Manuel Contreras, el ex director de la DINA que dejó un legado de horror y sangre en el país

Protestas a las afueras del Hospital Militar Por eso, probablemente el mayor dolor de las familias de las víctimas del régimen es que se murió sin contar toda la verdad y, que hasta el último día, guardó lealtad con Pinochet (salvo pequeños episodios como cuando deslizó el vínculo con del narcotráfico con los hijos de […]

Manuel Contreras, el ex director de la DINA que dejó un legado de horror y sangre en el país

Autor: mauriciomorales

Protestas a las afueras del Hospital Militar
Por eso, probablemente el mayor dolor de las familias de las víctimas del régimen es que se murió sin contar toda la verdad y, que hasta el último día, guardó lealtad con Pinochet (salvo pequeños episodios como cuando deslizó el vínculo con del narcotráfico con los hijos de su jefe). Esa que se construyó cuando lo defendía de sus enemigos opositores, pero también de los que surgían al interior del propio Ejército.

Su forma de ser le valió el repudio de más de un seguidor de la dictadura. Ejemplo de ello es la última pelea pública entre el columnista Hermónes Pérez de Arce y el presidente de la UDI, Hernán Larraín. “Podría compartir con (Hermógenes) muchas consideraciones referidas al régimen militar o a las causas que lo explican, pero difiero con él en algo central: el rechazo irreductible a las violaciones a los derechos humanos en todo tiempo y lugar (…) Jaime Guzmán recibió reiteradas amenazadas de parte de Manuel Contreras, a quien tanto defiende Pérez de Arce”, dijo el parlamentario defendiendo su posición de que es necesario privar al ex director de la DINA de los atributos de general (r) por su participación en múltiples violaciones a los Derechos Humanos.

Esa participación es la que cientos de artículos de prensa y escritos judiciales sobre el accionar de Contreras son las que describen tenebrosos episodios. En los que queda demostrada la preparación militar y, específicamente, en inteligencia que recibió el “Mamo”.

Algunos documentos describen que en su formación “destaca tempranamente por sus acercamientos al área de inteligencia del Ejército. En 1962, egresa de la Academia de Guerra y en 1966 se convierte en profesor del área de Inteligencia. El año siguiente viaja a realizar un curso de Post Grado de Oficial de Estado Mayor en el Fort Benning, en Estados Unidos. A su regreso, y con el grado de Mayor, se dedicó a impartir clases de Inteligencia en la Escuela de Ingenieros de Tejas Verdes.

En 1970, Manuel Contreras es designado como secretario del Estado Mayor de Ejército y en 1971 viaja a Osorno para tomar la dirección del Regimiento de Ingenieros No4 “Arauco”. Poco después de un año, afines de 1972 asume la dirección de la Escuela de Ingenieros de Tejas Verdes, a la vez que impartía clases en la Academia de Guerra.

Es en este periodo cuando avanza con sus ideas conspirativas y junto a un par de coroneles y algunos capitanes comenzó a recolectar información y a diseñar un aparato de inteligencia capaz de infiltrar y desarticular las organizaciones de ligadas a la Unidad Popular. Contreras contaba en Chile con un grupo de informantes provenientes de partidos de derecha y de grupos como Patria y Libertad, a la vez que mantenía contactos con agentes de la CIA que operaban en Chile en aquel periodo, eran estos últimos quienes lo dotaban de manuales de las policías secretas de variados países, tales como de la KCIA de Corea del Sur, la SAVAK de Irán y del Servicio Nacional de Información de Brasil”, resume en el sitio Memoria viva.

Fue así como desde el mismo 11 de septiembre de 1973, Manuel Contreras tenía todo organizado y en los subterráneos de Tejas Verdes comenzaron a practicarse las más cruentas prácticas de tortura a todo quien se opusiera al Golpe. “Con el andamiaje legal construido, Contreras da inicio al periodo más negro de la historia reciente de Chile. Entre 1974 y 1977 casi la totalidad de muertes, desapariciones y torturas son de responsabilidad exclusiva de la DINA” agrega el portal de Internet.

Con el fin de la DINA comienza a pavimentarse el camino “empresarial” de Contreras, cuando quedó al mando de diversas empresas originadas en su época de director de la Dirección. Sin embargo, en 1995 las condenas comienzan a llegar y con ellas, se empieza a sepultar la imagen omnipotente del brazo derecho del Comandante en Jefe. La primera fue por el caso Letelier que lo sentencia a siete años de prisión por homicidio y uso de pasaportes falsos. En febrero de 2005 ingresa a la Cárcel Cordillera para cumplir una condena por 12 años por el secuestro calificado del militante del MIR Miguel Ángel Sandoval. Desde ahí en adelante, se lo condena por la desaparición del militante socialista Víctor Olea; por secuestro calificado en la desaparición de 23 personas en el recinto de torturas Villa Grimaldi; por la desaparición de Patricio Soto; por el asesinato de Carlos Prats; por la desaparición de un decorador en 1974; por su participación en el caso Llidó; entre otras, las que finalmente suman 529 años de cárcel para el represor.

Tras su muerte quedan más de mil casos ocurridos entre 1973 y 1989 sin resolver. Y si bien cada día la justicia avanza en la condena a los militares perpetradores de delitos de lesa humanidad, en el seno íntimo de las familias de las víctimas y de los sobrevivientes, el brazo armado de Pinochet será un recuerdo de horror y crueldad. “En la Dictadura estaba Pinochet, Manuel Contreras y Dios”, narran documentos que confirman lo que él muchas veces compartió. “En Chile no se movía ninguna hoja sin su consentimiento”.

Fuente: Radio y Diario U.Chile


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