Lo que la Barrick no sabe

La Barrick Gold es una empresa mundialmente odiada

Por Wari

17/03/2010

Publicado en

Actualidad / Columnas

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La Barrick Gold es una empresa mundialmente odiada. Dondequiera que asienta su garra, deja una estela de desencantos y malquerencias por su comportamiento irresponsable y su criminal modus operandi.

Ese es el caso de su proyecto minero en Argentina-Chile, conocido como Pascua Lama, que es quizás el yacimiento más famoso y controversial de Latinoamérica, expresamente por la forma en que la Barrick Gold ha actuado desoyendo las advertencias y las voluntades de los pueblos de ambos países, causando graves daños sobre los glaciales y las aguas.

El mismo rechazo lo obtiene en su mina Porgera en Papúa Nueva Guinea.

En Guatemala los indígenas han iniciado una lucha campal contra la empresa a la que acusan de intentar destruir su patrimonio ancestral.

En Australia le han comprobado a la Barrick el haber usado cianuro lixivizado no tratado en su proyecto del Lago Cowal, además del escape de más de siete toneladas de mercurio entre los años 2004 y 2005 en su mina Super Pit.

Pero, La Barrick Gold, escudada en sus poderosas relaciones y sus dólares, que se ufana de ser la multinacional del oro más poderosa del mundo y que se vende como una empresa invencible, cree que podrá destruir el medio ambiente en República Dominicana; afortunadamente hay cosas que no sabe.

Porque lo que no sabe la Barrick Gold, y si lo sabe conviene recordárselo, es que la República Dominicana, diminuta y estrecha, dispersa e inerme, se agiganta cuando despierta y se une. Lo que quizás no sabe la Barrick Gold es que este pedacito de país tiene en sus manos las llagas del recuerdo y las señas de sus victorias frente a piratas del ayer y de hoy.

No sé si la Barrick Gold conoce la historia de Aniana Vargas en Bonao, y la lucha victoriosa de los campesinos y del pueblo contra la mina de oro que querían instalar en Boca de Blanco.

Quizás la Barrick con sus dólares, sus ministros comprados, sus alabarderos y sus militares, se olvidó de las grandes manifestaciones contra la Falconbridge que lograron tumbarle el pulso al Gobierno y a la mina, arrancándole el 5% y obligándoles a tomar medidas ambientales y sociales.

Quizás, los señores de la Barrick y del oprobio no saben, que cuando este paisito se une, no hay forma de robarles sus sueños, y si algo definitivamente nos ha unido, es la defensa de nuestro patrimonio natural.

Que alguien les recuerde a los hunos de la Barrick y a los entreguistas del patio, las luchas encarnizadas contra el rockash, que hizo mover la justicia y meter preso unos cuantos de los delincuentes del Gobierno pasado (faltó el Ministro).

Y que aunque Hipólito y su banda de malhechores pudieron aprobar la Ley Sectorial De Áreas Protegidas, para mutilar e intentar cogerse nuestros parques nacionales, no pudieron ni podrán hacer nada con ella. Bahía de las águilas, el Parque Nacional del Este, nunca tendrán hoteles que destruyan sus costas y ecosistemas.

Los diputados y senadores que vendieron el país a la Barrick Gold, que se recuerden de la Isla Artificial de Selman y del movimiento que se generó en República Dominicana para detenerla.

Recuérdenle también la reacción de la ciudadanía contra Roberto Devastación Salcedo, y su plan para hacer de la ciudad de Santo Domingo un palmar de corrupción.

Pero, por si fuera poco, recuérdenle a la Barrick, a Gustavo Cisneros, a George Bush y a Leonel Fernández, asociados en este ecocidio, que la República Dominicana de sur a Norte, de Este a Oeste, de la Sierra hasta el Mar, se unificó como una sola voz y pudo detener la Cementera de los Haitises.

La Barrick Gold, acostumbrada a someter a los pueblos con sus odios, no sabe en el hormiguero que ha caído.

Por Hecmilio Galván

([email protected])

Fuente: www.eldia.com.do

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