Michele Ellner del CODEPINK se sentó con la directora de NODAL, Pili Giménez, para discutir los resultados de las elecciones legislativas de Argentina del 26 de octubre, la victoria del partido de Milei y las consecuencias de esto para el futuro del Peronismo.
Venimos de una elección compleja. ¿Cómo describirías el resultado y su impacto inicial?
Pili Giménez: Venimos de una derrota electoral. El frente que se conformó dentro del peronismo y sus alianzas, del Partido Justicialista, fue derrotado en las elecciones. Se pueden hacer muchos análisis en términos electorales, de cómo quedaron distribuidas las fuerzas, de cómo va a venir la puja en la Cámara de Diputados y Senadores, las mayorías con las que se cuenta… Todo un análisis quizás más institucional dentro de la democracia formal, que yo creo que es importante, porque la puja de cómo se van dando las leyes, los decretos, tiene una importancia. Milei necesita tener mayoría para poder gobernar con gobernabilidad y no tener que usar —que igual yo creo que no tendría ningún problema en hacerlo—, como el caso de Ecuador, el estado de excepción. No descartamos ese escenario también.
Más allá de lo electoral, ¿qué lectura haces del nuevo mapa de fuerzas políticas?
Pili Giménez: Creo que con estas elecciones queda asentado que se conformó el partido de la derecha, porque se logró esa alianza entre esta emergencia de actores que representa Milei y la oligarquía tradicional argentina que representa el macrismo.
Entonces, al quedar conformados como una mayoría, como un grupo uniforme dentro de La Libertad Avanza, se conforma el partido de la derecha con lo que luego será la pugna de poder —no entre Macri y lo que Milei representa—. Hay algo muy importante en ese sentido, porque no había pasado a lo largo de la historia una conformación de todos los sectores de la derecha alineados en un partido común. Entonces eso tiene un peso específico. Creo que vamos a tener que lidiar con eso, porque donde hay cohesión hay dificultad para romper; donde hay fragmentación es más sencillo quizás presentarse como una alternativa cohesionada.
¿Y cómo queda el panorama dentro del peronismo?
Pili Giménez: En el caso del peronismo, se conforma lo que es el núcleo duro. Se vuelve a medir lo que es el núcleo duro del peronismo en provincia de Buenos Aires, si bien es el bastión principal de los votos peronistas y es el 40 por ciento del padrón electoral de la Argentina.
Lo que sucedió es que, si bien ganó La Libertad Avanza por el arrastre —porque no estuvo el arrastre, porque se desdoblaron las elecciones—, el 7 de septiembre se eligieron con anterioridad a estas elecciones generales legisladores, concejales e intendentes. Entonces la parte local quedó desdibujada de la elección nacional. Ese arrastre de votos que llevan los intendentes y los concejales como que se perdió en la elección nacional. Hay algo de eso que hace que los resultados de provincia de Buenos Aires hayan sido favorables para La Libertad Avanza.
¿Qué conclusiones sacas en términos de liderazgo y conducción dentro del movimiento?
Pili Giménez: Había algo que un poco ya se sabía en relación al resto de las provincias. Con Santa Fe y con Córdoba había ciertas expectativas de que Fuerza Patria lograra instalarse. Había distintos escenarios, pero creo que lo que se consiguió es medir cuál es el piso de votos.También quedó en evidencia una crisis dirigencial agudizada. Creo que la interna entre Máximo Kirchner y Axel Kicillof desdibuja la importancia que tiene Cristina Fernández de Kirchner en la política nacional como la referencia más grande que tiene el peronismo: mujer, expresidenta, exvicepresidenta, armadora de las estrategias electorales, con aciertos, con errores.
Se desdibuja la figura de Cristina, que además está presa, está proscripta. No por algo la intentan anular de la política. Ya no es el aniquilamiento físico, sino este tipo de estrategias las que hacen que pretendan que quede fuera de la jugada. Y sin embargo, creo que Cristina tiene un rol central en aglutinar este núcleo duro de treinta, cuarenta por ciento, y poder construir una unidad programática —no una unidad electoral—, sino una unidad programática. Poder pensar líneas, ejes centrales, puntos en común, que cuestionen en un programa político y no una unidad electoral.
¿Y qué papel debe cumplir el resto del movimiento en este contexto?
Pili Giménez: Si, creo que la tarea no es de Cristina; esa es tarea de los sectores que formamos parte del peronismo. Damos la tarea del debate político y de la radicalización política. También creo que hay una necesidad de radicalizar. Así como la derecha se radicalizó, puso a un personaje disruptivo, totalmente disruptivo de lo que era la política tradicional en la derecha, con un discurso radicalizado en relación al programa político que encarnaba; de nuestro lado no hemos construido esa radicalidad. Y creo que es un pendiente que tenemos de cara a 2027: poder poner ejes de debate, ejes ordenadores de la política del lado del peronismo que radicalicen y que reconstruyan el tejido social y la vinculación con ese 30 por ciento que es el que finalmente se termina movilizando en el territorio, lo más militante.
Mencionas la necesidad de reconstruir el tejido social. ¿Cómo se traduce eso en términos electorales?
Pili Giménez: A partir de esa reconstrucción del tejido social y de esa unidad programática, se puede pensar en volver a enamorar, volver a traer a ese voto móvil que esta vez votó por La Libertad Avanza, pero que en su momento también votó por Alberto Fernández, votó sacar a Macri. Entonces no es un voto duro: hay por lo menos un 20 por ciento de un voto que está en disputa. Ahí, con esa unidad programática, con esa radicalización y con esa reconstrucción del tejido social, se hace posible un acercamiento.
¿Qué desafíos ves en el vínculo con la juventud y la digitalización?
Pili Giménez: Hay que interpretar a los nativos y a las nativas digitales y poder darse una estrategia en relación a eso, para no terminar siendo un partido conservador. Para no terminar no comprendiendo cuáles son las transformaciones que se están dando: estas nuevas formas de subjetividad que imponen las redes sociales. Y entonces, como te decía, Milei supo interpretarlo bien, la derecha supo interpretarlo bien. Nosotros tenemos pendiente una estrategia de cómo vamos a vincularnos con la digitalización, con el hecho de que las personas pasen 8 horas frente a la pantalla.
Hay que crear una propuesta de Estado que tenga en cuenta el desarrollo de la inteligencia artificial. Las universidades públicas tienen que tener una transformación. Todo lo que defendíamos tal cual lo defendíamos hace quizás 5 años ya no es lo mismo, y hay que repensarlo y reinventarlo. Y para enamorar a la gente es importante darle una propuesta que tenga algo que ver con el sentido de realidad de lo que está pasando día a día.
Si una persona se pasa 8 horas frente al teléfono, entonces está consumiendo una cantidad de contenidos que los subjetivan, que les modelan la opinión pública y que hacen el rol de lo que antes era la radio o el periódico. Terminan haciendo agitación y propaganda, que en su mayoría tiene contenidos de derecha, que forman una subjetividad de derecha, fascista incluso. Entonces creo que tenemos que tomarlo como una trinchera de batalla y salir a dar la batalla fuertemente en ese sentido, para con el complemento de todos estos elementos que te mencioné, reconstruir y lograr cohesionar la fuerza y poder hacer una mayoría que discuta no solo electoralmente sino también el modelo de país.
Que podamos volver a poner arriba de la mesa la palabra antimperialismo, que podamos volver a hablar de antimperialismo, que podamos volver a hablar de revolución, que son palabras que se han desdibujado. Hemos quedado encerrados en una especie de trampa socialdemócrata o woke, donde discutimos solo una agenda y quedamos sin discutir otros temas que son centrales y fundamentales para todas las transformaciones que se están dando.
¿Y cómo se vincula todo esto con el contexto latinoamericano actual?
Pili Giménez: Para la coyuntura latinoamericana, necesitamos que Argentina tenga un rol protagónico en apoyar la unidad latinoamericana frente a un momento tan difícil, con gobiernos como los que estamos teniendo en este momento, con conflicto. Me estoy refiriendo a todos los que serían los neofascistas, y con una situación tan delicada como la que hay en el mar Caribe, en la que Venezuela es un punto de ataque inminente por parte de los Estados Unidos, cosa a la que no se puede ser indiferente. En Argentina no podemos ser indiferentes a esa situación.
Y creo que parte de radicalizarse tiene que ver con poder poner esos temas en la agenda, al igual que Palestina también, que es un tema del que el peronismo tiende a tener lecturas bastante cuestionables, en relación a reproducir la teoría de los dos demonios: poner a las organizaciones políticas de Palestina como terroristas, reproducir el eje del enemigo, reproducir la teoría de que los 30 mil desaparecidos y desaparecidas también eran terroristas porque se organizaban para transformar el mundo injusto en el que vivían. Entonces creo todas esas cosas hacen a la reconstrucción de nuestra fuerza social y la posibilidad de tener una iniciativa revolucionaria en nuestro país.
El Ciudadano
						
										
										
										
										
										
										
										
										
										