Derechos Humanos

Más vale tarde que nunca: «Caso Quemados» presente en mural de Metro U de Chile

"El martirio de Carmen Gloria Quintana y Rodrigo Rojas" es el nombre del lienzo que hace alusión al terrible episodio en el que militares -en tiempos de dictadura- rociaron con combustible y quemaron vivos a dos chicos

Por Ángela Barraza

14/12/2015

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Martirio

Conocidísimo es el mural de la estación de metro Universidad de Chile que hace referencia a diversos pasajes de la historia de Chile. El autor de esta obra fantástica es Mario Toral, tiene 1.200 metros cuadrados y se instaló en dicha estación en el año 1999.

Esta obra retrata diversos momentos históricos y se compone de seis paneles: La Conquista, Antiguos pobladores, El Encuentro, Los Conflictos, Tributo a nuestro océano y Homenaje a la poesía.

Recordemos que el gobierno, en aquella época, se encontraba bajo la concertacionista administración de Eduardo Frei (que tiene un nombre fantásticamente largo: Eduardo Alfredo Juan Bernardo Frei Ruiz-Tagle) y que fue el segundo gobierno democrático -que duró 6 largos años-  post dictadura. También fue el año en que falleció Raúl Silva Henríquez, Cardenal de la Iglesia Católica que defendió los Derechos Humanos en tiempos de dictadura y que creó la Vicaria de la Solidaridad.

Otras cosas importantes que sucedieron en ese año fueron: la desaparición del joven Matute Johns y la finalización de las transmisiones del canal Rock & Pop. Supernova sonaba en las radios y Los Jaivas lanzaban su disco Mamalluca.

La mención anterior es para contextualizar el hecho de que este lienzo viene a completar una obra que originalmente contemplaba este episodio en su diseño. Ya habían pasado 9 años desde el retorno a la democracia y cuesta entender las razones para que no se incluyera desde el comienzo.

El presidente de Metro, Rodrigo Azócar se refirió a este tema en los siguientes términos: “Estamos muy contentos de poder concluir esta obra. Hace algunos meses, Mario Toral se acercó a Metro y le propuso incorporar este lienzo y relanzar el mural, creando un espacio para recordar y vivir la historia de nuestro país, tomando uno de sus episodios más duros para hacerlo vivo y presente en la vida diaria de nuestros pasajeros”.

En esta obra “se resumen los horrores vividos por un pueblo entero y que hasta ahora nos marcan como sociedad. Pero el acto de su restitución también nos habla de que la sociedad chilena está avanzando en ser más tolerante, abierta y consciente de las luces y sombras de nuestra historia, y este mural, ahora finalmente completo, es un legado para las nuevas generaciones”.

Respecto de su propia obra, Toral explicó que esta obra, como lo dice su título es la memoria visual de la nación recreada a través de actos relevantes y que podían ser expresados en imágenes. Uno de ellos fue cuando Carmen Gloria Quintana y Rodrigo Rojas fueron inmolados. Con la recuperación de este lienzo, Metro terminó el mural y lo convirtió más que nunca en un emblema, ya no solo por su extensión, sino que por su aporte a la memoria colectiva”.

La ceremonia de re lanzamiento se realizó el día de ayer y contó con la presencia de Carmen Gloria Quintana y Verónica De Negri, mamá de Rodrigo, quien afirmó: “Con honor, como madre, recibo tanto de Metro y de Mario Toral, como el artista, un agradecimiento muy profundo porque, para mí, es otra forma de justicia.

Esa justicia que llevamos buscando casi treinta años, justicia que, desgraciadamente, en nuestro país ha sido muy débil”.

Es maravilloso que se haya completado el mural, aunque sea 16 años después. Como dijo Verónica y en esto coincidimos completamente con ella, la inclusión de este momento en el mural, es una pequeña victoria; un pequeño capital simbólico que se suma a la memoria de los que murieron y sufrieron en dictadura y para todos sus familiares. Era completamente necesario graficar la brutalidad de los militares y retratar, aunque fuera una sola víctima, porque en ese símbolo están todos los que partieron y también los que no aparecieron ni van a aparecer jamás. Insisto en que es raro que no haya aparecido antes este lienzo. Y coincido en que la justicia en Chile, para con las víctimas, es una vergüenza que nos convierte a todos un poco en victimarios al no haber sido capaces de repudiar más enfáticamente la existencia del Penal Cordillera o de punta Peuco, o de no poner más sangre y coraje en buscar a los victimarios. Pero más vale tarde que nunca, sobre todo, considerando que habrá permanencia en la historia que se cuenta en esta pintura, en un espacio que diariamente es transitado por más de dos millones de personas.

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