Nunca recibió castigo por los asesinatos en Chile de varios ciudadanos y ciudadanas de España

Hace 16 años Pinochet retornaba a Chile luego de estar detenido 503 días en Londres

-El dictador fue liberado de su arresto en Inglaterra apelando a su delicado estado de salud. Sin embargo, una vez en Chile, el genocida bajó del avión sin mayor dificultad, caminando sonriente junto a los militares que le estaban esperando.

Por Ana Mourás

03/03/2016

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Era un tres de marzo de 2000 y a las 10:30 de la mañana, arribó a Chile un avión. En su interior, venía quien fuera el líder de la dictadura militar, el general en retiro Augusto Pinochet. El entonces ex senador vitalicio había realizado junto a su nieto un viaje a Londres (su destino favorito) para recibir tratamiento médico, sin embargo –y generando revuelo internacional- estuvo detenido 503 días en Europa.

Todo comenzó el 16 de octubre de 1998, cuando el dictador fue detenido en virtud de una orden de captura emanada por el juez español Baltasar Garzón, el cual buscaba someterlo a juicio por los asesinatos de varios ciudadanos y ciudadanas de España, durante la dictadura en Chile.

La noche de la detención

Era una lluviosa noche en la que Pinochet se encontraba débil en el lujoso y exclusivo recinto hospitalario The London Clinic, tras someterse a una operación de hernia discal en la columna, realizada el viernes 9 de octubre.

Bajo el efecto de fuertes antibióticos para controlar una infección post operación y sedantes, Pinochet se encontraba durmiendo bajo la atenta mirada de su escolta, el capitán Juan Gana. Cerca de las doce de la noche, el inspector de la sección de extradiciones de Scotland Yard, Andrew Hewitt, junto a 12 oficiales de policía llegaron hasta la habitación 801 para arrestar a Augusto Pinochet.

Hewitt le dijo a Gana que debía abandonar inmediatamente el lugar porque desde ese momento Pinochet estaba bajo custodia policial, a lo que el capitán se negó, pero Gana de igual forma se vio obligado a abandonar el edificio.

La operación fue rápida, varios policías controlaron todos los accesos de la clínica e incluso desalojaron las tres habitaciones que rodeaban a la de Pinochet. En una de ellas se instaló una especie de cuartel general, repleto de cámaras de televisión que controlaban todo lo que ocurría.

Una vez que la situación estuvo bajo control, el inspector británico procedió a entrar a la oscura habitación donde se encontraba Pinochet y manifestarle los motivos de la detención:

“Tribunal Penal de Bow Street a los miembros de la Fuerza de Policía Metropolitana; habiendo evidencia de que el imputado Augusto Pinochet Ugarte, es acusado de haber cometido delito. Que entre el 11 de septiembre de 1973 y el 31 de diciembre de 1983 asesinó a ciudadanos españoles en Chile, delito que cae dentro de la jurisdicción de la Sala Quinta de la Audiencia Nacional de Madrid y del Gobierno de España. Se requiere arrestar al imputado y traerle delante del magistrado metropolitano en el Tribunal Penal de Bow Street”.

Las apelaciones

En Chile el gobierno presionó durante todo el proceso para que Pinochet fuese extraditado apelando a “razones humanitarias”, además de argumentar que el senador vitalicio contaba con inmunidad diplomática. Por otra parte una mayoría del Senado rechazó oficialmente la detención e incluso, el ex presidente Eduardo Frei convocó al Consejo de Seguridad Nacional por la situación y rechazó las peticiones fiscalizadoras del juez Garzón.

Por otra parte, el Ejército de Chile manifestó una profunda molestia por lo ocurrido calificando al hecho como “insólito e inaceptable para los integrantes de la institución”. Además el entonces titular de Relaciones Exteriores, José Miguel Insulza dijo que las gestiones chilenas apuntan a defender el principio de inmunidad diplomática y rechazar la competencia de los tribunales españoles.

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La artimaña de los problemas de salud

El proceso que duró 16 meses fue seguido con interés por la prensa de todo el mundo ya que fue la primera vez que se estableció que un ex jefe de Estado no tenía inmunidad ante crímenes internacionales de genocidio y torturas. Sin embargo, los problemas de salud de Pinochet fueron una artimaña para liberarlo de ser condenado en el exterior.

De esta forma, el gobierno de Tony Blair a través del Ministro de Interior Jack Straw, decidió en marzo de 2000 no extraditar a Pinochet a España, además de tampoco dar lugar a las órdenes de detención solicitadas por crímenes de lesa humanidad de los gobiernos de Suiza, Francia y Bélgica. Lamentablemente, el Gobierno de Frei Ruiz Tagle accedió a que Pinochet volviera al país, quedando nuevamente en impunidad. 

A 16 años del arresto que significó la pesadilla del dictador Pinochet, líder del régimen militar en Chile, que culminó con una herida abierta en todo el territorio nacional reflejado en las miles de víctimas de prisión política, tortura, asesinatos y detenidos desaparecidos, además de la implantación de un feroz modelo neoliberal que pisotea diariamente los derechos de la ciudadanía. Su detención en el extranjero marcó sin duda un impulso de acuerdo a la jurisdicción universal, ya que gracias a eso, se abrieron al menos 100 juicios contra violadores de los derechos humanos en los últimos años.

 

Por Francisca Arriagada.

El Ciudadano

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