Literatura sudamericana

Editoriales Independientes de Argentina – Caleta Olivia: una apuesta por la poesía

Entrevista a Pablo Gabo Moreno, editor de Caleta Olivia, una joven editorial que desde Morón, provincia de Buenos Aires, apunta a compartir la poesía de autores de todo el país. “Caleta Olivia trata de federalizar un poco lo que ocurre con la poesía”, señala. Además, Gabo Moreno destaca que la “gran ventaja es trabajar y moverte con total libertad” ¿Cuáles son las desventajas de ser independiente? ¿Cuál es la situación actual del mundo editorial? Esas y más respuestas, en la siguiente entrevista.

 


Sobre la editorial


caleta olivia 0Caleta Olivia 
nació a fines del año 2015 con la idea de crear un nuevo espacio para difundir a la nueva y no tan nueva poesía de Argentina. Con ediciones con una estética trabajada y un precio económico, apunta a que los libros salgan de las vitrinas y depósitos para que se encuentren con su lector. Además, este joven proyecto editorial propone una selección de autores de distintas provincias del país, ayudando a descentralizar un poco el congestionado mundo de la Ciudad de Buenos Aires.


– ¿Cómo surgió Caleta Olivia?
– Caleta Olivia surgió hace como cuatro años, pero recién llevamos a cabo el proyecto editorial en octubre del 2015. En un principio, éramos dos personas pero ahora solamente estoy yo al frente. Respecto al nacimiento, creo que en algún momento iba a surgir, siempre consideré que me interesaba difundir poesía y editar mas que escribir. Se fue dando por decantación, me siento muy cómodo editando, trabajando los textos.

– ¿Por qué el nombre “Caleta Olivia”?
–  Nací en Caleta Olivia (Santa Cruz), no tuve muchos rodeos y elegí el nombre de esa ciudad. Creo que queda muy bien, es un nombre compuesto muy original.

– ¿Cómo van pensando el catálogo?
– Básicamente busco los autores que me interesan, trabajamos en conjunto el texto y si es viable el mismo. Después recibo muchos manuscritos que por una cuestión de tiempo es imposible leer. De todos modos, siempre con tiempo, le hacemos una devolución al autor.


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Pablo Gabo Moreno y los libros de Caleta Olivia.


– Tienen un catálogo bastante federal también. ¿Fue a propósito?
– No, se dio quizás por casualidad. Mucho antes de todo, había pensado en Sebasián Morfes (Bahía Blanca) y en Alfredo Jaramillo (Neuquén) que son poetas que leí mucho y que sostengo que tienen una impronta de arraigo a una ciudad relativamente nueva para ellos sin soslayar su origen. Con el caso de Fernando Callero (Paraná) pasa lo mismo aunque con una diferencia sustancial. Callero es netamente un poeta provinciano con un ahínco más notorio en cuanto a su escritura. Es saludable que eso suceda ya que lógicamente pasa casi todo por la Ciudad de Buenos Aires y  por el conurbano. Pero de a poco surgen nuevas voces o nuevas editoriales que trabajan para que sea todo más federal. Los festivales de poesía ahora se multiplican por las ciudades del interior y eso también es una consecuencia de lo que pasa.

– ¿Cuál es el factor que distingue a Caleta Olivia de otras editoriales?
– No creo encontrar ningún factor que nos diferencie netamente de las demás, aunque es lógico que cada uno proceda de manera diferente. Quizás algo para destacar es que Caleta Olivia trata de federalizar un poco lo que ocurre con la poesía. Volviendo un poco a la pregunta anterior, nosotros, sin proponérnoslo, tenemos para editar este año a poetas de Entre Ríos, de Bahía Blanca, Chubut, Córdoba. Creo que tratamos de abrir el mapa siendo conscientes de que es en un momento en el que la industria editorial está en baja. Editar desde Buenos Aires a un poeta de Tucumán no es algo usual pero no lo vemos como algo trillado. Como dije antes, vamos en busca del autor, después que el libro funcione o no es otra cosa.

Casi todo por la Ciudad de Buenos Aires y el conurbano como mucho, pero de a poco surgen nuevas voces o nuevas editoriales que trabajan para que sea todo más federal. Los festivales de poesía ahora se multiplican por las ciudades del interior y eso también es una consecuencia de lo que pasa.

– ¿Cómo ves el mundo de las editoriales independientes actualmente?
– Lo veo bien y eso no significa que estemos bien. Hay cada vez más editoriales porque se está publicando más y me parece que abrir puertas no es malo. Sucede que hay como un boom de abrir editoriales, así como también librerías en casas. Lo que no se sabe puertas adentro es que no es un trabajo fácil sencillamente porque la lógica indique que se debe proceder primero con la pasión que nos deba mover y segundo porque cualquiera que tenga diez minutos de iluminación y escriba algo muy bueno ya exige tener una publicación y las cosas no pasan por ese carril.

– ¿En qué sentido?
– Soy muy crítico de lo que se gesta en cuanto a la explosión de la poesía y veo a una camada joven que escribe mucho. Me pone feliz que eso suceda, pero también veo que algo queda en el medio. Así como una editorial independiente debe trabajar arduo, el autor debe hacer lo mismo y esperar el tiempo que sea necesario.

Soy muy crítico de lo que se gesta en cuanto a la explosión de la poesía y veo a una camada joven que escribe mucho. Me pone feliz que eso suceda pero veo que algo queda en el medio. Así como una editorial independiente debe trabajar arduo, el autor debe hacer lo mismo y esperar el tiempo que sea necesario.

– ¿Cuáles son las ventajas y desventajas que ves en ser independiente?
– La gran ventaja es trabajar y moverte con total libertad. La desventaja lógica es que la difusión, la cual considero esencial, es esquiva. Son las reglas del juego. Hay que asumir que cuesta mucho, pero hay que estar bien parado. Son momentos complicados para vender el producto y no hay que tomar como idea el hecho de permanecer en esto. Hay que hacerlo. Los libros tienen que llegar al lector.

– Se suele decir dentro del mundo editorial que la “poesía no se vende” ¿Estás de acuerdo? ¿Por qué creés que pasa o se dice eso?
– Porque es verdad. La poesía se lee mucho a través de diferentes soportes tecnológicos pero se vende poco, casi nada. Si hacés buenas ediciones y movés libros a precios módicos, sos un proselitista; en cambio, si editás para vender tu libro a $250 como vi por ahí, es irrisorio que se sustente la idea. Prefiero lo primero, de hecho nosotros, de las primeras dos ediciones haremos una reimpresión. Nos fue bien, pero elegimos mover los libros y hacer promociones como entregas sin cargo a domicilio. Todo sirve porque la gente no gasta en libros. De alguna manera hay que acercarlos a la poesía y achicar ese margen.


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– ¿Cómo conviven en vos ser escritor y editor al mismo tiempo?
– Uff….ya podría decir que no conviven porque siempre quise editar y no escribir. Considero que si tenemos tanto para decir no debe ser mucho más que tres libros, cuatro ponele. Yo escribí dos y otros dos que saldrán este año o el otro. Ya después no más, creo que no sería consecuente conmigo. Ahora estoy de lleno en la edición que de hecho es muy útil mucho para balancearse con los propios textos. Es un buen ejercicio pero que en este caso ya no me sirve de mucho.

Hay que asumir que cuesta mucho pero hay que estar bien parado. Son momentos complicados para vender el producto y no hay que tomar como idea el hecho de permanecer en esto. Hay que hacerlo. Los libros tienen que llegar al lector.

– ¿Cuáles son los próximos proyectos en “Caleta Olivia”?
– Tenemos para este año como proyectos las ediciones de libros de Osvaldo Bossi, Patricio Foglia,  Martín Armada,  Lucas Soares, Flor Minici, Mariela Gouric y un hermoso libro del poeta paranense Manuel Podestá.  También, libros de Laura Crespi y la poesía reunida de una poeta muy importante. Ya en carpeta una traducción y un ensayo para principios del otro año con otros tantos libros de poesía y pequeñas prosas. Mucho material por suerte.


Contacto con Caleta Olivia:

Facebook: Caleta Olivia


Esta entrevista también forma parte de la serie «Editoriales independientes» de la revista digital La Primera Piedra

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