Violencia de género en la región

Ni Una Menos: Argentina y Colombia unidas para combatir la impunidad machista

Tanto en Argentina como en Colombia el debate sobre el rol de la Justicia ante los casos de femicidios está en el centro de la escena. Las muertes de Micaela García en el país trasandino y Claudia Johana Rodríguez en un centro comercial de Bogotá desnudan la peor cara del patriarcado y la complicidad del Estado.

Micaela, la joven militante asesinada en Argentina

El patriarcado mostró su peor cara en Argentina y la que muchos aún intentan ocultar o banalizar: Micaela García, quien había desaparecido el domingo 2 de abril en Gualeguay (Entre Ríos) al salir de bailar, fue encontrada sin vida durante la mañana del sábado. La conmoción que generó el caso reabre el debate por la igualdad y equidad de género en un país donde la violencia machista no disminuye.

La policía halló sus restos en una zona de pastizales cercana a esa ciudad, a unos siete kilómetros de la ruta 12, luego de que el viernes en la noche se haya detenido a Sebastián Wagner, el principal sospechoso del asesinato. Tal como señala Página 12, fuentes de la investigación indicaron que brindó datos que permitieron ubicar el cuerpo de la joven de 21 años.

Según se dio a conocer, la investigación de la desaparición de Micaela dio un giro más que importante cuando la policía detuvo en Moreno, provincia de Buenos Aires, a Wagner, quien en 2010 fue condenado por dos casos de violación y estaba en libertad condicional, decisión que puso a la Justicia en el ojo de la tormenta nuevamente. Tras ser arrestado mientras regresaba de la casa de su madre, quien dio aviso a la policía de su presencia en el lugar, el sujeto fue trasladado a Gualeguay. Allí se reanudó durante la mañana del sábado el rastrillaje en busca de Micaela y el propio sospechoso aportó información que hizo posible encontrar el cuerpo de la chica

 “Por buen comportamiento quedó en libertad”, el caso colombiano

Julio Alberto Reyes Andrade, el hombre que le quitó la vida a su expareja Claudia Johana Rodríguez el pasado lunes 10 de abril frente a la mirada de decenas de bogotanos en el centro comercial Santafé, ya había sido condenado por homicidio y por tentativa de homicidio hace 11 años.

Sin embargo, tal como señala El espectador, el hombre había recuperado su libertad el año pasado. En medio de las críticas de por qué el sujeto estaba libre, la jueza Raquel Aya, quien fue quien tomó esa decisión el 29 de marzo de 2016, salió en su defensa este martes. La abogada explicó que Reyes estaba libre por su buen comportamiento y por haber cumplido con gran parte de la pena

“Por haber cumplido las tres quintas partes de su condena, por haber observado un comportamiento al interior del centro carcelario, siempre catalogado en grado de bueno y ejemplar, sin ningún tipo de sanción disciplinaria, ni falta al reglamento interno”, explicó la juesz del caso. Reyes Andrade fue condenado a 22 años de cárcel por doble homicidio en 2006 en calidad determinador. Sin embargo, le fue entregada una rebaja de pena que fue de “167 meses y 13 días”, reveló la funcionaria judicial.

“Él decía que iba a matarnos a todos, que iba a matar al bebé (fruto de la unión) si ella no volvía con él”, le dijo a El Espectador Fernando López, esposo de Liliana Rodríguez –hermana de Claudia–. “Ayer íbamos a recogerla al trabajo porque nadie le brindó protección y cuando llegamos, a las 7:00 de la noche, ella ya estaba sometida. Subimos corriendo, pero ya le había disparado y yo no entendía por qué la Policía no entraba a salvarla”

La violencia de género aumenta y la Justicia mira para otro lado

Los casos de ambos países sudamericanos desnudan algo que abarca a toda la región: el machismo y el patriarcado que reina en la mayoría de los ámbitos de poder. Las mujeres muchas veces son víctimas de violencia institucional por parte de funcionarios que no prestan atención a sus denuncias, desestiman pruebas evidentes de violencia y protegen a los abusadores y agresores.

En un contexto donde los femicidios y la violencia patriarcal van en aumento, la resonancia de estos casos llama a que desde la Justicia, así como los otros poderes del Estado, se llamen a reflexionar y se pongan a accionar de manera veloz para que ninguna mujer muera por culpa del abandono y la desprotección de aquellos que deberían protegerlas.

Por Gustavo Yuste, desde Argentina
@gusyuste

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