Violación de intimidad y secretismo

Abusos contra mujeres en la Esmeralda: Las aguas turbias del viaje contado a medias por la Armada

Este viernes se supo que no había sido una la uniformada fotografiada por un compañero desnuda a bordo del buque escuela, sino que 14. Lo que no se ha destacado es que, según el itinerario del recorrido, ese grave hecho ocurrió mucho antes que el difundido incidente de los guardiamarinas sorprendidos fumando marihuana. Sin embargo, solo ahora por la prensa se comienzan a conocer detalles. Es la Dama Blanca navegando por mares oscuros.

Por Vasti Abarca

04/02/2017

Publicado en

Chile / Justicia y DD.HH / Portada

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A fines del año pasado se supo que cuatro guardiamarinas, tripulantes del buque escuela Esmeralda, habían fumado marihuana en uno de los baños de la embarcación. Los aprendices involucrados fueron rápidamente desvinculados y desembarcados en Nueva Zelanda, en un acto que puso a prueba a una institución famosa por su confidencialidad. Era noviembre de 2016.

Foto: Armada

Foto: Armada

Luego ocurrió el escándalo de la fragata Lynch. Un uniformado fue descubierto espiando a sus compañeras a través de un aparataje de cámaras que instaló en las habitaciones de las uniformadas. Por esta situación se inició un sumario que podría tardar hasta dos meses. Era diciembre de 2016.

La Esmeralda volvió a estar en el ojo del huracán por la información que trascendió el pasado 21 de enero, cuando La Tercera informó que durante el arribo a Honolulu, Hawai, un suboficial ebrio había tomado fotografías a una compañera mientras dormía a torso desnudo. La noticia fue actualizada este viernes por el diario La Estrella de Valparaíso, que señaló que en realidad eran 14 las mujeres fotografiadas y no sólo una.

Lo que no se ha dicho ni destacado es que este último incidente ocurrió antes de los dos hechos anteriormente relatados, a mitad del año 2016. Era julio.

Las aguas turbias del viaje

Si se revisa el itinerario del buque escuela del año pasado (ver recuadro), el desembarco de los tripulantes en Auckland por consumo de marihuana se produjo el 17 de noviembre de 2016. Si se repasan los datos del 28 de julio de ese mismo año, unos cuantos meses antes del incidente de la cannabis, se puede ver que el buque recalaba en el puerto de Honolulu, lugar en el que el suboficial llegó ebrio al barco y fotografió a sus compañeras mientras dormían.

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Itinerario buque escuela Esmeralda 2016

Y si sumamos dos más dos podemos saber que ambos hechos ocurrieron en tiempos diferentes pero en el mismo viaje; un viaje por aguas turbias.

Lo curioso es que la Armada no reaccionó con la misma fuerza ante las dos situaciones. Mientras que con los marinos que fueron encontrados fumando marihuana hubo acciones inmediatas ­–publicación de un comunicado informando desvinculaciones y sanciones­­–, en el caso de las uniformadas violentadas por el suboficial ebrio no hubo comunicado ni declaraciones enérgicas de rechazo.

Cabe destacar, además, que la primera información que se supo del caso fue que solo una uniformada había sido fotografiada, cuando en realidad eran 14. ¿Por qué? Es sabido que el suboficial fue sorprendido in fraganti tomando las fotos por la guardia nocturna del barco y por las uniformadas fotografiadas, que despertaron por el flash de la cámara.

Cuando se dio a conocer el caso del suboficial ebrio, el Comandante en Jefe de la Armada, Enrique Larrañaga, fue consultado por una periodista respecto de si al momento de su exposición en la Comisión de Defensa de la Cámara de Diputados por el caso de la fragata Lynch estaba al tanto de lo que había ocurrido con el marino que fotografió en la Esmeralda a sus compañeras. La autoridad declaró enfática: “Evidentemente que no pues, porque si hubiera tenido conocimiento de esto lo hubiera hecho presente. La Marina no miente y la Marina dice las cosas por su nombre, y yo hubiera hecho lo propio en esa condición en la Cámara de Diputados”.

Mujeres y las Fuerzas Armadas

La revelación de cómo ocurrieron los hechos ha sido de a poco y de manera silenciosa, sin revelar el nombre del acusado en el caso de las fotos en la Esmeralda. Tampoco ha habido comunicados ni declaraciones. Cuando la fiscal naval (S) a cargo del caso de la fragata Lynch, Macarena López, fue consultada por los casos de espionaje a mujeres dentro de la institución, declaró lo siguiente: “No puedo dar ninguna declaración, porque estamos en etapa de sumario”.

Foto: El Mostrador

Foto: El Mostrador

Las pocas declaraciones que han sido emitidas por personas relacionadas con la institución han resultado, a lo menos, desafortunadas. Cuando se conoció el caso de la fragata Lynch, el ex comandante de la Armada, Jorge Arancibia, dijo que «yo me opuse terminantemente al ingreso de la mujer a la Armada por todas estas cosas que se podían prever«.

Es necesario cuestionarse el manejo de la Armada y su secretismo a la hora de enfrentar los incidentes y escándalos que ocurren en los viajes de sus embarcaciones. No sólo eso, pues el trato recibido por hombres y mujeres ha sido distinto, demostrando que el machismo sigue arraigado en la institucionalidad de las Fuerzas Armadas.

¿Por qué después de seis meses recién se supo de la violación a la privacidad de las mujeres de la institución, siendo que en el caso de los guardiamarinas sorprendidos fumando marihuana la reacción fue inmediata? ¿Por qué no se procedió de la misma forma o de manera más enérgica? ¿Qué se esconde? ¿Por qué primero se informó que era solamente una mujer afectada, cuando había 13 más involucradas? Quizás son más, aún no lo sabemos, y la Armada tampoco ha cooperado para esclarecerlo.

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