Dos nuevos muertos en faenas mineras de la Cuarta Región

Murió, anteayer martes 30 de noviembre, un trabajador de la empresa minera Tambillos, ubicada en la ciudad de Coquimbo, Cuarta Región

Murió, anteayer martes 30 de noviembre, un trabajador de la empresa minera Tambillos, ubicada en la ciudad de Coquimbo, Cuarta Región. El motivo, según contaron sus compañeros de labor, sería el “no poder detener la correa transportadora”, con el consiguiente resultado fatal. La empresa, denuncian dos de sus trabadores, tiene condiciones de trabajo que presentan un gran riesgo vital. A esta víctima, se sumó otra ese mismo día, también en faenas mineras y en la misma Región. Se trata de un trabajador que falleció mientras laboraba en el sector El Chacay de Minera Los Pelambres en la comuna de Salamanca, en la provincia del Choapa.

Luego que en todo el mundo el gobierno chileno y el Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin) con el ministro Laurence Golborne a la cabeza, recibiera elogios por su gestión en el rescate de los 33 mineros atrapados en la mina San José de Copiapó, suman ya 10 los accidentes fatales para quienes trabajan en faenas mineras.

A las 4 de la madrugada del martes 30 de noviembre, falleció Cristian Andrés Castillo Riquelme, a la edad de 22 años. Castillo trabajó un mes y medio sin contrato, en la minera Tambillos, propiedad de Francisco Javier Errázuriz.

En entrevista efectuada por Luis Vega González, miembro de Red Ambiental Norte, dos trabajadores respaldados por el anonimato dieron su versión de los hechos. La razón principal que tuvieron para hablar fue solidarizar con el dolor de la familia de Cristian y romper el silencio impuesto por Tambillos. La minera, cuentan, desalienta los reclamos por condiciones laborales y les prohibió formar un sindicato. El contraargumento es sencillo “si no te gusta, te vas”.

Cristian fue atrapado por una correa transportadora de metal, que le cortó la mano primero y le rajó el estómago después, afirman los obreros. Los empleados describen las precarias condiciones de seguridad que hacen posible este tipo de accidentes y señalan que no tienen una forma de parar la correa, cuentan con poca iluminación y que nunca un prevencionista de riesgos les ha dado charla alguna.

“ERA UN SIMPLE DOMINÓ”

Los trabajadores de la mina Tambillos tienen dos turnos. El de día comienza a las 8 y media de la mañana y termina a las 8.30 de la noche. Lo mismo a la inversa para quienes tienen jornada vespertina. Más de doce horas diarias.

En el 2º turno, cuando se va el sol, de 18 operarios, 17 trabajan en la intemperie. Aunque esto sin duda podría ser preocupante, lo es más que ante las condiciones laborales descritas, los jefes manden a cualquiera de ellos a trabajar en áreas ajenas a su oficio diario. Como consecuencia, quienes operan las máquinas por primera vez desconocen “lo que hay que saber” acerca del mal funcionamiento de algunas máquinas.

“Los jefes pescan a cualquiera que esté por ahí para que trabajen. Esto fue lo que pasó con Cristian, él no sabía que la correa estaba mala. Era un simple dominó que lo ponían donde necesitaban y pasó lo que pasó”, relata uno de sus compañeros.

Luis Vega explicó cómo los engranajes que tiene la correa transportadora de material de la planta chancadora acabaron con la vida de Castillo. “Lo que pasa es que la correa trabaja con varios motores y para detenerlos, debe hacerse uno a uno. No existe una ‘cuerda de seguridad’ para detener el funcionamiento de inmediato ante situaciones de emergencia”. En forma adicional, Vega apunta que no hay un encargado del área.

En relación a los implementos básicos de seguridad, ambos cuentan que la empresa hace algún tiempo da guantes y botas, pero antes lo financiaban por su cuenta. A lo anterior añaden que no son materiales buenos. Los guantes son entregados una vez al mes y tienen vida útil de una semana, mientras que las botas “tienen que hacerlas durar el año”.

LENTA REACCIÓN DE LA EMPRESA Y NULA FISCALIZACIÓN

“Nos molestó la actitud de los jefes, de la administración. La empresa no hizo nada hasta las 8 de la mañana, cuando ya había pasado todo”, dicen los trabajadores.

Según relatan los testigos, las autoridades que visitaron el lugar fueron la mutual de seguridad y carabineros. Nadie más.

En alusión a la fiscalización de las faenas mineras en Tambillos, los entrevistados indican que cuando los del Sernageomin, se acercan a la planta, “pasan derecho a la oficina de la secretaria y salen con una sonrisa de oreja a oreja”. A lo anterior agregan que “no ven el libro de accidentes ni hablan de seguridad con nosotros”.

Otra denuncia que hicieron los mineros fue la parsimonia que muestra la entidad gubernamental frenta a la existencia, hace dos o tres meses, de un tranque de relaves que debido al gran volumen de minerales que filtra, quedará repleto en poco tiempo. “Antes que venga Sernageomin, la empresa hecha agua para que ellos lo vean, y después Sernageomin lo ve y se van. No hay una fiscalización estricta. Pa’ mí que se arreglan entre ellos mismos”, declaran.

EL SILENCIO DE MINERA TAMBILLOS

Luego de contactar dos veces a minera Tambillos y transferirnos 5 de ellas en forma interna a personas que “quizá podrían dar una declaración”, el último de estos traspasos nos derivó al tono fax. Las personas que atendieron el teléfono dijeron no poder dar su nombre ni tampoco el del administrador de la empresa. Por nuestros medios, averiguamos que el jefe de planta se llama Jorge Suárez.

Los medios de prensa tienen cortado el acceso. El encargado de hablar en nombre de la empresa es el administrador de la planta chancadora, Luis Pérez. Anteayer, una reportera de prensa que quiso entrevistarlo no pudo hacerlo porque, según le dijeron, estaba ocupado. Los dos mineros acotan que estaba ocupado, porque el camión no tenía agua. Al parecer era más importante llenar un camión de agua, que responder el por qué una persona tuvo una trágica muerte en la sección que administra.

Por último, en otro “accidente minero”, a las 23:00 horas del mismo día martes se produjo el deceso de Esteban Ramiro Maldonado Carvajal, de 42 años. El obrero trabajaba en el área de operación y mantención, al interior del sector El Chacay de Minera Los Pelambres, emplazada en la región de Coquimbo.

Por David Abrigo B.

El Ciudadano

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