Crece polémica en Caso Neruda: Corresponsal de Revista Proceso replica al Servicio Médico Legal

El corresponsal de revista Proceso (México) y colaborador de El Ciudadano, Francisco Marín, responde la nota de aclaración enviada por el Servicio Médico Legal a El Ciudadano, en relación con el reportaje Severas irregularidades del SML en Caso Neruda

Por Director

30/05/2013

Publicado en

Justicia y DD.HH

0 0


El corresponsal de revista Proceso (México) y colaborador de El Ciudadano, Francisco Marín, responde la nota de aclaración enviada por el Servicio Médico Legal a El Ciudadano, en relación con el reportaje Severas irregularidades del SML en Caso Neruda.

Lo primero es decir que el SML en su comunicado omite responder las denuncias contenidas en nota de prensa publicada originalmente en Proceso, bajo el título Caso Neruda: informes defectuosos, publicada también por El Ciudadano.

El SML no explica por qué los informes dados a conocer el dos de mayo de 2013 están firmados por peritos que no forman parte de la comisión internacional convocada para este caso.

El SML tampoco explica porque se le pidió a un radiólogo clínico sin experticia forense que analizara el cadáver de Neruda, considerando que no tiene los conocimientos para poder diferenciar lesiones provocadas por el paso del tiempo de las provocadas por metástasis cancerosa.

Este servicio tampoco se refiere -ni desmiente- la denuncia que señala que la perito del SML Elvira Miranda omitió mencionar que Pablo Neruda había sido sometido a un tratamiento de radioterapia –de 56 sesiones- en 1973. De haberlo mencionado tendría que haber realizado un diagnóstico diferencial para fundamentar su afirmación de que las lesiones descritas en los huesos de Neruda corresponden a una metástasis y no a efectos de este tratamiento que, como es sabido, provoca lesiones óseas.

El SML no reconoce ni alude a lo planteado en nuestra nota por el abogado Eduardo Contreras en orden a que a los restos de Neruda no se le han hecho un simple examen de ADN, a pesar de que esto ha sido reiteradamente solicitado por los querellantes. Por absurdo que parezca podría estar ocurriendo que ni siquiera correspondan a Neruda los restos analizados.

Lo  único que “aclara” el SML en su comunicado es algo que no afirma el reportaje: Que aún no se ha establecido la causal de muerte de Neruda.

Resulta llamativo el énfasis en la confidencialidad de sus pericias que hace el SML en su comunicado en circunstancias que fue este propio servicio el que filtró a la prensa –el dos de mayo- el informe de profesionales no acreditados en esta causa que temerariamente y sin disponer de pruebas consistentes afirmaron que Neruda tenía cáncer avanzado al momento de morir.

Es necesario señalar que sería ilegal e irregular que los peritos firmasen clausulas de confidencialidad. La ley y el secreto del sumario se deben cumplir, pero los peritos no firman clausulas. De ser cierto lo que está diciendo el SML significaría que la autonomía y la independencia que son parte consustancial del trabajo pericial no existiría porque obviamente los peritos estarían sometidos a una serie de limitaciones.

Con este escrito de aclaración el SML ha cometido un error bastante grave y ha puesto en evidencia como está operando.

Respecto a la confidencialidad que supuestamente rigen las reuniones entre el director del SML y familiares de víctimas, es dable señalar que en el Código de Procedimiento Penal no se dice nada relacionado con esta materia. En este tema rigen las normas generales de la administración pública. No se pueden grabar sin autorización las reuniones, pero nada impide que un familiar pueda comentar lo que conversó con el director del SML, quien debe actuar siempre con el máximo de profesionalismo y transparencia.

Recordemos que en nuestro artículo señalamos que el director del SML Patricio Bustos le aseguró a los representantes de la familia de Neruda, encabezados por el abogado Rodolfo Reyes, que las fotos de Neruda a poco de muerto –en donde se ve con un peso normal- podrían perfectamente corresponder al cadáver de un caquéxico puesto que -según su parecer- “los muertos se inflan”. En nuestro reportaje consultamos a un destacado médico forense que descartó que esto ocurra en cuerpos a pocas horas de ocurrido el fallecimiento.

Es evidente que Neruda no padecía de caquexia al momento de morir como señaló erróneamente el Certificado Médico de Defunción emanado en 1973 y que fue firmado por un médico que no pertenecía al turno en que murió Neruda. Increíblemente, después de meses de investigación, el SML aún no emite un informe sobre esta materia en circunstancias que para aclarar esto bastaría una pericia a las fotografías disponibles de Neruda postmortem. Peor aún es que el jefe del SML defienda la tesis de muerte por caquexia lo que refleja una falta de rigor inaceptable para un funcionario público que ocupa un puesto de tanta responsabilidad.

Es dable señalar que Bustos no es médico forense y que desde 1974 (época de dictadura) que no se designa un director del SML que tenga esta experticia.

Llama la atención esta especie de cerco comunicacional que el director del SML está intentando construir en torno a este caso, actitud que se suma al vetó que hizo a los peritos forenses designados por la familia de Neruda para que participaran de la exhumación y autopsia.

Cabe mencionar que a pesar de la defensa comunicacional que el SML hace de su labor, ninguno de sus departamentos se encuentra acreditado a nivel internacional. Esto, a pesar del escándalo originado por la mala identificación -en la década de los noventa- de 48 víctimas del régimen militar enterradas en el Patio 29 del Cementerio General.

La responsabilidad del Médico Legal en este caso fue ratificada por la Corte Suprema que este mes de mayo resolvió condenar al fisco a pagar a la familia de una de las víctimas un total de 160 millones de pesos, por los errores en la identificación cometidos por el SML, en 1994.

Pese a las grandes sumas de dinero invertido y el tiempo transcurrido siguen existiendo malos procedimientos y carencias de equipamiento que en el Caso Neruda han quedado en evidencia al no poder hacerse en Chile contramuestras toxicológicas por no existir el equipamiento adecuado para realizarlas.

Si con Pablo Neruda, que es uno de los chilenos más importantes de nuestra historia, ocurren todas estas irregularidades, ¿qué queda para el resto de los mortales? ¿qué sucederá con aquel o aquella que no tiene influencias y a quien nadie protege?

Por Francisco Marín Castro

El Ciudadano

*Sociólogo de la Universidad de Chile; Corresponsal en Chile de revista Proceso, de México; coautor del libro El doble asesinato de Neruda (Ocho Libros, 2012).

Síguenos y suscríbete a nuestras publicaciones