Violencia de género invisible: identifica el maltrato psicológico

Hay vínculos que pueden llevar al desgaste y destrucción de la persona. Suele ser difícil de reconocer porque la manipulación es progresiva y no deja rastros “visibles”. El pedido de ayuda es clave para romper con el círculo vicioso. Darte cuenta y pedir ayuda es el primer paso para sentirte mejor.

Violencia de género invisible: identifica el maltrato psicológico

Autor: CVN
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El maltrato psicológico es un tema del cual se habla mucho pero pocas veces se profundiza en su manifestación. La pregunta que surge es: ¿por qué cuesta tanto reconocerlo? Principalmente, porque la persona que agrede de esta manera no deja rastros visibles. La manipulación es progresiva y el arrepentimiento, aparentemente convincente.

Uno de los principales problemas es que comienza de una manera muy sutil, casi imperceptible: falta de respeto, insinuaciones y mentiras son algunos de sus rasgos.

A esto hay que agregarle que generalmente la víctima no lo percibe, es decir, no se da cuenta del nivel de manipulación. Es más, muchas veces se pregunta “¿qué hice mal?”, y se siente responsable de las palabras de su agresor.

Esto sucede porque el vínculo de afecto es muy fuerte y se produce una mezcla de fascinación, seducción y miedo. En muchos casos, se observa que las características de personalidad del agresor tienen un modo de expresión muy “comprador”, con discursos envolventes que llevan al otro a un estado de encantamiento.

Cuando estos componentes actúan en conjunto, ponen a la víctima en una situación de parálisis emocional. Este bloqueo va devastando la autoestima personal y lleva al aislamiento y al temor a contar las situaciones vividas. Aquí es donde se genera un círculo vicioso que genera aun más manipulación y más poder sobre el otro, y por lo tanto, más violencia. El problema es que no quedan evidencias claras, pero sí registros internos.

Es fundamental tener claro que este tipo de violencia tiene la característica de ser sostenida en el tiempo. Podemos decir que existe agresión psíquica cuando el comportamiento de un individuo atenta contra la dignidad de otro.

El pedido de ayuda es clave para poder romper con este círculo vicioso. Hay varios tipos de ayuda según las situaciones: consultar a un terapeuta, asistente social o médico, concurrir a centros especializados o centros de atención para la mujer y hablar con las personas cercanas como la familia.

La violencia psicológica se caracteriza por ser silenciosa y atacar directamente la autoestima de la persona. En general, la desvalorización lleva a no tener claro cuál es su lugar en el mundo, a dudar de sí mismo, a generar inseguridad y, fundamentalmente, a temer la pérdida de afecto. Este miedo a perder el amor de los otros lo predispone a aceptar “cualquier tipo de trato”, es decir, de “mal trato”, aceptando cualquier forma de agresión verbal o no verbal.

Muchas veces escuchamos decir que una mirada puede más que mil palabras, y este sería el caso cuando ocurre en forma negativa, a través de gestos, expresiones y palabras que hieren en lo más profundo a la persona agredida.

Es comprensible que cueste reconocer estas situaciones que generan una infinidad de pensamientos y sentimientos contradictorios. Sin embargo, el poder darse cuenta y pedir ayuda es el primer paso hacia la recuperación personal. Recomponer la autoestima es vital para poder valorar la propia vida basada fundamentalmente en el respeto propio y ajeno. Cuando una persona logra romper con estas situaciones comprende que puede comenzar a vivir desde otra mirada y así su vida podrá tener otro sentido.

 

Por Andrea Saporiti, Magíster en Matrimonio y Familia (Universidad de Navarra), psicóloga y profesora del Instituto de Ciencias para la Familia de la Universidad Austral.

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