Entrevista al cientista político francés

Franck Gaudichaud y la segunda vuelta en Francia: «La elección de Macron puede significar el camino para la victoria de Le Pen en la próxima elección»

"Los sectores dominantes le temen a Le Pen, y Macron es el candidato del sistema financiero y de la burguesía francesa", señala al analizar el proceso del balotage francés.

Por Jose Robredo

29/04/2017

Publicado en

Entrevistas / Mundo / Portada

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Las elecciones presidenciales en Francia marcaron una derrota del bipartidismo que por más de medio siglo controló la política francesa. El próximo 7 de mayo Emmanuel Macron y Marie Le Pen disputarán la presidencia gala, en lo que será el inicio de un nuevo ciclo político en el segundo país en importancia de la Unión Europea.

El cientista político francés, Franck Gaudichaud, en conversación con El Ciudadano sostiene que «los sectores dominantes le temen a Lepen y Macron es el candidato del sistema financiero y de la burguesía francesa» y que por ello tanto el PS como la derecha tradicional ya le entregaron su apoyo.

Sin embargo, Gaudichaud sostiene que la fragmentación política que se hace patente tiene relación con que «la globalización capitalista neoliberal está socavando las bases de los partidos tradicionales, en especial de la socialdemocracia; eso está muy claro en Europa».

¿Este es un quiebre histórico entre el establishment de la derecha tradicional y la socialdemocracia, con los grupos que se encuentran fuera del binominal tras 60 años de V República? 

Lo que podemos ver es el socavamiento acelerado de las instituciones de la V República, que fue fundada el año 58. El bipartidismo se encuentra totalmente destruido, los dos partidos hegemónicos de la derecha y la izquierda están fuera de juego, y en particular el PS, que era el partido de gobierno, se encuentra en crisis por dos motivos: primero, el presidente no fue capaz de presentarse a la reelección y, segundo, su partido logró una votación del 6%, lo que no se daba desde el año 69. El PS se encuentra en la misma situación que la que estaba antes que lo refundara Miterrand el año 71, y en este escenario de crisis política y social aparecen fuerzas de recambio, pero que de todas formas son parte del sistema.

Este no es el primer caso. Está el caso de Trump, que es un tipo que está fuera del bipartidismo tradicional; ahora en Francia, pasó de cierta forma en Holanda y Austria, y puede llegar a Alemania. ¿Dejó de ser un tema aislado? 

Creo que la globalización capitalista neoliberal está erosionando las bases de los partidos tradicionales, en especial de la socialdemocracia, eso está muy claro en Europa: Sucedió con el PASOK en Grecia, con el PSOE en España y ahora el PS francés que aplicó la austeridad incluso más allá de lo que hizo la derecha. Eso destruyó las bases sociales populares de la socialdemocracia. Pero la derecha tradicional está muy afectada, pero es impresionante la resistencia que aún tienen, ya que su candidato, Fracois Fillon, que está metido en un caso de corrupción, alcanzó casi el 20% de la votación y estuvo a punto de pasar a segunda vuelta, por lo que no se puede enterrar completamente a los partidos tradicionales. El neoliberalismo afecta a las bases populares, pero también golpea a los partidos de las clases dominantes. Éstas buscan otras formas de hegemonías y en el intertanto aparecen monstruos como Marine Le Pen.

¿Pero esos monstruos son creados por esta clase dominante? 

Estos monstruos, que podemos calificar de populismo reaccionario o derecha neofascista, pueden ser funcionales al sistema hegemónico en la medida que la crisis siga su curso. En estos momentos los sectores dominantes le temen a Le Pen y Macron es el candidato del sistema financiero y de la burguesía francesa. Su paso a segunda vuelta significó un alza de 8% en la bolsa de París. Todos los dirigentes europeos lo felicitaron, porque es el sostén del capital del continente. Pero la elección del líder de ¡En Marcha! puede significar el camino para la victoria de Le Pen en la próxima presidencial. Es el candidato perfecto para la extrema derecha pues encarna a un banquero neoliberal que seguirá el mismo camino que el gobierno de Hollande.

Franck Gaudichaud, cientista político. Imagen Skype

¿Dejaría el camino fértil para un proyecto de ultraderecha? 

Claro, porque de esta forma Marine Le Pen tiene la encarnación de lo que muchos franceses odian, el fondo de su comercio es atacar a la Europa liberal, atacar a esa élite que representa Macron. Esto a pesar de que, claramente, Le Pen igual va a gobernar con los bancos.

El discurso de Macron es despolitizado y que no toma posición. ¿Eso se puede reflejar para el resto de Europa? 

Es tanto la fragmentación política, que tenemos a Macron que dice «ni izquierda ni derecha» -cuando es de centroderecha- agrupando a todos los caciques del PS pero también de la derecha. Pero en este escenario también tenemos a Melenchón, que trató de recomponer a la izquierda con un discurso tipo Podemos que estaba en el mismo discurso pero desde una base populista de izquierda. Vale decir, el mismo discurso se reivindica, ya que la oposición sería pueblo versus casta.

La segunda vuelta se entiende como un «todos contra Le Pen». ¿Qué tanto va a tener que ceder frente a los partidos tradicionales que le van a apoyar? 

El llamado Frente Republicano, que funcionó en abril de 2002, en la primera vez que el Frente Nacional llegó a segunda vuelta, ahora está funcionando parcialmente, porque algunos son reacios a llamar a votar por Macron, como es el caso de Melenchón, que dijo que consultaría a las bases. Pero globalmente, Macron va a capitalizar el voto de la derecha tradicional, la socialdemocracia y de gran parte de la izquierda que no quiere ver a Le Pen en el poder. El desafío de Macron es cómo enfrenta las elecciones legislativas y cómo compone una mayoría.

¿El proceso que vive Francia se puede proyectar para el resto de Europa? 

Para algunos intelectuales críticos se está dando lo que Chantal Mouffe denomina como «el momento populista», es decir, se posicionan en la ruta del Podemos de España. Ahora también está la izquierda anticapitalista que apuesta por la política de clase. Muchos miran a Francia para repetir lo que ha pasado en España, que será más difícil porque los partidos tradicionales aún pesan mucho. Queda mucho para la conformación de una alternativa.

José Robredo H.

El Ciudadano

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