil para ganar plata en el corto plazo.

Los resultados, resume Richards, no son sorprendentes.   Una propuesta para hacer más atractiva la escuela siguiendo  en  cierta medida los gustos de los alumnos podría calzar también con conclusiones afines derivadas de otras fuentes.    Una propuesta de destacar el gimnasio, la pista de baile, y el ritmo contaría con la autoridad del filósofo Platón,  para quien toda educación debe comenzar con música.   En el sentido lato de música manejado por Platón se incluye el cuento –quizás en parte porque los cuentos de los antiguos griegos eran poesías cantadas.  Según Platón, puesto que los niños se inclinan a menudo al desorden, el primer paso en la educación es ordenar sus gritos con canto y ordenar su correr con danzar.

Dedicarse primero a actividades más bien lúdicas y artísticas a fin de  superar la cultura del garabato, y a fin de iniciar al alumno en los valores propios de la cultura escolar, ajustando los trabajos académicos al nivel real de los alumnos y no al criterio de un mínimo contenido nacional,  calzaría también con los criterios de san  Alberto Hurtado, para quien la primera y primordial meta de la educación debe ser el cultivo de una  “actitud social”.   Desde este punto de vista es un error grave en la primera educación quemar etapas dictando materias abstractas antes de conseguir lo primordial.

Bastián Moreno plantea que no hay que confundir la escolaridad con la educación, pues ello nos ciega frente a las infinitas riquezas y complejidades de la educación. Sostiene que la escuela se ha apropiado de la educación, no sólo tergiversando su naturalidad, sino que casi eliminándola, convirtiendo el proceso educativo en una artificialidad. El aprendizaje en la escuela es complicado y no atrae a los estudiantes. El ser humano, por condición biológica y estructural, propende a aprender, pero deja de hacerlo cuando la institución encargada de perfeccionar dicho aprendizaje practica una manera de hacerlo que se aleja de las características propias del ser humano.

Moreno piensa que hoy esta tradición necesita ser transformada, porque guiada por postulados rígidos, mecánicos y parcelados, el paradigma tradicional es insuficiente para dar cuenta de la complejidad existente en los sistemas educacionales como fenómeno sociocultural. Es imperioso considerar que la sociedad actual demanda su naturalización. La reformulación de las concepciones e intervenciones para la superación de esas contradicciones es una tarea que no se puede delegar en su totalidad a las autoridades o científicos. Las relaciones docentes y discentes son el camino para la transformación pedagógica.

Luis Razeto aborda la pregunta sobre cómo ha de ser una educación que prepare e introduzca a los niños, adolescentes y jóvenes en la sociedad de conocimiento, y que contribuya a formar personas creativas, autónomas y solidarias.

Buscando respuestas Razeto examina cuáles son los requerimientos que plantean a la educación las nuevas estructuras del conocimiento que están abriendo el tránsito hacia una nueva civilización; qué objetivos debieran plantearse para la educación en las condiciones reales actuales y mirando al futuro; quiénes y cómo han de ser los educadores capaces de  actuar en función de tan elevados y difíciles objetivos;  en qué sentido y cómo los jóvenes estudiantes deben ser protagonistas de su propia educación; cómo enseñar a conocer y aprender; qué características debe cumplir una didáctica orientada hacia el autoaprendizaje; cuáles transformaciones de las escuelas y de los centros de enseñanza-aprendizaje son indispensables; y cómo avanzar hacia la igualdad a través de una educación que ha de ser pluralista y autónoma.

Juan Miguel Batalloso Navas aborda la interrogante sobre los contenidos cognitivos, valóricos, emocionales y de competencias que una educación de calidad tendría actualmente que enseñar.  Advierte al respecto que, si hasta ahora ha sido el Estado y sus burócratas especializados quienes han tenido el poder absoluto en la determinación y fijación de los contenidos escolares, hoy, en un mundo en que nuestra capacidad de comunicación, de intercambio de información y de construcción de conocimiento no tienen límites, ya no puede mantenerse el asunto de los contenidos escolares fuera del debate y de la participación social. Es así que, en base a su muy amplia experiencia y estudio de la educación, Batalloso reflexiona sobre aquello que considera que vale la pena ser aprendido, sin perder de vista que esos aprendizajes pueden construirse a partir de muy diversas experiencias pedagógicas, formativas y de vida.

Sostiene que los contenidos escolares, en vez de ser agrupados en las clásicas disciplinas o en las modernas competencias de aprendizaje, podrían agruparse en áreas de trabajo y experiencias en valores: Áreas de trabajo intelectual, manual, ética, estética, de desarrollo personal y comunitario. Areas no entendidas como nuevas asignaturas o materias escolares, sino como un orden transdisciplinario y psicosociológico de experiencias integradas.

Antonio Bolivar y Mª Rosel Bolívar-Ruano nos proponen repensar la transformación de la educación desde la actividad concreta de los docentes en las escuelas, considerando que los cambios no pueden llevarse a cabo por encima de las emociones, sentimientos y horizontes profesionales del profesorado. Cambios impositivos, al margen de las vidas profesionales y que no contribuyen a situarlas en escenarios más atractivos, generan emociones negativas y resistencia; por lo que querer introducir cambios, al margen de lo que los profesores y profesoras sienten, es introducirlos por la puerta falsa y –en cuanto tales– condenarlos al fracaso.

De allí postulan la necesidad de volver la mirada a la escuela como lugar estratégico de un cambio generado desde abajo, el cual puede consistir en una transformación profunda de la organización y de la práctica pedagógica, mediante la formación de Comunidades Profesionales de Aprendizaje.

Mauricio Núñez Rojas aborda un pregunta específica pero de alta importancia para el perfeccionamiento de la actividad educativa, y que abre a la posibilidad de que la investigación se constituya como elemento inherente al trabajo habitual de los profesores: ¿Qué forma debiera tomar la investigación en el área profesional docente? ¿Cuál debiera ser su foco y cuál su ética? Evitando hacer de los maestros, investigadores conforme a la imagen de los que tomando distancia de su objeto pierden todo nexo con su realidad, se pone en perspectiva la posibilidad de hacer de la investigación de la propia práctica pedagógica un elemento esencial del perfeccionamiento docente y de la solución de problemas que se presentan en el aula.

José Amando Robles sostiene que condición de viabilidad y de éxito de la actual sociedad de conocimiento es disponer de una axiología y espiritualidad adecuadas, de modo que el cultivo de éstas y la formación en función de las mismas, constituye el desafío por antonomasia que debe enfrentar hoy la humanidad. Un desafío que se extiende a la educación, que ha de enfrentarlo de modo profundo y sostenido, sin oponer sino más bien integrando la espiritualidad con el binomio ciencia y tecnología. Sostiene el autor que es preciso tomar conciencia de que los valores y la espiritualidad los creamos nosotros, que no dependen de las creencias religiosas en las que se presentaban en el pasado.

Pero la espiritualidad en tanto realización humana plena que individual y socialmente necesitamos, no se da sin ciertas condiciones de conocimiento y trabajo sobre sí mismo. Cuando se dé, será un salto, una irrupción, un acontecimiento, una gracia. “En asunto de espiritualidad la educación, voluntaria y libremente asumida, sólo ayuda a crear condiciones, condiciones que son necesarias, que no es poco, pero no garantizan la experiencia espiritual en sí”.

Teresa Guardans aborda la pregunta: ¿cómo pudiera ser una educación que forme para la vida espiritual, en la infancia, en la adolescencia?  Para responderla, primero reflexiona en profundidad buscando un sentido de la espiritualidad que, dejando atrás la antropologúa dual que separa el cuerpo y el espíritu, apunte hacia aquello que es lo más nuclear de la experiencia humana. En sus palabras, llama espiritualidad “a ese ámbito y experiencia cognitiva, a ese desarrollo de las capacidades, que nos constituye como humanos, y que posibilita una vida de profunda calidad humana. Disposición interior que nos hace capaces de un genuino interés por todo y por todos, capaces de latir con el sentido de la existencia, que nos permite percibir su infinito valor, comprometernos: amar de verdad”. Con tal concepción, sugiere orientaciones y actividades que pueden desarrollarse en la escuela con el propósito de conseguir en los niños y adolescentes una relación significativa con la realidad, y unas experiencias humanas y espirituales que los pongan en el umbral del conocimiento y la experiencia espiritual: el cultivo de la atención, el aprendizaje de la exploración de la realidad, la vivencia del silencio interior. Llegando finalmente a imaginar los contenidos y metodologías de la pedagogía que en tal sentido pueden ser aplicadas en la escuela.

Eugenio Pérez plantea la tesis que los humanos hemos aprendido a conocer lo de fuera – donde están incluidos, obviamente, sus congéneres, y las manifestaciones de su propia presencia física (biológicas, intelectuales y emocionales) -, en un primer movimiento por la supervivencia; pero esa primera actitud no completa su naturaleza y acarrea conflictos de diferente orden. Además de proyectar su facultad de conocer lo de fuera, el ser humano puede también dirigirla al conocimiento de sí mismo como ser vivo único. Este segundo movimiento, que pertenece también a su naturaleza y que ha sido vivenciado por algunas personas, puede y debe ser ejercitado por todos; y en el ejercicio del conocimiento de sí mismo, cabe que se genere y se potencie, al margen de las instituciones, su dimensión desinteresada de ser comunitario y solidario.  El autor profundiza la comprensión de lo que significa este tránsito hacia el conocimiento de sí mismo, que comienza cuando el individuo humano ‘cae en la cuenta’ de su propia realidad profunda, de su propia existencia y de su libertad radical. Para facilitar tan crucial experiencia, para la cual la adolescencia parece ser una edad particularmente proclive a tenerla, el autor propone una metodología y unas prácticas ajustadas a las diferentes circunstancias de edad, entorno, disponibilidad de medios, enseñantes, etc.; considerando todo ello un campo abierto a la experimentación educativa.

Son éstos algunos de los temas y problemas que serán abordados en el Simposio ‘DESAFÍOS DE LA EDUCACIÓN ESCOLAR EN UN MUNDO COMPLEJO’, que se realizará en Santiago los días 27 al 30 de Octubre en el Auditorio Fransisco Varela de Univérsitas NC, en calle Los Alerces 3032, Ñuñoa. Toda la información se encuentra en http://uvirtual.net/ciclo-educacion

Univérsitas Nueva Civilización

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