Declaración pública

«Arauco suma una nueva pena al largo historial de vejaciones»: Académicos de Historia de la U. de Chile sobre Catrillanca

Los historiadores e historiadoras sitúan el asesinato del comunero en un proceso de mayor alcance, en el que -acusan- "intereses externos al mundo mapuche (empresas forestales e hidroeléctricas, latifundistas, etc.) se han confabulado para exacerbar las tensiones y criminalizar la lucha reivindicatoria de los mapuches por sus tierras, derechos, reconocimiento y dignidad".

Por Daniel Labbé Yáñez

20/11/2018

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Un total de 25 miembros del Departamento de Ciencias Históricas de la Universidad de Chile suscribieron una declaración pública en donde manifiestan su «absoluto rechazo a los recientes eventos represivos acaecidos en la región de la Araucanía», considerando como el  más grave de ellos «el asesinato a mansalva del comunero mapuche Camilo Catrillanca».

«Arauco acaba de sumar una nueva pena al largo historial de vejaciones y dolor que ha azotado al territorio mapuche desde la ocupación perpetrada por el Estado de Chile hace casi un siglo y medio», señalan los docentes en el documento.

Los historiadores e historiadoras destacan que la muerte de Catrillanca -que se produce a raíz de lo que califican como «violencia desproporcionada e injustificada contra el principal pueblo originario» de Chile-, «se suma a una extensa lista de víctimas de la violencia de Estado en democracia». En ese sentido mencionan a Agustina y Mauricio Huenupe Pavian (2001), Alex Lemún (2002), Juan Collihuin Catril (2006), Matías Catrileo (2008), Johnny Cariqueo (2008) y Jaime Mendoza Collío (2009), entre otros casos que -advierten- «aún no reciben justicia y ocupan una de las páginas más oscuras de nuestra historia reciente».

Alex Lemun, Matías Catrileo y Jaime Mendoza Collío

Una violencia que ha sido «institucionalizada por todos los gobiernos de la postdictadura, y reforzada por el actual gobierno mediante el grupo de fuerzas especiales de Carabineros denominado ‘Comando Jungla'», apuntan los académicos.

Junto con ello los firmantes sitúan el asesinato de Camilo Catrillanca en un proceso de mayor alcance, en el que -acusan- «intereses externos al mundo mapuche (empresas forestales e hidroeléctricas, latifundistas, etc.) se han confabulado para exacerbar las tensiones y criminalizar la lucha reivindicatoria de los mapuches por sus tierras, derechos, reconocimiento y dignidad». Algo que han hecho, añaden, «valiéndose de reiterados montajes (Operación Huracán, falsos atentados incendiarios, etc.), buscando confundir y manipular a la ciudadanía para que apoye acciones autoritarias y excluyentes, acciones policiales ilegales y manipulación mediática que alientan el racismo y la xenofobia».

Los historiadores e historiadoras plantean que así como «nada justifica el asesinato del matrimonio Luchsinger Mackay, tampoco nada respalda que fuerzas militarizadas, que no son las más apropiadas para intervenir ante denuncias ordinarias, contribuyan a multiplicar insensatamente la violencia y el odio acumulado». En ese contexto exigen que se detenga y revierta el proceso de militarización del Wallmapu, que se respeten plenamente los Derechos Humanos del pueblo mapuche y que el gobierno cumpla los compromisos que asumió el Estado chileno al suscribir en 2008 el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo, referidos a los derechos fundamentales de los pueblos originarios.

“No es suficiente con dar de baja a los 6 efectivos; hay que dar de baja al Comando Jungla”, afirma senador Navarro

Por último, en su calidad de conocedores del largo proceso histórico que subyace a las demandas mapuches, los académicos rechazan «el irresponsable enfoque policial y represivo que se ha dado a un problema de naturaleza esencialmente política, que clama por una canalización de este tipo, que reconozca a los pueblos involucrados como interlocutores válidos, permitiéndoles participar con plenos derechos en una institucionalidad política que permita su plena integración». En ese sentido, recuerdan que hacia 1617 en Temucuicui ya se negociaba la paz con el padre Luis de Valdivia en el fuerte de Nacimiento. «No encontramos razones para descartar esa vía, que siempre produjo acuerdos basados en el diálogo y la negociación respetuosa», concluyen los miembros del Departamento de Ciencias Históricas de la Universidad de Chile.

Los académicos firmantes son Mario Matus González, Sergio Grez Toso, Jorge Hidalgo Lehuedé, Francis Goicovic, José Manuel Zavala, Pablo Artaza Barrios, Osvaldo Silva Galdames, Carla Milar Peñaloza Palma, María Elisa Fernández Navarro, Isabel Torres Dujisin, María Eugenia Horvitz, Juan Cáceres Muñoz, Mauricio Folchi Donoso, José Luis Martínez, Margarita Iglesias Saldaña, Celia Cussen, Carlos Sanhueza Cerda, Ítalo Fuentes Bardelli, Luis Clemente Quijada, Javier Esteve Martí, Alejandra Vega, Claudia Zapata Silva, Carolina González Undurraga, Alejandra Araya Espinoza y Enrique Aliste Aluma.

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