La ONU investigará la muerte por fuego israelí de un soldado español en el Líbano

Un bombardeo del ejército israelí sobre Ghajar, localidad situada entre Líbano e Israel, acabó "por error" con la vida de un cabo español, a pesar de la profesionalidad y precisión de la que presume el ejército de Israel. La ONU iniciará una investigación al respecto con el objetivo de determinar si hubo violación de los acuerdos de tregua en la zona.

Cabo español asesinado

La Organización de las Naciones Unidas informó este miércoles de que abrirá una investigación para tratar de aclarar los motivos reales que llevaron al ejército isrraelí a bombardear la aldea de Ghajar donde se encontraba el puesto de los cascos azules donde hacía guardia el cabo español.

Los hechos ocurrieron el pasado 28 de enero cuando el ejército israelí bombardeó la zona de la aldea de Ghajar, en el Líbano, acabando con la vida del cabo español Francisco Soria Toledo.

El bombardeo de Isarel con treinta granadas de artillerías se produjo supuestamente como respuesta a un ataque previo del Movimiento de Resistencia Islámica en El Líbano -Hizbulá- contra un jeep israelí. Lejos de asumir su culpa, el ministro israelí de Exteriores, Avigdor Lieberman, en una conversación telefónica con el ministro español Margallo publicada por el diario El Mundo, dijo que «Hizbulá con sus ataques es el responsable de los hechos de este miércoles«.

Un alto cargo de la ONU bajo el anonimato anunció que se creará «una comisión investigadora para examinar todos los aspectos de lo ocurrio”. Según esta fuente, la opción más probable es que se produjeran violaciones de los acuerdos de tregua en la zona, aunque considera que es necesaria una amplia y profunda investigación al respecto.

La ONU insta a la Fuerza Interina de las Naciones Unidas en El Líbano -FINUL- a presentar su informe sobre lo ocurrido durante el pasado miércoles al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. La información que publicó el diario El País el pasado 30 de enero obtenida de fuentes militares españolas, reportaba que el ejército israelí avisó del ataque que acabó con la vida del cabo español a través de sus canales con la FINUL, pero que indicó que el bombardeo tendría lugar sobre la zona de las Granjas de Shebaa, y no sobre la aldea de Ghajar, cerca de la cual se encontraba la garita donde estaba de guardia el cabo Soria y que fue alcanzado mortalmente por un proyectil israelí.

La controversia y los motivos por los que se exige una investigación real y efectiva sobre lo ocurrido, es que el ejército irsarelí -que presume de profesionalidad y precisión de sus ataques- conocía con exactitud las coordenadas de los puestos de la FINUL pero eso no pudo impedir que se bombardeara sobre la garita donde se encontraba el soldado fallecido. Tras el bombardeo, la FINUL pidió el alto el fuego a Israel para poder enviar un equipo médico hasta donde se encontraba herido de gravedad el militar español, pero el ejército israelí pareció no escuchar las comunicaciones. Finalmente, cuando el equipo médico consiguió llegar hasta el cuerpo del cabo Soria Toledo, éste ya estaba muerto.

El gobierno español insiste en que la ONU debe investigar acerca del ‘incidente’ y, vale, eso está bien si realmente los resultados de la investigación son concluyentes. Pero lo que realmente debería hacer Mariano Rajoy y su equipo de gobierno es condenar el ataque y exigir al ejército israelí -responsable primero y último de la muerte del cabo español- que asuma toda la culpa de lo ocurrido. Si dejan que esta muerte pase al olvido, Israel continuará con sus actividades bélicas sin importar qué o quién esté al otro lado del cañón de sus armas.

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