Delegados de más de 30 países se reunieron el martes en Bogotá, capital de Colombia, para participar en una conferencia de emergencia sobre la situación en Gaza. En este encuentro, la relatora especial de la ONU para los Territorios Palestinos Ocupados, Francesca Albanese, hizo un llamado contundente: «Cada Estado debe revisar y suspender de inmediato todos sus vínculos con Israel», en lo que calificó como un imperativo moral y legal ante lo que definió como un «genocidio».
«Que cada Estado revise y suspenda inmediatamente sus vínculos con el Estado de Israel: relaciones militares, estratégicas, políticas, diplomáticas y económicas, tanto de importación como de exportación», afirmó.
Además, la abogada italiana especialista en derechos humanos, instó a las naciones a asegurarse de que sus sectores privados —bancos, aseguradoras, fondos de pensiones, universidades y proveedores de bienes y servicios— hagan lo mismo.
En su último informe la relatora denunció que más de 60 empresas internacionales participan de manera activa en el financiamiento de los asentamientos israelíes ilegales y en la ofensiva militar contra Gaza.
Al respecto, argumentó que «tratar la ocupación como algo normal significa apoyar o proporcionar ayuda o asistencia a la presencia ilegal de Israel en los territorios palestinos ocupados», y subrayó que la economía israelí está intrínsecamente ligada a «la ocupación, que ahora se ha convertido en genocidio».
«Es imposible desvincular las políticas y la economía estatales de Israel de sus antiguas políticas y economía de ocupación. Han sido inseparables durante décadas», resaltó Albanese, quien es reconocida como una voz crítica contra las acciones del régimen sionista contra los territorios ocupados,
El Grupo de La Haya fue creado en enero pasado por Bolivia, Colombia, Cuba, Honduras, Malasia, Namibia, Senegal y Sudáfrica en respuesta a la grave crisis humanitaria en Gaza y se comprometió, entre otras cosas, a hacer cumplir las órdenes de arresto emitidas por la Corte Penal Internacional (CPI) contra el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, por crímenes de guerra.
En la reunión de emergencia celebrada en la capital colombiana participaron representantes de más de 30 países, incluidos Brasil, Bolivia, Chile, China, Cuba, Egipto, España, Honduras, Irlanda, México, Nicaragua, Uruguay y Venezuela.
Al respecto, Albanese destacó que las decisiones tomadas en enero por el Grupo de La Haya fueron «simbólicamente poderosas» y constituyen una señal del necesario «cambio discursivo y político».
«Pero son el mínimo absoluto. Les imploro que amplíen su compromiso. Y que conviertan ese compromiso en acciones concretas, legislativas y judiciales en cada una de sus jurisdicciones. Y que consideren, ante todo, qué debemos hacer para detener la embestida genocida», planteó la relatora en su discurso.
Señaló que «lo que el Grupo de La Haya se ha comprometido a hacer y está considerando ampliar, es un pequeño compromiso hacia lo que es justo y debido, basado en sus obligaciones según el derecho internacional».
«Son obligaciones, no simpatía ni caridad», recalcó la relatora de la ONU.

EE.UU. contra Albanese y apoyo mundial para el Nobel de la Paz
Cabe recordar que Albanese fue sancionada el pasado 9 de julio por la administración del presidente Estados Unidos (EE.UU), Donald Trump.
El secretario de Estado de EE.UU-, Marco Rubio, la acusó de «antisemitismo descarado» y de llevar a cabo una «campaña» contra Israel.
«La campaña política y económica de Albanese contra Estados Unidos e Israel ya no será tolerada. Siempre apoyaremos a nuestros socios en su derecho a la legítima defensa», manifestó el jefe de la diplomacia estadounidense en su cuenta de la red social X.
La medida fue criticada por la Comisión Europea, que declaró «lamentar profundamente» la decisión de Washington. Sin embargo, lejos de amedrentarse, Albanese ha intensificado sus denuncias contra Israel, acusándolo de cometer crímenes de guerra y genocidio en Gaza.
«Quieren intimidarme a mí y a cualquiera que intente decir la verdad sobre el genocidio en curso en Gaza, utilizando métodos que recuerdan a los que usa la mafia. Pero no lo conseguirán, seguiré haciendo mi trabajo con la cabeza alta, exigiendo la intervención de la Corte Penal Internacional (CPI)», declaró al diario ‘Repubblica’.
Tras el anuncio de las sanciones por parte del gobierno de Trump se inició un movimiento de solidaridad hacia Albanese.
En concreto, la plataforma de activismo Avaaz lanzó una petición para que el Comité Noruego del Nobel conceda el Premio Nobel de la Paz a la relatora a los médicos que trabajan en Gaza.
La iniciativa, que ha recolectado hasta el momento más de 850.000 firmas argumenta que la relatora de la ONU y los profesionales de la salud en la franja palestina merecen el reconocimiento por su labor humanitaria y su valentía al «hablar sin miedo» en defensa de las víctimas.
«Como ciudadanos y ciudadanas de todo el mundo, consideramos que Francesca Albanese, la relatora especial de la ONU para los territorios palestinos, y los médicos trabajando en Gaza, merecen el Nobel de la Paz por su labor», señala el texto de la campaña.