Tras ser liberado llama a poner atención a lo que sucede en México

Laurence Maxwell: «Así como se critica Cuba, debería intervenir la comunidad internacional en México»

Laurence Maxwell ya pasó lo peor: estuvo encerrado en una cárcel de alta seguridad en México, donde conviven narcotraficantes, sicarios y los empleados de la violencia corrupta que azota diariamente el país colindante con tierras yanquis. En una postura crítica, reflexiva y calma, Maxwell contó cómo fue su experiencia y cómo los crímenes son el pan de cada día en un pueblo que según él "tiene la maldición de ser frontera con Estados Unidos".

Por Jimena Colombo

05/12/2014

Publicado en

Chile / Justicia y DD.HH / Portada

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Lawrence Maxwell (1 de 1)-5

En la conferencia de prensa convocada en la Fech, Laurence Maxwell acompañado de sus padres, contó su experiencia tras ser detenido y encarcelado en México.
Maxwell comenzó su relato con agradecimientos a todos quienes estuvieron pendientes de su situación en la cárcel de Veracruz y quienes se manifestaron en pos de su liberación. Señaló que recién en estos días ha comenzado a revisar la prensa y los correos que trataban de la injusta y grave situación tras ser detenido bajo una serie de irregularidades en el Zócalo del DF. En relación a la forma en que se desarrolló toda esta situación que calificó de “pesadilla”, Maxwell dijo que “lo que nos pasó a los 11 fue muy raro desde el principio”. Se refirió a su participación en la manifestación en contra de la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, situación que derivó en su arresto y luego en su estancia en dos centros carcelarios.

Laurence contó que durante el traslado a la cárcel de Veracruz –recinto donde se encuentran los narcotraficantes, sicarios y delincuentes de alto riesgo- quienes iban en esa van fueron “brutalmente golpeados”. Además, agregó que entre los detenidos había 3 mujeres, de las cuales 2 estaban “sumamente dañadas” e incluso una de ellas tuvo una fractura expuesta a raíz de los golpes de la policía, quienes además se trasladaban en una van sin identificación de ningún tipo, razón por la cual pensaron en que la situación podría ponerse aun peor. Maxwell contó que uno de los policías federales que iba en la van les dijo “los vamos a llevar a Ayotzinapa y los vamos a cortar en pedacitos. Aquí conmigo se les acabaron sus derechos humanos”. Todo esto en una situación que el estudiante de doctorado atribuye a la vinculación que la policía federal estableció entre los manifestantes con un grupo de anarquistas que se habría coordinado para matarlos, relación que él califica como todo un montaje hecho por la policía . Además señaló que “a pesar de darse cuenta que yo era un estudiante de doctorado y extranjero, se tomó la decisión de encarcelarme”.

Sobre la manifestación que derivo en todo el proceso que Maxwell y los otros 10 detenidos debieron enfrentar, el ex dirigente estudiantil señaló que ésta respondía a la “rabia y falta de sensibilidad y responsabilidad por parte del Estado mexicano. Ha sido una burla que desde el 26 de septiembre no haya respuesta”. Además, criticó la gestión del gobierno y enfatizo que la aparición de Murillo queriendo poner punto final a la desaparición sólo demostró que en aquella fosa había otros cuerpos. En ese sentido, Maxwell señaló que la desaparición de los 43 normalistas fue “la gota que arrebalsó el vaso”. Subrayó que la situación es pan de cada día en México; “hay desapariciones, montajes… lo que nos pasó a nosotros también les ha pasado a otros”. En cuanto a la mediatización que este caso de los 43 estudiantes desaparecidos, Maxwell señaló que “es necesario que Chile tome postura, sobretodo ahora que Bachelet va a México a la Cumbre Iberoamericana”. Ante la indolencia o la falta de intervención por parte de otros países, Maxwell dijo que “así como se critica a Cuba, es necesaria la intervención internacional”. Pues para él que ha vivido por 8 años en tierras aztecas, la situación no da para más: “Está saliendo el mal olor, la podredumbre…Lo peor es que nos acostumbremos y no nos importe”. Maxwell insistió en la situación de México y reiteró “que esta secuestrado por el narcoestado…Todo México está permeado por el narco”. A pesar de que se siente parte de esa patria en la que ha echado raíces, Maxwell tiene una mirada crítica ante esta problemática de años “el narco es parte de un orden mundial que permite que esto se instale en México…además tiene la maldición de ser frontera con Estados Unidos”.

Sobre las soluciones posibles que la comunidad internacional debería buscar, Laurence sostuvo que se debe velar por los derechos humanos, presionar al gobierno maxicano y pensar en dar una solución al tema de dorgas, tal como hizo Uruguay. A pesar de todo lo que conlleva el narco estado y la gestión gubernamental y federal, señalo que los montajes policiales, el Estado de decepción y lo que allí ocurre, no es una dictadura sino un estado donde pareciera que todo esta bien. En relación a ello hizo la analogía con la película mexicana “la Dictadura Perfecta”, film que relata como los gobiernos mexicanos han hecho que todo parezca que esta bien mientras hay una guerra sucia. Finalmente, Maxwell se refirió a que toda la política del narco estado “da pavor”, puesto que situaciones como las que ocurrieron en Juarez y Atenco son reproducidas en otras lugares de un país demasiado grande para que se sepan todos los horribles crímenes que suceden más a menudo de lo que se informa.En relación a crímenes ocurridos en Atenco, Maxwell señaló que estos habrían sucedido «cuando el actual presidente Peña Nieto era gobernador de aquel estado y por tanto él sería responsable de ello, sin embargo hoy es el presidente de México».

En cuanto a su experiencia más íntima, Maxwell señalo que todo lo que vivió desde que lo detuvo la policía federal fue el momento más vulnerable de su vida. Además, en relación a la preocupación de su familia señaló que “Nosotros vivimos activamente la dictadura y pensábamos que nunca más nos pasaría algo asi».

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