Grupos feministas de Costa Rica rechazan  a candidato presidencial señalado de acoso sexual

Las mujeres aseguran que la candidatura es una muestra de que la violencia de género no es un tema principal en el debate político de ese país centroamericano.

Una intensa polémica ha desatado en Costa Rica el posible triunfo de Rodrigo Chaves en la presidencia del país centroamericano, durante los próximos comicios a celebrarse el venidero mes de abril.

Chaves, candidato del movimiento Progreso Social Democrático, fue sancionado por el Banco Mundial por hacer “insinuaciones sexuales” y llevar “un patrón de comportamiento inapropiado”. Su mala conducta le costó una sanción en 2019, que terminó en su salida del organismo, reseñó el País de España.

La polémica está condimentada por el hecho de que en 2020, la Asamblea de Costa Rica tipificó como delito el acoso callejero. Los silbidos, palabras o incluso gestos con connotación sexual son castigados con multas o cárcel, hecho que fue visto como un paso importante para frenar la violencia de género.

Dos años después, los grupos feministas dicen no entender cómo Rodrigo Chaves a pesar de haber sido señalado por acoso está cerca de alcanzar la presidencia. Aseguran que se trata de una muestra de que la violencia de género sigue sin ser un tema principal en el debate político de ese país centro.

Rodrigo Chaves se cuela en el balotaje presidencial de Costa Rica -  08.02.2022, Sputnik Mundo
Rodrigo Chaves puntea en las encuestas y también en el rechazo de los grupos feministas. Foto: WEB.

 “Que Chaves esté cerca de llegar a la presidencia del país es el reflejo de una sociedad que todavía no trata a la violencia sexual con la seriedad que amerita”, aseguró Larissa Arroyo Navarrete, abogada costarricense experta en derechos humanos y de género. “Es preocupante que alguien con esos antecedentes sea el presidente. ¿Cuál será el rumbo de Costa Rica en materia de derechos humanos?”, cuestiona la abogada.

Cabe destacar que el próximo 3 de abril el expresidente José María Figueres, del Partido Liberación Nacional (PLN), quien obtuvo poco más del 27% de los votos y el economista Rodrigo Chaves, del Partido Progreso Social Democrático (con más del 16%), se disputarán la presidencia del país centroamericano.

Chaves era un “conocido acosador” dentro del Banco Mundial, según un testimonio recogido por el mismo organismo en el informe que le costó la sanción. Según reveló en 2021 The Wall Street Journal, el comportamiento del aspirante a la presidencia siguió un patrón de hostigamiento que duró al menos cuatro años e involucró a mujeres menores que él.

El candidato ha minimizado las denuncias diciendo que los actos que se le reprocha solo fueron “bromas”. “Yo no digo que no cometí errores, pero no era mi intención. Eso es muy tico [los comportamientos por los que el banco le sancionó]. “Así somos los ticos”, dijo. Su defensa ha sido decir que los “chistes” con connotación sexual son parte de la cultura de los costarricenses.

“Es desalentador darse cuenta de que para un gran grupo de la población ese comportamiento no tiene peso a la hora de votar, es frustrante saber que, a pesar de que llevamos años haciendo un esfuerzo para hablar de la violencia de género, es aceptado e incluso aplaudido el comportamiento de un hombre que tiene un discurso abiertamente misógino”, dice Sofía Álvarez, del colectivo feminista Acción Respeto.

El enfrentamiento, cuyo escenario ha sido Twitter, entre los grupos de derechos humanos y el candidato ha escalado tras la revelación del diario nacional Extra de los extractos de una sentencia del juicio de divorcio del economista con su primera esposa. En varios textos, sobre los que todavía Chaves no confirma su autoría, el candidato se refiere a las mujeres con desprecio. “El hombre exige menos de lo que merece, la mujer merece menos de lo que exige” o “la mujer es el animal de pelo largo, pero de inteligencia corta”, son algunos de los mensajes que se han vuelto virales en redes sociales.

El candidato ha dicho que la publicación hace parte de una campaña sucia y, a inicios de febrero, difundió una carta en la que insinuaba que estaban usando a las mujeres con fines electorales. Sin decir mucho más, pedía perdón por las “incomodidades” que causaron los actos por los que fue suspendido del Banco Mundial. Para los grupos feministas, sus excusas no han sido suficientes. “El candidato ha empoderado a ese sector de la sociedad que cree que la mujer tiene menos valor. Los vemos en redes sociales, los mensajes son violentos y están respaldados por el discurso de un hombre que aspira a ser presidente”, dice Sofía Álvarez.

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