René Muñoz Bruce

Procesan y ordenan prisión preventiva de coronel (r) como encubridor en Caso Quemados

El 2 de julio de 1986 miembros de tres patrullas militares rociaron con bencina y quemaron vivos a los jóvenes Carmen Gloria Quintana y Rodrigo Rojas de Negri, resultando gravemente herida la primera y muerto el segundo. Al llegar al regimiento, los uniformados informaron de lo ocurrido a Muñoz Bruce, comandante del recinto, quien decidió ocultar los antecedentes a sus superiores.

Por Daniel Labbé Yáñez

25/04/2017

Publicado en

Chile / Justicia y DD.HH / Portada

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Juez Mario Carroza

El ministro en visita extraordinaria para causas por violaciones a los derechos humanos de la Corte de Apelaciones de Santiago, Mario Carroza, sometió a proceso y ordenó la prisión preventiva del coronel en retiro del Ejército, René Muñoz Bruce, en calidad de encubridor del homicidio calificado de Rodrigo Rojas de Negri y del homicidio calificado, en grado de frustrado, de Carmen Gloria Quintana, crímenes perpetrados en julio de 1986 en Santiago.

El ataque

En la etapa de investigación, el ministro en visita logró establecer que la mañana del 2 de julio de 1986 tres patrullas militares pertenecientes al regimiento de Caballería Blindada N° 10 Libertadores efectuaron labores de patrullaje en la comuna de Estación Central, con motivo de una jornada de protesta convocada para ese día. Para ello se movilizaban en un camión HINO y dos camionetas Chevrolet, cada una de ellas a cargo de un oficial de grado de teniente y su respectivo grupo.

En un momento, una de las patrullas, comandada por el teniente Pedro Fernández Dittus, detiene a Rodrigo Rojas de Negri y Carmen Gloria Quintana, sindicándolos como partícipes de disturbios y, en particular, como autores de barricadas que habían sido instaladas en la vía pública. Son reducidos por personal militar -«mediante el empleo de golpes y amenazas con armas»- y ubicados contra un muro de la acera sur de la calle Hernán Yungue. Él tendido en el suelo boca abajo y con las manos sobre la nunca, ella de pie con las manos en alto apoyadas contra la pared.

Bajo esas condiciones, continúa el fallo, «ya no representaban un peligro ni había posibilidad que tuvieran alguna reacción defensiva para huir». Estaban bajo la custodia de la patrulla del teniente Fernández Dittus, a la que se sumaron aquellas a cargo de los también tenientes Iván Figueroa Canobra y José Castañer González, quienes llegaron al lugar para apoyar.

Rodrigo Rojas de Negri

Sin embargo, estableció la investigación, los dos jóvenes «fueron rociados sus cuerpos con combustible y mediante el empleo de un elemento adicional, se les prendió fuego, incendiándose sus ropas y resultando ambos quemados sus cuerpos en una importante proporción, recibiendo la ayuda y auxilio de algunos conscriptos que lograron apagar el fuego empleando para ello frazadas y sus parkas».

Luego de este ataque, los tres oficiales se reúnen y toman la decisión acerca del destino de los jóvenes, para lo cual ordenan a suboficiales y conscriptos subirlos al camión HINO y trasladarlos hasta un sector cercano a la intersección de las calles San Pablo con Américo Vespucio. Allí, nuevamente se reúnen los oficiales y acuerdan ahora su traslado a la camioneta a cargo del teniente Fernández Dittus, instruyendo a suboficiales y conscriptos en esta labor, vehículo que emprende nueva marcha acompañado esta vez solo del que estaba a cargo del  teniente Castañer González y su grupo, hasta un sector interior de Lo Boza en la comuna de Quilicura, distante varios kilómetros del lugar donde ocurren los hechos.

Allí, en una zanja, finalmente son abandonados Rojas y Quintana, «heridos, a su suerte, de manera de favorecer la impunidad de sus actos y sin haberles prestado ninguna ayuda médica». Esto, aún cuando «dada la gravedad de sus heridas (…) las víctimas se quejaron de su condición y ésta era evidente».

El encubrimiento de Muñoz Bruce

Tras dejar a las víctimas abandonadas, los integrantes de las tres patrullas militares regresan a su cuartel. De acuerdo a los antecedentes que se han adjuntado a la investigación, ese mismo día el Comandante del Regimiento N° 10 Libertadores, el coronel René Muñoz Bruce, es puesto en conocimiento «de manera íntegra y detalladamente» de lo ocurrido por los oficiales involucrados.

Carmen Gloria Quintana. Atrás, Rodrigo Rojas

Sin embargo, Muñoz acuerda con ellos no comentar lo sucedido y decide además no dar cuenta por alrededor de 15 días a sus superiores, «ocultando lo ocurrido, de manera de facilitar la impunidad de los autores», señala el fallo. Finalmente, se añade, «se ve forzado a entregar dicha información a sus superiores, reconociendo la participación de las tres patrullas de su regimiento, solo cuando la propia institución mediante una investigación interna había determinado la individualización de los responsables y cuando los hechos, dada la presión del caso, salen a la luz pública, situaciones que de no haber ocurrido, habrían significado un silencio indefinido».

Es entonces a raíz de estos hechos que al coronel (r) René Muñoz Bruce se le somete a proceso en calidad de encubridor del homicidio calificado de Rodrigo Rojas de Negri y del homicidio calificado, en grado de frustrado, de Carmen Gloria Quintana.

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