Atilio Borón, sociólogo e intelectual argentino, analiza el contexto político latinoamericano:

«Una región que carezca de una articulación supranacional es una región en problemas»

El intelectual argentino, en conversación con El Ciudadano, analiza el actual momento político que vive Latinoamérica y lo proyecta, tanto en sus procesos internos como en los escenarios que genera la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos. Recalca en la conversación que es fundamental sostener la articulación entre el poder político y la movilización social.

Por Jose Robredo

07/12/2016

0 0


El escenario político en América Latina ha mutado en los últimos años a partir del estancamiento de los proyectos progresistas y transformadores que desde 1999 comenzaron a conformarse tras el triunfo de Hugo Chávez en Venezuela. Los cambios de gobiernos en Argentina y Brasil – por la vía electoral y de golpe institucional respectivamente – son considerados los principales efectos de este nuevo contexto político.

Con estos antecedentes visita Chile Atilio Borón, sociólogo e intelectual argentino y uno de los más destacados de Latinoamérica, invitado por la Fundación Crea para presentar su último libro «América Latina en la Geopolítica del Imperialismo», texto en el que analiza el nuevo contexto del subcontinente, junto con los escenarios que se abren a partir del período que se inicia en Estados Unidos.

boron

Al iniciar la conversación con El Ciudadano, Borón señala respecto del libro que «Espero que no sea el último, digamos que suena un poco funébre» en medio de risas. Al mismo tiempo, reconoce que los procesos iniciados en los albores de los 2000 se encuentran estancados y que la hegemonía ideológica en el continente se encuentra en un proceso de «disputa». 

En este sentido, Borón destaca que es necesario, para evitar cualquier retroceso en los procesos de izquierda y progresistas desarrollados en el último tiempo, tener «capacidad de movilización y de encuadramiento popular se puede llegar a defender los procesos que marcaron un avance a partir de 1999«.

Considerando el contexto actual en América Latina ¿Queda la sensación que estamos en un punto de retorno a 15 años atrás?

Yo no iría tan lejos para decir eso. Reconociendo que ha habido un retroceso, siendo los más significativos los de Argentina y Brasil, en ambos casos con muchas dificultades. Por ejemplo en el caso argentino Macri está enfrentándose a una presión social y política, y además se filtraron dos o tres informes de bancos de inversión que señalan que si Macri no gana ampliamente las elecciones intermedias (gobernadores y una parte del Parlamento) tendrá enormes dificultades. De hecho hoy por hoy nada dice que pueda ganarlas. De esta forma, decir que se vuelve al punto de partida permitiría que Macri podría ganar fácilmente las elecciones, cosa que no sucederá.

¿Esto tiene relación con el crecimiento del movimiento social, de una base social que no existía hace 15 años?

Si, y eso se puede ver en Brasil que está con enormes problemas. Al presidente del Senado lo botaron por mafioso yu corrupto, el producto interno cayendo a 3,5… entonces es difícil hablar que se retorna. Estamos, eso sí, en un terreno intermedio, se ha abierto un paréntesis y no sabemos para que lado se va a inclinar; pero la idea del retorno no se concreta porque vemos que el, en el caso de Ecuador, el candidato de Correa (Lennin Moreno) tiene grandes posibilidades de ganar incluso en primera vuelta; en Bolivia tiene hasta el 2019, obviamente no puede controlar todo como pasó con la sequía, lo mismo de Venezuela, y que le puede generar problemas. Incluso en Venezuela, la impresión que tengo yo, es que Maduro capeó el temporal más feroz y se encamina hacia una estabilización relativa donde la derecha no mostró tener las fuerzas para tumbarlo ni para ganarle por la vía electoral. Efectivamente sí ese ciclo ascendente se encuentra estancado, se encuentra en disputa y veremos como se resuelve.

¿Cuales son los factores para la resolución de esa disputa?

Depende del nivel callejero que tenga la izquierda para defender su postura,  y si no está en el gobierno para lograr un éxito electoral importante que le permita llegar. El problema fundamental que tuvo Dilma fue que no tuvo calle, producto de las políticas que adoptó en su momento Lula, en sus primeros años de mandato, que fue una política donde se mandó a la militancia a la casa. En vez de potenciar lo que él hizo, optó por una estrategia diferente confiado en que el sistema democrático le daría la seguridad necesaria cosa que es un absurdo, cosa que se comprobó luego.

Finalmente se adoptó a la institucionalidad anterior y no desarrolló una nueva

Exactamente. A mí me parece que en la medida que se disponga de la capacidad de movilización y de encuadramiento popular se puede llegar a defender los procesos que marcaron un avance a partir de 1999.

Esa disputa de la que hablamos se refleja en los dos bloques que hasta hace poco eran muy claros en Suramérica ¿Con lo sucedido en Argentina y Brasil tiende a frenar el proceso ideológico que se venía desarrollando en el continente? 

Si sufre mucho, enormemente. El hecho de que Argentina y Brasil se hayan apartado de los esquemas de integración suramericana, que se hayan plegado a la agenda de los Estados Unidos y que adopten como propia la política de la Casa Blanca de acabar con el gobierno de Maduro, habla del debilitamiento de las instituciones regionales. Hoy vemos como UNASUR está mucho más débil de lo que fue; para ser justo en el período de Samper se pronunció pero ya no tiene la fortaleza anterior, hoy no tiene la capacidad de operar como lo hizo en el caso de Bolivia o Ecuador. Entonces con UNASUR, CELAC  y MERCOSUR debilitados es un verdadero problema. Una región que carezca de una articulación supranacional – y con el juego de grandes intereses trasnacionales –  es una región en problemas, ya que estamos indefensos.

{destacado-1}

La actual situación suramericana tiene relación con que, a pesar de tener fuerza social, los gobiernos se «institucionalizaron» en demasía

Yo creo que hubo dos cosas. Primero se perdió el impulso transformador y de alguna manera fueron gobiernos que confiaron mucho en los mecanismos de estabilización de la democracia, al margen de la calle y eso es un error fundamental. Si no tienes la posibilidad de movilizar gente y te quedas en el «patriciado» sucede esto. En Argentina hubo un esfuerzo y que no se tradujo electoralmente dado el exceso de confianza en las políticas del gobierno kirchnerista, las que fueron insuficientes para garantizar apoyo.

Faltó articular a la calle con el poder político finalmente

Eso fue decisivo en una derrota que se pudo haber evitado. Lo que más duele es que esa derrota que tuvo Argentina la está pagando el pueblo y fue absolutamente gratuita. 

En el contexto actual Latinoamericano el «caso chileno» se puesto como ejemplo a seguir en Argentina o Brasil ¿Concuerda usted con eso? 

Bueno en su momento fue así, pero ya es menos. Hay dos datos muy fuertes respecto de Chile: primero el descontento social que existe en el país y luego, que es un dato decidor, que es la crisis del sistema político. Cuando vez que van a votar un poco más de una de cada tres chilenos evidentemente es difícil poner eso como modelo y además el modelo chileno se inspiró en un modelo que también se derrumbó como es el «modelo de la Moncloa» en España. Evidentemente hoy no tiene la atracción que tuvo, donde parecía que todo funcionaba de manera armónicas y Chile marcaba un rumbo importante.

En poco más de un mes asume Donald Trump ¿Qué efectos puede tener su gestión para Latinoamérica? 

La verdad es que se sabe muy poco de él, aún incluso no conocemos el nombre de su Secretario de Estado. La relación va a depender un poco de lo que arregle con México, porque lo que dijo de México fue un exabrupto, el hombre es muy bocón y dijo cosas que cualquiera sabe no las puede hacer. Luego, Estados Unidos es un país que necesita la migración, y la necesita fuertemente porque hay una cantidad enorme de trabajo que sólo hacen los migrantes; más aun hay Estados que dependen de la migración como pasaría con California y su agricultura, la que se desploma si se echas a estos tres millones de mexicanos y centroamericanos – ¿Quién haría la cosecha me pregunto?-, en el sector urbano o la construcción la gente que realiza el trabajo de menor valoración son los mexicanos y los centroamericanos. Personalmente lo del muro quedará como una retórica intrascendente, pero sí habrá que ver lo que pasará con los tratados de libre comercio que Estados Unidos firmó en estos años.

¿Existe alguna diferencia entre Trump y Clinton?

La diferencia entre él y Hillary, es que ella estaba absolutamente convencida en que el libre comercio y el consenso de Washington y el neoliberalismo debían ser la ortodoxia oficial del gobierno de los Estados Unidos. 

{destacado-2}

Cosa que no tiene relación con Trump

Para nada. De hecho el equipo de Trump hace una lectura totalmente diferente a la que hacía Hillary respecto de las causas del declive industrial de los Estados Unidos. Que Trump haya ganado en estados clave como Ditroit o Michigan u Ohio, que eran bastiones demócratas, es porque los obreros ya no estaban ahí, donde tienes una enorme cantidad de desocupados, donde el sistema de warefare no te alcanza, un sistema de seguridad social que está en crisis, un Obamacare que no llega a responder a las necesidades de la población y el espectáculo de las empresas norteamericanas enviando sus productos desde el exterior, dejando en la calle a millones de trabajadores.

El concepto de su libro -«América Latina en la geopolítica del Imperialismo» – ¿Cómo se ajusta al contexto actual?

Yo creo que ellos van a tratar de recomponer una América Latina totalmente sometida a los dictados de Estados Unidos. Porque Estados Unidos tiene el serio problema de perdida relativa de influencia económica y política a nivel mundial; cuando Trump saca como slogan «Hagamos grande a América otra vez» confiesa que Estados Unidos no es lo que era antes y no lo es. No es que se haya convertido en un país irrelevante, sigue siendo el más importante del mundo, con una capacidad nuclear fenómenal -que no puede usar, por qué ¿Qué hace? ¿Destruye el mundo? -, tiene un ejercito planetario que no le sirve para ganar guerras – en Irak en el mejor de los casos salió empatado o en Afganistán. Entonces, quieren asegurar Latinoamérica.

Y peleársela a los chinos

O evitar que los chinos entren, que es una de las cosas fundamentales de la teoría Monroy «América para los americanos». La presencia de China es una amenaza muy grave. Imagínate, los chinos tienen un proyecto de hacer un canal similar al de Panamá pero por Nicaragua, que a pesar del desastre ecológico que significa genera un desafío enorme y una amenaza para Estados Unidos en lo que consideran es su mar interior. Esto hace 20 años bastaba con un golpe de estado al gobierno nicaragüense o un par de cachetadas al gobierno respecto, pero hoy eso ya no lo pueden hacer. En ese escenario creo que piensan en recomponer la sumisión de América Latina de manera similar al momento previo de la Revolución Cubana.

En ese sentido, considerando a la Revolución Cubana como un punto de partida, como se puede proyectar la muerte de Fidel

Creo que la muerte de Fidel instala su figura en un perspectiva diferente, como una fuente de inspiración. Creo que con el paso del tiempo Fidel correrá la suerte del Che Guevara, quién es mucho más influyente hoy que en los años 60, y creo que a favor de su enorme legado teórico e intelectual puede llegar a servir como sirvió Bolívar en 1999, cuando Chávez levanta esa bandera había muy poca gente que creía eso, pero tenías la capacidad de Chávez. La figura de Fidel será inspiradora de fuerzas transformadoras, seguirá siendo un faro.

José Robredo H. 

@joserobredo 

El Ciudadano 

Síguenos y suscríbete a nuestras publicaciones