Relato a partir del libro que narra la historia del informante

El primer contacto de Snowden con periodistas que ayuda a entender el espionaje de la CIA

Wikileaks informó que la CIA usaba los micrófonos de Smart TV y las cámaras de Smartphones con motivos de espionaje. Snowden describió este tipo de comportamientos en 2013, cuando contactó a dos reporteros para contar algunos métodos de la NSA. En este artículo se relata el primer contacto entre el informante y los periodistas. Las medidas de seguridad recomendadas por él describen el nivel de intromisión que tienen los servicios secretos de Estados Unidos.

snowdenLa publicación de 9.000 documentos confidenciales de la CIA sobre métodos de espionaje por parte de Wikileaks, hace recordar las revelaciones del mismo corte que realizó, durante 2013, el ex agente de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) de EE.UU., Edward Snowden, desatando una de las mayores polémicas que han experimentado estos tipos de servicios secretos.

En el libro Snowden. Sin un lugar donde esconderse, se describe el momento en el que el informático se contacta con el periodista Glenn Greenwald, columnista de The Guardian que luego fue autor de la publicación antes mencionada. Las precauciones tomadas por Snowden previo a la entrega de información ayudan para entender tales niveles de espionaje.

Celular en la nevera

El 1 de diciembre fue el primer contacto entre estos dos hombres. Snowden, eso sí, se presentaba con otro nombre, y firmaba los correos electrónicos con la chapa de «Cincinnatus», un agricultor romano del siglo V a.C que fue dictador de Roma por un tiempo, solo el necesario para defender la ciudad y después regresar, apenas llegada la paz, al campo.

Previo a entregar cualquier tipo de información, Snowden, todavía sin revelar su identidad, le comentó a Greenwald la necesidad de instalar una codificación PGP («Pretty Good Privacy») en su computador. «Esto (la falta de PGP) pone en peligro a todo aquel que se comunique contigo. No sugiero que deban estar encriptadas todas tus comunicaciones, pero al menos deberías procurar esta opción a los comunicantes», decía el informante.

En El primer capítulo del libro, "Contacto", se narra el acercamiento entre Snowden y Greenwald.

En el primer capítulo del libro, «Contacto», se narra el acercamiento entre Snowden y Greenwald.

El sistema de codificación era el más usado a la hora de proteger el correo electrónico y Snowden lo ejemplificó con un escándalo mediático sucedido en EE.UU. «Cincinnatus hacía referencia al escándalo sexual del general David Petraeus, cuya aventura extraconyugal –que había puesto fin a su carrera– con la periodista Paula Broadwell, salió a la luz después de que los investigadores encontraran en Google correos electrónicos de los dos. Si Petraeus hubiera encriptado sus mensajes antes de enviarlos, escribía, o los hubiera almacenado en su carpeta de «borradores», los investigadores no habrían podido leerlos», escribe Glenn Greenwald.

El 18 de abril de 2013 el periodista hizo un viaje desde Río de Janeiro, su ciudad de residencia, a Nueva York. El objetivo era juntarse con otra periodista, una amiga, Laura Poitras, que también hacía documentales y escribía artículos sobre espionaje. Se juntaron en el Marriot de Yonkers. No conversaron en ese momento, pues Poitras le dijo a Greenwald que debían tomar algunas medidas antes de lanzarse. De este modo, también, el periodista se dio cuenta de que ella había sido contactada por Snowden.

«Como llevaba encima el móvil, Laura me pidió que le quitara la batería o lo dejara en la habitación. «Parece paranoia», dijo, pero el gobierno tiene capacidad para activar móviles y portátiles a distancia para convertirlos en dispositivos de escucha”, dice el periodista, y a continuación escribe la frase que le dijo Laura para que se terminara por convencer; frase que provino de las recomendaciones de Snowden.

–Tener el teléfono o el ordenador apagados no sirve de nada: solo es útil quitar la batería.

Poitras agregaba que, en su defecto, si es que no se podía quitar la batería del celular, se debía dejar el aparato en la nevera, puesto que en ese lugar se anulaba la capacidad de escuchas.

El comienzo de las revelaciones

Greenwald y Poitras empezaron a recibir distintas informaciones por parte de Snowden. Así, ella se contactó, con la autorización del informante, con periodistas de The Washington Post, diciéndole que tenía diversos documentos sobre PRISM, programa que le permitía a «NSA recoger comunicaciones privadas de las empresas de Internet más importantes del mundo, como Facebook, Google, Yahoo o Skype». El principal diario de la capital de EE.UU. se asustó con esta información, por lo que recurrieron a los periodistas de The Guardian.

Luego, tanto Greenwald como Poitras recibieron todos los documentos secretos de Snowden, en donde se mostraban las enseñanzas que recibían los agentes de la NSA para agilizar sus capacidades de vigilancia (espiar direcciones electrónicas, datos de localización IP, números de teléfono), y se informaba que estos servicios secretos poseían más de tres mil millones de datos de los sistemas de comunicación en EE.UU. Después viene la reunión de los reporteros con las personas de The Guardian y el viaje a Hong Kong, a visitar a Snowden, el activista por la transparencia que cambió el curso de la información.

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