Periodista Patricia Zapata: “Banco de Guatemala le dio un préstamo al gobierno para tratar la pandemia y hubo una incapacidad absoluta para ejecutar estos fondos»

La periodista relata lo que se vive actualmente en Guatemala y asegura que la fuerza del pueblo es admirable

Por Sofia Belandria

23/12/2020

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Entrevistas

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En Guatemala nos espera Patricia Zapata, nuestra corresponsal en Centroamérica. Y toca ir a Guatemala, porque después de ocuparnos de Perú y las movilizaciones que hicieron caer el intento de gobierno surgido después de que el Congreso declarara la vacancia de Martín Vizcarra. Casi en simultáneo, el pueblo guatemalteco salió a denunciar la corrupción del gobierno derechista de Alejandro Giammattei. Su situación es de total inestabilidad, aunque contó con el apoyo de una misión de la OEA.

Quería solo empezar con una precisión la misión del OEA más bien fue a solicitud del presidente Giammattei invocando lo de la Carta Democrática, no fue una cuestión espontanea que decidiera acompañar sino a solicitud de él y lo cual fue muy mal recibido en los sectores sociales en Guatemala porque tampoco es que se estuviera planeando un golpe de estado como él argumentaba

Justamente quería arrancar por ese lado, ¿cómo era que había caído la OEA en Guatemala, si no había peligro de golpe de estado como lo dices y cuáles fueron todos estos sectores que salieron a rechazar toda esta situación?

En Guatemala primero se están conjuntando como tres grandes cosas en este momento, que yo creo que hay que precisar para entender quiénes y por qué salieron a las calles. Lo primero es el tratamiento de la pandemia por el covid-19 todo lo que sucedió que colmó el plato de muchos sectores en Guatemala, el día 1 de la pandemia el sistema de salud estaba colapsado totalmente, estaba colapsado de antes. Asignaron fondos millonarios para el tratamiento de la pandemia, fondos que incluso como declararon emergencia sanitaria el gobierno tuvo la posibilidad de prestarse a sí mismo, el Banco de Guatemala le dio un préstamo al gobierno para tratar la pandemia, más los fondos internacionales y hubo una incapacidad absoluta para poder ejecutar estos fondos y atender la pandemia, eso había sido lo primero.

Lo segundo tiene que ver con los efectos que hubo en el país por los recientes fenómenos climáticos que dejaron inundadas un montón de comunidades, el interior del país fue sumamente afectado y que marca como otra pauta para Guatemala y después de eso, se da el hecho de que el Congreso de la República aprueba el presupuesto que el presidente manda al Congreso y lo aprueba tal y como está, es el presupuesto más alto en la historia de Guatemala y está claramente dirigido a favorecer a los sectores empresariales oligarcas y el decrimiento de la población. Se recorta el gasto social, eso fue lo que detonó estas manifestaciones.

Y quiénes salen. En Guatemala se repite un poco el fenómeno que se dio cuando en 2014-2015 se da la crisis que termina con la caída del presidente Otto Pérez Molina, donde realmente hay una diversidad de actores en la calle, salieron estudiantes, pero también salieron campesinos, autoridades ancestrales, la gente estaba en la calle y lo que pedían era un desahogo a esta situación que se está viviendo, que basta de tanta corrupción en el Congreso. Todo esto también lo tienes que vincular, un poco, con una situación de la que se está hablando muchísimo que en Guatemala es una realidad y es toda la cooptación de los organismos del Estado, de todos los organismos del Estado por poderes que son como poderes fácticos. En Guatemala se habla de un pacto de corruptos que son los que tienen como cooptadas todas las instituciones, que hasta solo se ha salvado la Corte de Constitucionalidad y han hecho intentos por también cooptarla.

Fue como un decir “basta de tanto” y terminó como terminó, mucha gente en la calle, hubo actos violentos. Los analistas en Guatemala dicen que los conatos violentos que terminaron con la quema del Congreso, no fueron conatos de la gente que salió a manifestar, dice que la manifestación era pacífica y que hubo una serie de provocaciones que terminaron con la quema del Congreso, puedo decir que están saliendo los sectores sociales más amplios.

Hace poquito hablábamos con Jorge Burgos, director de Criterio.hn, para que nos contara lo que pasaba en Honduras, realmente es un guión o una explicación tan parecida, son como dos países que se los ve a la distancia con muchas similitudes. Sin embargo, hay una diferencia muy grande y es que en Guatemala se votó para tener un gobierno después de Otto Molina, vino Jimmy Morales que fue nefasto y ahora Giammattei que está hasta peor, la institucionalidad está un poquito más armada en Guatemala, sin embargo, no hay ninguna transformación a la vista.

No, sin duda la institucionalidad efectivamente, yo creo que en el tiempo de la pos guerra si está un poco más armada en términos por lo menos teóricos, sin embargo esto no ha llevado desde ningún punto de vista a que en Guatemala se den algunos cambios estructurales que, finalmente, cambien la situación. Situación que provocó una guerra de 36 años. Es esta exclusión, esta miseria lo que provocó la guerra y nos vemos a más de 25 de la firma de la paz, se firmó en el 96 estamos en 2020, 25 años de la firma de la paz y seguimos encontrando en el país todos estos elementos estructurales que provocaron la guerra, la situación de miseria, la situación de la población rural del país.

En Guatemala el 53% de los niños menores de 6 años tienen desnutrición grave, la situación es catastrófica, entonces la institucionalidad efectivamente está más armada pero habría que poner cuidado porque yo creo que en este momento hay un riesgo también en la institucionalidad, porque todo este conflicto ha llevado a una confrontación que es importante, que no podemos menospreciar, entre el presidente de la república y el vicepresidente. El vicepresidente incluso hizo un llamado a Alejandro Giammattei a que renunciaran y renunciaran ambos porque el manejo de todo lo que está sucediendo en Guatemala es fatal y él dice “lo estamos haciendo mal y no hay forma de esto”. El presidente Giammattei dijo que no iba a renunciar, negó cualquier posibilidad, se supone que convocó al diálogo del que al final están solo los empresarios, con la visita de la misión de la OEA a solicitud de Giammattei hubo otra confrontación, el vicepresidente no aceptó reunirse con la misión y los sectores sociales tampoco se reunieron con la misión.

Pensando en esos sectores sociales que es de dónde debería surgir una respuesta a todo esto que nos estás contando, porque está claro que toda la clase política ha estado, en mayor o menor medida, involucrada en toda esta trama de corrupción, ¿pero qué podemos esperar ahí?, ¿hay sindicatos fuertes?, ¿hay movimientos originarios fuertes?, ¿estos empiezan a articularse de alguna manera, empiezan a crear algo que puedan conducir desde la política, desde una vía pacifica digamos, una transformación? ¿Cómo lo ves eso, Patricia?

Yo creo que aquí es muy importante algo, con la situación en Guatemala uno tiende a caer en el pesimismo, yo me voy a abstraer de eso en este momento, yo creo que hay un elemento positivo y que puede llevarnos a mejores condiciones. Este año Guatemala se logró la conformación de un frente campesino, en este frente campesino convergen 4 organizaciones campesinas de las distintas regiones del país, pero sobre todo convergen los liderazgos campesinos históricos, que tienen una gran legitimidad en Guatemala y que tienen mucho trabajo de base en el Occidente del país, pero también en el Oriente. Es importante que se haya logrado formar este frente porque interpeló y puso en articulación a organizaciones campesinas que tradicionalmente actuaban solas en sus regiones de incidencia. Yo creo que este frente campesino donde están organizaciones tan históricas como el CUC que es el Comité de Unidad Campesina, que jugó un papel fundamental en la guerra, el Comité Campesino del Altiplano e incluso el pueblo Chortis que está ubicado en el oriente del país y que es una zona tradicionalmente olvidada del país.

Yo creo que el frente campesino ha estado teniendo planteamientos y se abre una posibilidad de que haya un interlocutor social que pueda como proponer cosas, que tenga una visión de mediano y largo alcance en torno al cual se puedan articular cosas. Los pueblos originaros representados por las autoridades ancestrales están en un proceso de articulación, incluso los pueblos ancestrales la semana pasada le dieron 24 horas a Giammattei para que renunciara y si no, iban a empezar con los bloqueos carreteros, que de hecho, ya empezaron. Pero sobre todo Mariano, yo creo que lo que es más importante decir es que lo que se ve ahora, no es que se ve con claridad, pero lo que podemos intuir es que sí hay un proyecto político dentro de estas organizaciones. Un proyecto político que ve al país a largo y mediano plazo y que no es únicamente una demanda inmediata, como era en la crisis anterior donde lo que se quería era la lucha contra la corrupción y la renuncia del presidente y la vicepresidenta. La lucha contra la corrupción en Guatemala es necesaria e indispensable, pero es absolutamente insuficiente, no es solo eso lo que se necesita. Entonces, yo creo que por ahí se perfilan cosas, creo que necesariamente habrá que fortalecer todas estas articulaciones y todos estos liderazgos, habrá que apuntalar estos liderazgos para que jueguen un papel, porque necesariamente la salida es un diálogo, pero no es un diálogo entre cúpulas y entre el presidente y los empresarios, es un diálogo que tiene que tomar en cuenta a las organizaciones sociales y a los distintos sectores de la sociedad.

Yo tengo un problema con la institucionalidad porque resulta que toda esta movida desde abajo, todo este esfuerzo, toda esta movilización tremenda que hacen las organizaciones, los colectivos, los pueblos como que siempre termina chocándose con una institucionalidad, como amarrada, de partidos, de estructuras que evidentemente, no responden a este vigor popular y social. Pero parecería que ese vigor queda como atrapado y entonces me pregunto: ¿cómo será que eso se supera para el caso de Guatemala?

Nelsy, yo creo que es así y que fue así, incluso yo creo que todas estas movilizaciones  sociales que se dieron durante el gobierno de Otto Pérez no es solo que quedaron atrapadas, sino que hubo hasta un juego utilitario de estas acciones de las cúpulas que, en realidad, se acomodaron en el poder. Eso es terrible, no es Guatemala el único lugar donde sucede, lo podemos ver en distintos países, en México mismo, en muchos países de la región. Pero yo creo que eso si está necesariamente marcado porque cuando la gente sale a movilizarse de forma espontánea es válido, es legítimo, pero carece de procesos organizativos como más sólidos, que puedan tener esta mirada de mediano y largo plazo como un proyecto específico. Para mi es importante lo que está sucediendo en Guatemala porque creo que después de muchos años de tropiezos, de experiencias cada una más perversa que la anterior, empezamos a darnos cuenta de la necesidad de que estos procesos de desbordamiento social tengan una base mucho más organizativa y tengan un planteamiento político de mediano y largo alcance, que permita seguir siendo presión social. Porque cayó Otto Pérez, ¿y en qué cambio Guatemala? No pudimos transcender a seguir siendo la presión social y después tuvimos la catástrofe de Jimmy Morales y ahora vamos con Giammattei, que está igual o peor en términos de la conducción del país.

Entonces por donde yo veo la salida, necesariamente pasa por esta articulación y esta organización clara con un proyecto de país que pueda hacernos trascender y sacarnos de estas olas y picos de desbordamiento, que después vienen hacia abajo y hacia abajo en la curva y se quedan ahí estancados por años. Hasta que vuelve a pasar algo que nos vuelve a sacar, eso puede ser desgastante y tenemos que apostar porque logremos alianzas, organizaciones y articulaciones tales que este peso sea un poco más permanente y no responda únicamente a lógicas coyunturales.

Patricia, estoy al otro lado del continente, pero veo que Guatemala tiene un vecino muy grande, muy fuerte, que tiene otro color, otra manera de relacionarse con movimientos sociales, con pueblos originarios, con la comunidad organizada, ¿qué puede aportarle México en este momento a Guatemala en todo esto?

Yo creo que el gobierno de Andrés Manuel podría jugar un papel por lo menos como acuerpando a la región centroamericana, en la lógica de buscar mejores condiciones de vida para la región. Pero me preocupa un poco que Andrés tiene todos los ojos y su agenda puesta en lo nacional, y esto lo podemos ver en todas las acciones del gobierno. Creo que está mirando muy poco hacia afuera, incluso con la crisis de los migrantes hondureños, las caravanas que salieron, no logro ver como que sea prioritario para el gobierno de México arrastrar en alguna medida a estos países y ahora tienen mucha cercanía con el sur de México. Pero acuérdate que México es un monstruo y que el centro y el norte también están super alejados de la realidad centroamericana. Yo creo que eso es otro tema que habría que tener en cuenta y es que nosotros como región, si no hacemos alianzas, nuestros países son pequeños y nos enfrentamos a un mundo global mucho más articulado y nosotros no nos hemos articulado en esa misma lógica, en esa misma medida y a esa misma velocidad.

Clarísima, Patricia Zapata, muchísimas gracias por este repaso de lo que está pasando en Guatemala, para poder entender todo lo que se encuentra en Centro América, muchísimas gracias de nuevo.

Cortesía de Pressenza

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