En protestas de 2012

Carabineros que atropellaron y golpearon a manifestantes en Aysén cumplirán condena en libertad

Una de las dos víctimas fue agredida luego de que uno de sus pies quedara atrapado bajo el vehículo policial que lo impactó.

La Corte Suprema confirmó la sentencia que condenó a seis miembros de Carabineros a 541 días de presidio, con el beneficio de la remisión condicional -es decir, en libertad-, como autores del delito de violencia innecesaria con resultado de lesiones graves en contra de dos ciudadanos que participaban de las protestas en la región de Aysén en febrero de 2012.

Se trata de Camilo Alex Paillapán Andrade y Matías Leodán Escobar Fernández, quienes fueron detenidos y agredidos en el marco de las manifestaciones por mejoras en la calidad de vida de una de las regiones más australes de Chile.

En fallo unánime, la Segunda Sala del máximo tribunal confirmó la sentencia dictada por la Corte Marcial que condenó a los carabineros Boris Hugo Vera Santibáñez, Juan Andrés Garrido Contreras, Carlos Alejandro Ferrer Pérez, Andrés Segundo Figueroa Pulgar, Cristián Alberto León Colima y Joel Andrés Riquelme Navarro.

Foto: Periodista Digital

El fallo estableció que el carabinero Ferrer Pérez «junto a terceros» agredieron con golpes de sus bastones de servicio a Camilo Paillapán, causándole lesiones. En tanto, el vehículo conducido por Riquelme Navarro atropelló a Matías Escobar Fernández luego de avanzar «rápidamente por calle Las Lumas en dirección hacia los manifestantes». Producto del impacto el manifestante quedó atrapado con uno de sus pies bajo la rueda delantera derecha de la máquina, «oportunidad en que Figueroa Pulgar y León Colima descienden y lo agreden con los bastones de servicio que portaban», detalla la resolución, añadiendo que a raíz de ello éste resulta con lesiones de carácter grave.

Cabe destacar que en su apelación al fallo de la Justicia Militar, los carabineros sostuvieron que habrían sido otros manifestantes los responsables de las brutales agresiones.

La resolución releva que los uniformados obraron con «dolo», es decir, que «sabían que estaban atacando a manifestantes con medios idóneos para causarles lesiones». Junto con ello se descarta otro argumento de la defensa, en términos de que los policías lo habrían hecho «luchando por sobrevivir de un ataque injusto y concertado».

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