Desde Estados Unidos conversó con El Ciudadano

Entrevista a Fabrizio Copano: “La única opción de mejorar la política es tomársela, quitársela a los que la tienen secuestrada”

Junto con echar un vistazo a las polémicas que marcaron el humor en el Festival de Viña, el comediante se refiere a la contingencia política chilena, entre ello a la curiosa popularidad de la que sigue gozando Sebastián Piñera: “la gente empieza a naturalizar la corrupción o la empieza a ver como un tipo de inteligencia”, dispara.

Por Daniel Labbé Yáñez

22/03/2017

Publicado en

Chile / Entrevistas / Portada

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Copano viñaFabrizio Copano realizó probablemente la mejor rutina en el espacio dedicado al humor en el pasado Festival de Viña del Mar. Se subió el último día al escenario, precedido de una lluvia de críticas hacia sus compañeros de oficio por un exceso en el uso de garabatos, y que tuvieron su peak cuando Alberto Plaza los trató de “flaites”.

Desde Estados Unidos, país en el que hoy reside, conversó con El Ciudadano de eso, de Lagos, Piñera y Kast, del Frente Amplio y de su postura frente al aborto, entre otros temas.

¿Has podido palpar en Estados Unidos lo que ocurre con Donald Trump, con la gente que simpatiza con él?

No, es muy difícil porque este es un Estado completamente liberal (California) y hasta el mismo alcalde se ha declarado enemigo de las políticas de Trump. Además que acá se nota mucho la inmigración, parte de la cultura está muy combinada, lo cual hace la razón por la que me gusta estar acá y no en otra parte de Estados Unidos; además del rollo de la comedia y todo eso. Pero todos mis amigos encuentran que Trump es un tipo abominable y están en contra de sus políticas. Entonces, al menos a mi alrededor no he visto en la gente ningún cambio en particular.

¿De qué se ríen los gringos? ¿Qué les gusta y qué no de las rutinas que has podido armar?

Pucha, yo creo que todavía no llevo el tiempo suficiente para hacer un diagnóstico tan claro, pero lo que sí he sentido es que el humor aquí es mucho más en lo específico, les gustan mucho más los chistes que se basan en -no sé- datos mucho más particulares, que lo que es tan amplio. Latinoamérica todavía -y debe ser por la cantidad de tiempo que llevamos haciéndolo- tiene ritmo de cosas un poquito más generales, mientras que en Estados Unidos de verdad hacen chistes sobre una noticia que leyeron en un diario donde en una página dice que… y funciona. Ahí al menos me he dado cuenta que hay una diferencia, pero todavía estoy en la fase A de experimentación.

¿Crees que es posible trasladar cosas de nuestra cotidianidad, freak, raras, para festinar con ellas allá?

No lo he intentado en realidad, pero el otro día estaba intentando explicarle a algunos amigos cómo funcionaba el Festival de Viña y, claro, para nosotros ha sido algo tan constante en la vida que cuando lo explicaba decían ‘que freak este espectáculo’… por cómo gritan por la Gaviota, por cómo te pueden abuchear y arruinar la carrera y, claro, ahí me di cuenta que había algo cómico en quizás ese tipo de cosas. Pero, en realidad, no lo he intentado hasta el momento; he hecho un material que ha sido pensado más bien desde cero en Estados Unidos.

Foto: Pablo Montt

Foto: Pablo Montt

“Históricamente en el Festival ha habido momentos más soeces, incluso ofensivos”

¿Qué representa para ti el Festival de Viña: Lo ves como un espacio de consolidación o crees que hay una sobrevaloración de él?

No, yo creo que el Festival es súper importante porque -imagínate- la cantidad de gente que lo ve, la repercusión que tiene, la cantidad de conversaciones que hay alrededor de él en temas valóricos, éticos, de la sociedad chilena… Me parece que ahora más que nunca el Festival de Viña es algo relevante y es interesante estar como comediante. Y, claro, quizás hay palabras como consolidación o consagración que las pone más la gente que uno, pero -imagínate- en qué espacio te dan 50 minutos para hablar sin censura o sin grandes niveles de censura. Y nada, me parece que es súper importante hoy por hoy, no lo sobrevaloro para nada.

Tu presentación estuvo precedida por críticas por el uso de garabatos, y se apuntó principalmente a la “Chiqui” Aguayo. ¿Crees que hubo machismo en esos cuestionamientos?

Creo que, claro, cuando uno ve históricamente el Festival de Viña, siempre ha habido momentos más soeces o de más grueso calibre o, incluso, ofensivos, que es como lo peor, ¿no? Contra los homosexuales, por ejemplo, y ahí nadie se levantó a decir nada. Y la verdad es que tampoco yo te diría que me encantó la rutina de la “Chiqui” ni fue mi favorita ni mucho menos, pero creo que si se hubiese hecho como un análisis, como más relacionado a las escenas que construía, creo que hubiese sido más justo que solo decir ‘ha, es que las niñitas no pueden decir esas palabras’. Entonces, claro, siempre habrá una diferenciación y creo que ni siquiera por las groserías, sino que siempre habrá un juicio diferente al comediante hombre y la comediante mujer. O sea, espero que no sea así siempre, pero ha habido y creo que lamentablemente va a seguir siendo así. Y nada, creo que debería verse más como de una manera tradicional y, en general, en Viña se ha estilado la tradición del humor vulgar y creo que es parte de la cultura chilena y no hay que tenerle vergüenza.

¿Por qué crees que es “hueviable” un tipo como Alberto Plaza y qué otros como él hay en Chile que tienen bien ganado el hecho de ser “hueveados”?

Foto: albertoplaza.cl

Foto: albertoplaza.cl

Lo de Alberto Plaza fue en un contexto donde no se trataba de él. La verdad, yo no tengo nada en contra de él en particular, no lo conozco, y no me gustaría seguir hablando de él nunca más en la vida. Pero, claro, hay como una especie de chileno que quedó como en ese limbo, ¿no?, entre lo viejo y lo nuevo, y que se sorprende tanto con lo nuevo que como que te dan ganas de burlarte cuando se vuelven tan extremistas y dan a conocer públicamente su postura; independiente de que yo esté de acuerdo en que la defiendan, ningún problema, pero me dan ganas de un poco parodiarlos.

Alberto Plaza se refirió a los comediantes que subieron al Festival de Viña como “flaites”. ¿Qué cosas encuentras verdaderamente “flaites” de las que ocurren en Chile?

Así, como a la rápida, pensar en algo, no sé… ¿Piñera ya habrá entregado los mails que tiene que entregar?… Porque correrse de entregar los mails en un caso judicial así importante, ad portas de una carrera presidencial, me parece flaite.

“A Guillier lo encontraba elocuente al hablar y ahora empezó a desvanecerse su voz”

A propósito de eso, ¿qué te parece el panorama de las elecciones presidenciales, con candidatos como Piñera o Lagos, a los que tú hiciste alusión en tu rutina? ¿Qué piensas de Guillier?

Piñera y Lagos me parecen volver al pasado y una pésima idea por todos lados. Luego, con Guillier me pasa que no sé cómo piensa. Lo encontraba tan elocuente al hablar y ahora cuando empezó la carrera empezó a desvanecerse su voz, entonces eso me da nervio y me causa incomodidad. Creo que si alguien tiene tan clara la película como parecía tenerla al principio, dan ganas de escucharlo más y no menos. Entonces, claro, ahí parece que se está armando algo. Pero hoy yo no tengo idea por quién votar, creo que hay que esperar un rato porque hasta el momento nadie da garantías. Y claro, Piñera y Lagos son una repetición innecesaria que yo evitaría, pero creo que tampoco hay que regalar el voto, especialmente en el contexto en el que están las cosas.

¿Qué lectura haces de la sociedad chilena, en términos de que mientras más sabemos de cuestiones mañosas, truchas que ha hecho Piñera -por ejemplo, con el tema de Bancard, lo de no entregar los correos, lo de Dominga-, igual siga manteniendo la mayor probabilidad de ser el próximo Presidente?

Bueno, es culpa de que el nivel está tan bajo que en el fondo la gente empieza a naturalizar la corrupción o la empieza a ver como un tipo de inteligencia, y eso es lo que también lleva, por ejemplo, a gente como Trump a ser Presidente. La gente empieza a ver valores en gente que se saltó la línea, que hizo algo extraño y creen que eso como que se va a transmitir hacia un gobierno y la verdad es que no debiera funcionar así. Creo que ahí faltan respuestas potentes en las que la gente pueda confiar y decir: ‘yo sí voto por esta persona en contra del Piñerismo’. Pero del otro lado tampoco tienen a tanta gente que esté tan limpia como para poder defenderle bien la carrera. Creo que si hubiese alguien que genere confianza -ponte tú, pasa con Guillier, que genera un poquito más de confianza por ser un outsider– de inmediato la gente votaría por esta otra persona. Entonces, claro, creo que tiene que ver con eso, que la línea está muy muy baja.

En tu presentación en Viña, en un momento en que hablabas de los abusos, de que nos cagan con distintas cuestiones, mencionaste al Frente Amplio, dijiste “nada va a cambiar si no creamos un Frente Amplio entre nosotros”. ¿Te sientes cercano a sus ideas, conoces a algunos de ellos?

boric jacksonBueno, yo milito en Revolución Democrática, que es parte del Frente Amplio, y tengo una relación bastante cercana con Giorgio (Jackson), lo conozco hace un buen tiempo, y con Gabriel (Boric) hemos estado un par de veces y tenemos muy buena onda. Y sí, yo encuentro admirable el trabajo que están haciendo ambos y también sumo a Camila Vallejo y a Karol Cariola a la lista de gente que me parece que están haciendo algo interesante; en otro ámbito también Jorge Sharp. Y, claro, generacionalmente me siento más cercano a ese grupo de personas y a esa manera de enfrentar la política que a la anterior, y tengo mis esperanzas depositadas en que ellos van a llevar cambios que a mí me parecen importantes para Chile. Entonces, el guiño al Frente Amplio fue también para empezar a movilizar esa idea y tener conciencia de que es cierto que la única opción de mejorar la política es tomársela, es quitársela a los que la tienen secuestrada y hacer que la política sea de la gente; y dejar de tenerle miedo a la palabra política y empezar a abrazarla desde la manera ciudadana. Así es que eso es lo que yo intenté decir en ese momento.

“Que Kast primero se haga cargo de cómo su sector ve a las mujeres”

En tu presentación en la Quinta Vergara manifestaste tu defensa del derecho de las mujeres a decidir sobre su cuerpo. ¿Eres partidario del aborto solo en las tres causales o de un aborto libre?

Yo creo en la libertad de elección de la mujer respecto de sus procesos reproductivos en todo nivel, y creo esto firmemente porque considero que en una sociedad en donde algunas clínicas hacen pasar abortos por apendicitis, mientras otras personas mueren en clínicas truchas  haciéndose abortos en la marginalidad, sucede que la única forma de arreglar esto es legislar con inteligencia y honestidad, y hacer que todo el mundo tenga derecho a planear su paternidad de manera responsable, y si es necesario que el aborto sea legal para eso, me parece lo más sensato del mundo.

¿Qué te pareció el video que subió Felipe Kast a YouTube en el marco del Día Internacional de la Mujer, donde aparece vestido de mujer, como una forma de “ponerse en su lugar”?

Me da risa porque me imagino toda la matemática que deben haber tenido, ¿no?, todos los asesores diciendo ‘mira, la mejor forma de llamar la atención en ese día’… En ese sentido, el objetivo se cumplió, todos terminaron hablando de Felipe Kast vestido de mujer. Y yo creo que eso da exactamente lo mismo, lo que importa es que él trabaje en leyes claras que contribuyan a eso. No sirve de nada hacer un video diciendo ‘me comprometo’, cuando uno después ve las declaraciones de su sector y son sesgadas y ridículas muchas veces. Entonces, que primero se haga cargo de cómo su sector ve a las mujeres, cómo las trata, y luego se disfrace para hacer un video en YouTube.

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