Más de 100 días en ayuno

Familiares de mapuches en huelga de hambre: “Hemos tenido que vender casi todos los animales para sostener esto”

La huelga de hambre de los hermanos Benito, Pablo y Ariel Trangol y del lonko Alfredo Tralcal no solo ha afectado su salud, sino que también el bienestar de sus familias, las que han debido soportar por más de un año la dilación del juicio por el incendio de una iglesia evangélica en Padre Las Casas.

Contra la aplicación de la Ley Antiterrorista, en rechazo a la utilización de testigos sin rostro. A favor de un cambio de la medida cautelar, de la prisión preventiva al arresto domiciliario. Juicio justo en un plazo razonable, considerando el año cuatro meses que llevan en prisión preventiva. Este es el pliego de demandas de los cuatro comuneros mapuche en huelga de hambre por más de 100 días en el Centro de Cumplimiento Penitenciario de Temuco, acusados de incendiar una iglesia evangélica en la comuna de Padre Las Casas, hecho ocurrido en junio de 2016.

El pasado miércoles, Benito, Ariel y Pablo Trangol, además del lonko Alfredo Tralcal, fueron trasladados al Hospital Regional de Temuco por su delicado estado de salud. En conversación con El Ciudadano, Cristian Tralcal, vocero de los comuneros e hijo del lonko, señaló que “los trasladaron de urgencia al hospital regional, porque su corazón estaba latiendo demasiado lento. Esto fue con el consentimiento de ellos, pero solo si se les realizaba un electrocardiograma”.

Sin embargo, Cristian no tiene certeza de que ese electrocardiograma se haya realizado. “Solamente los chequearon para saber su estado de salud”, aseguró.

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“Lo hemos pasado súper mal”

También el miércoles 20 de septiembre, el Ejecutivo anunció la presentación de un recurso de protección que busca la alimentación forzada de los huelguistas. “Hacemos un llamado a deponer esta medida extrema que afecta la salud de las personas. Hemos presentado un recurso de protección que ha sido acogido para poder asistir médicamente a las personas afectadas y Gendarmería tiene los protocolos en este caso, que se deben llevar adelante, por lo tanto reiteramos el llamado a deponer este tipo de situaciones”, afirmó Paula Narváez, ministra secretaria general de Gobierno.

Cristian Tralcal. Foto: @sin_tacos

Para Cristian Tralcal, la medida del Gobierno dificulta aun más la generación de dialogo entre las partes. De igual forma, comenta que están al tanto del recurso, “pero no se ha hecho hasta el momento. Ellos se van a negar hasta donde puedan. Además, sabemos que está la Declaración de Malta que Chile firmó y no debería aplicar este recurso”.

En cuanto a los contratiempos que han debido enfrentar como familia, el vocero relata que “desde el día de la detención ha sido preocupante, hace un año y cuatro meses. Lo hemos pasado súper mal. A nosotros también se nos quitó la camioneta, pedimos su devolución, pero la Corte de Apelaciones ordenó que se devolviera a fiscalía”.

“También hay un perjuicio económico súper grande para las dos familias. Los hermanos Trangol también han sido crianceros de animales, igual que nosotros, y hemos tenido que vender casi todos los animales para poder sostener esto”, agrega.

Una situación similar vive la familia Trangol Galindo. La madre de los hermanos encarcelados, Marta Galindo, contó a Mapuexpress que su esposo murió a los pocos días de la detención de los comuneros, con lo cual quedó desprovista de ayuda en las tareas cotidianas. “Ahora que estoy sola y no tengo gente, muchas veces no tengo leña para hacer fuego. No hay nadie quien trabaje”, precisó.

Iglesias “irrespetuosas”

El 18 de septiembre, el sacerdote jesuita Felipe Berríos llegó a Temuco para oficiar de mediador en el conflicto. Dijo que los comuneros “se sienten abandonados” y apuntó al Ministerio Público por el retraso en la indagatoria, situación por la cual los encarcelados han estado más de un año en prisión preventiva.

Cristian Tralcal piensa que Berríos puede ayudar a “recomponer el diálogo”, puesto que “es una persona importante dentro de lo que es la Iglesia y creo que debiese ser una persona que nos dé una garantía a las demandas”.

A partir de la presencia de un sacerdote católico en la mediación del conflicto, el vocero de los comuneros aprovecha de subrayar la convivencia entre personas con distintos credos en el Wallmapu. “Yo participo en un guillatún, mi abuela se transformo a la religión, algunos de mis tíos son religiosos, pero yo los respeto, no tengo nada en contra de ellos. Hay lugares donde las iglesias han sido más irrespetuosas de la religión. Por lo menos, no ha sido tanto en nuestro sector”, acota.

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