Realidad y demanda de becarios chilenos en Barcelona

Barcelona es la ciudad del mundo que concentra más Becarios Conicyt, principalmente en el área de las ciencias sociales

Barcelona es la ciudad del mundo que concentra más Becarios Conicyt, principalmente en el área de las ciencias sociales. Desde 2008, estos se organizaron en base a diferentes objetivos. Lo académico, lo social, lo económico y lo político son los ejes en los cuales ha girado la conformación de distintas redes.

De todos los Becarios Conicyt que actualmente cursan sus estudios de máster o doctorado en el extranjero, 309 se encuentran en Barcelona, España, constituyéndose esta ciudad como el principal destino de los becarios chilenos de este Programa de Formación de Capital Humano Avanzado.

Si bien inicialmente fueron los aspectos económicos los que congregaron a los investigadores chilenos en Barcelona a organizarse en el año 2008, ello ha permitido generar una gran red de nacionales que estudian e investigan en Barcelona en distintas áreas del conocimiento. En estos cuatro años han conformado grupos que se reúnen para buscar solución a problemáticas concretas (como demandar reasignaciones en la manutención de las becas), compartir, socializar y también interactuar en torno a lo académico. Concretamente, hace dos años organizaron el Primer Encuentro de Investigadores/as Chilenos/as en Barcelona 2010, jornada académica en el que participaron 80 investigadores chilenos de Barcelona, del resto de España y otros países. Las 49 ponencias presentadas se encuentran concentradas en el libro “Socializar Conocimientos”, actualmente también disponible en formato digital y de forma gratuita.

Para reflexionar sobre la configuración de diversas redes académicas y convocar a la organización del Segundo Encuentro de Investigadores/as Chilenos/as en Barcelona 2013, los investigadores nacionales se reunieron en la Jornada de Reflexión “Construyendo Redes”, realizada en la Universidad de Barcelona (UB) el pasado 18 de octubre. Ante esto, Francisco de la Barrera, biólogo ambiental por la Universidad de Chile y doctorando en Geografía, Planificación Territorial y Gestión Ambiental por la UB, a nombre a del Comité Organizador señaló que lo académico es “entendiéndonos no como estudiantes, alumnos o alumnas, pasivos receptores de conocimientos, sino que como investigadores que participamos en la generación de conocimiento”.

La reunión se realizó en la Facultad de Geografía e Historia de la UB y contó con la presencia del cónsul honorario de Chile en Barcelona, Valentín Muxí; el decano de la Facultad de Geografía e Historia de la UB, Francesc Roige Ventura, y Patricio Rubio Romero, chileno y profesor titular de Geografía Física de la misma Universidad.

En lo que respecta a los que estudian en Barcelona con alguna Beca Conicyt, el 66% se concentra principalmente en la Universidad de Barcelona y la mayoría está realizando su doctorado. Le sigue en preferencia la Universidad Autónoma de Barcelona, también concentrando en su mayoría doctorandos. Con respecto a las áreas de estudio elegidas, en la Comunidad Autónoma de Catalunya lideran las ciencias sociales, al igual que en el resto de España; pero en Barcelona la preferencia se concentra principalmente en las ciencias de la educación.

Sobres estas cifras, el cónsul honorario de Chile en Barcelona, Valentín Muxí, declaró que los investigadores chilenos en Barcelona son muchos más, puesto que hay quienes cursan sus estudios de postgrado mediante gestión propia, otras becas o a través de acuerdos interuniversitarios. “En el Consulado estamos constantemente viendo diplomas de máster, por ejemplo, que responden a programas que van con acuerdos de universidad a universidad”, señaló Muxí.

GENERACIÓN DE REDES ACADÉMICAS

Además de este panorama general de los becarios en el mundo y de convocar a la organización del Segundo Encuentro de Investigadores/as Chilenos/as en Barcelona 2013, que se proyecta realizar el 24 y 25 de mayo del próximo año, la oportunidad permitió también reflexionar sobre el desarrollo y objetivo de diversas redes de investigadores chilenos que se han constituido en Barcelona y otros países.

Tal es el caso del Núcleo de Reflexión Patrimonial Comparada, un grupo de discusión que nació el año 2011 a partir de los contenidos entregados dentro del Programa de Posgrado en Gestión del Patrimonio Cultural de la Universidad de Barcelona. Dicho Núcleo, corresponde a un espacio de trabajo que propone “abordar los procesos patrimoniales de forma multidimensional e interdisciplinaria concentrándose en dos ejes: la gestión patrimonial dentro de la planificación territorial y la construcción y representación de los discursos patrimoniales”, según explicó Mauricio Lorca, investigador chileno que cursa el doctorado de dicho programa de la UB.

El Grupo de Estudios del Género, en cambio, funcionó durante el año 2009 y 2010, como un seminario autogestionado y autodirigido en que se discutían textos relacionados a temas feministas. “En cada sesión una compañera proponía un texto y ella se encargaba de armar la siguiente”, relata Claudia Calquin, investigadora chilena que realiza el Programa de Doctorado en Ciudadanía y Derechos Humanos de la UB. El debate que se generó al interior de este grupo académico les permitió proponer una mesa de discusión en el Primer Encuentro de Investigadores/as Chilenos/as en Barcelona 2010 y generar una publicación para el libro “Socializar Conocimientos” que se originó a partir del Encuentro.

Estas dos experiencias de redes académicas fueron complementadas con explicaciones y videos sobre otras redes de investigadores chilenos en el mundo, como por ejemplo, ‘Otra Distancia’ y ‘EchFrancia’ que reúnen a investigadores chilenos en Francia; ‘Nexos Chile-USA’, que reúne a científicos chilenos en distinta etapa de desarrollo profesional en Estados Unidos; Red Inveca, nacida recientemente en Alemania; la UCL Chilean Society, de los estudiantes chilenos que están cursando su postgrado en la University College London; y la red chilena que conforma la Asociación Nacional de Investigadores de Postgrado (Anip). En esta misma línea, también se presentaron las reflexiones del Dr. Joaquín Garín, catedrático de la Universidad Autónoma de Barcelona y especialista en desarrollo organizacional.

LA REALIDAD DE LOS BECARIOS CON FAMILIA

En la oportunidad, también se presentó la trayectoria de la Red de Becarios/as con Familia (BCF) que existe desde el año 2010 y quienes hoy en día demandan que las asignaciones se reajusten a la realidad que están viviendo los becarios chilenos en Barcelona y el resto de España.

La Beca que reciben estos investigadores implica $1.538 dólares al mes, lo que hoy en día equivale a menos de 1.200 euros mensuales. Sin embargo, el arriendo de una vivienda en Barcelona cuesta en promedio 700 euros. Esto, sin considerar el gasto inicial de alrededor de 2.800 euros del mes de garantía, el mes inicial y la comisión del corredor de propiedades. Se le suma a esto los gastos en educación pública de los que tienen hijos, los cuales entre el servicio de alimentación escolar y las actividades extraescolares suman 150 euros mensuales por hijo, en tanto que entre materiales escolares, salidas pedagógicas obligatorias y las colonias escolares suman otros 260 euros al año por cada uno. Todo ello sin mencionar que en el caso de los becarios y becarias con hijos menores de tres años, el costo de la sala cuna asciende a 300 euros al mes.

Estas son las precariedades y problemáticas que enfrentan al menos 80 becarios chilenos que se encuentran en Barcelona realizando sus estudios de postgrado junto a sus familias. “Al regresar a Chile deseamos aplicar los conocimientos adquiridos y hacer un aporte significativo para el desarrollo del país, y contribuir a construir una sociedad más justa y solidaria”, señaló Enrique Muñoz, portavoz de la Red BCF y actual doctorando en Investigación en Didáctica de la Historia y las Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma de Barcelona.

Según Muñoz, en Barcelona predomina el caso del becario con dos hijos y cónyuge, quien “legalmente no puede trabajar, por la visa que le da el gobierno español como acompañante de estudiante”, aclaró.

“Los montos de la beca están fijados por el decreto 664 de Educación y corresponden a los del año 2008, es decir, no se han reajustado en cuatro años; son los mismos, aunque el costo de la vida ha subido en ese periodo de tiempo”, explicó Muñoz. Hoy, la Beca Conicyt para estudios en el extranjero incluye un monto extra para quienes se encuentran con su familia viviendo en el país de destino, pero “una asignación de 154 dólares para el cónyuge no alcanza, y lo más grave es que la asignación de 77 dólares por niño es claramente insuficiente”, señala Muñoz.

Por otra parte, el monto para un becario con cónyuge y dos hijos asciende a alrededor de mil 350 euros mensuales, sin embargo, para la renovación de la estancia de estudios se les exige mil 464 euros, “por lo que cada año muchos tenemos problemas con la renovación”, puntualizó.

Por todas estas razones es que hoy en día la Red BCF está demandando un reajuste a esta realidad. Específicamente que la manutención mensual por hijo, que estipula Becas Chile, se incremente al 30%, para que se puedan cubrir adecuadamente las necesidades básicas de un niño o de una niña, como lo son la alimentación, la atención médico-dental, la educación, el vestuario, entre otros.

Además plantean que exista la posibilidad de financiamiento para poder asistir a congresos, u otras actividades científicas, con un monto estipulado y justificando todos los gastos, puesto que hoy en día este gasto ya implica un sacrificio a los becarios chilenos en general, independiente del país donde se encuentren cursando sus estudios, pero se hace mucho más difícil a quienes se encuentran con sus familias bajo estas precarias condiciones.

“Es necesario considerar que al carecer de recursos económicos suficientes, nuestro desarrollo como investigadores se ve afectado y disminuido”, explica Muñoz. Tal es el caso de quienes quieren presentar alguna comunicación en algún congreso fuera de la ciudad o del país de destino, ya que la beca no les alcanza para financiar los gastos de pasajes, estadía e inscripción en encuentros de este tipo.

Hablar de la precariedad de las condiciones en que viven los becarios nacionales en el extranjero, no siempre es fácil. El perfil construido y el discurso en torno al becario, usualmente es de un “beneficiario”, de alguien que “ha ganado” algo; como si se tratara de un regalo o un premio. En el fondo, como si la beca fuera algo que le tocó por suerte o porque se le ocurrió al gobierno de turno y no como parte de un proyecto-país de formación de capital humano avanzado, el cual a través de un proceso selectivo dota de perfeccionamiento superior a un personal bastante amplio y diverso, que ha demostrado interés y mérito académico o profesional; el cual, en tanto “becario”, se compromete a realizar estudios de postgrado e investigaciones que aportan a generar conocimiento nuevo. Esta imagen del becario como trabajador intelectual y al mismo tiempo “precarizado”, se contradice con esa otra imagen social, la del becario que ha ganado una oportunidad de estudiar, avanzar en la escala social y recorrer el mundo.

Este compromiso del becario y su puesta en práctica es en sí una labor remunerada, aunque posea otra figura legal. La gran mayoría debe dejar sus puestos de trabajo (muchos sin garantía de que luego serán reincorporados), sus familias y sus proyectos personales y migrar a cumplir este compromiso sin previsión social, sin seguridad social pública, sin derechos laborales y con un salario apenas de sobrevivencia en muchos casos. Además de la inversión propia inicial que consiste en la solicitud, legalización y envío de documentos certificativos de los estudios y el pago de los documentos de identificación legal de cada país de destino, por poner sólo un ejemplo de los gastos que deben correr por cuenta del becario. Esto, sin contar con que la manutención mensual recibida nada sabe de crisis económicas globales ni alzas de impuestos. Es en este contexto concreto en el que los becarios chilenos estudian, investigan y producen conocimiento nuevo en los distintos países del mundo.

Envueltos en esta realidad, en su calidad de trabajadores intelectuales, han orientado sus actividades hacia la propuesta política y también a la reflexión académica sobre la realidad social, desde su perspectiva de investigadores migrantes y chilenos. De este modo, es que durante los últimos años han construido variadas iniciativas desde sus experiencias compartidas, posibilitando un espacio de construcción y reflexión de su condición de becarios precarizados en el extranjero e investigadores que pretenden, a su regreso, reinsertarse dentro del campo académico y profesional del país.

Por Lorena B. Valderrama 

El Ciudadano Nº137, primera quincena diciembre 2012

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