Recurso de amparo por niño mapuche, controlado, golpeado y detenido por la PDI de Traiguén

Se trata del mismo menor que ha sufrido en ocasiones anteriores violencia por parte de las policías, siendo incluso herido con perdigones disparados por carabineros con escopetas antimotines

Por Director

10/12/2008

Publicado en

Justicia y DD.HH

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Se trata del mismo menor que ha sufrido en ocasiones anteriores violencia por parte de las policías, siendo incluso herido con perdigones disparados por carabineros con escopetas antimotines.  La Policía de Investigaciones de Victoria, confirmó que desde Traiguén había sido trasladado a esa unidad, pero argumentan haberlo dejado en libertad, sin señalar el lugar ni las circunstancias.  Un primo del pequeño, que también fue detenido y dejado abandonado posteriormente a 15 kilómetros de su comunidad, fue testigo de los gravosos hechos.

Tras haber transcurrido más de 24 horas desde que el niño mapuche P.Q.M. fue irregularmente detenido alrededor de las 09:00 horas del pasado jueves 04 de diciembre en el  sector de los cerros del ex Fundo Alaska, en la Comuna de Ercilla, cuando realizaba labores de cuidado de animales pertenecientes a su familia, sin que hasta ahora se conozca su paradero, el werken de la comunidad de Temucuicui y tío del menor, Víctor Queipul un recurso de amparo ante la Corte de Apelaciones de Temuco.  El escrito fue entregado en el domicilio del secretario de dicho tribunal ayer viernes 5 de diciembre.

Al regresar a su comunidad, Víctor Queipul abordó una camioneta junto a otros comuneros para buscar a P.Q.M. en el camino a Traiguén y otros caminos del sector.  En el sector de Quercheregua se encuentran con un lugareño de apellido Araneda, «quien les cuenta que por su casa había pasado el menor, muy golpeado, pidiendo un poco de agua.  Ellos le dieron también un poco de pan y una naranjas, y el niño aún choqueado lloró con ellos cuando les contaba todo lo ocurrido.  Luego le pidió a otros familiares que le encaminaran hacia su comunidad», cuenta Víctor Queipul.

Queipul regresó entonces rápidamente a su casa, donde el menor había llegado caminando cerca de las once de la noche, gracias a las indicaciones que le hicieran en Quercheregua.  P.Q.M. relató entonces cómo habían sido las últimas horas.  Luego de ser detenido y trasladado de una unidad a otra, fue abandonado en un camino rural, donde nuevamente «es interceptado por cinco personas que se identifican como funcionarios de investigaciones, quienes le dicen que tiene que colaborar, lo detienen y lo tienen toda la noche en un lugar que no sabe precisar, para luego volver a abandonarlo en el sector de El Fortín, en un camino vecinal.  Allí una abuela lo ayuda, pues se encontraba absolutamente perdido, y le indica cual es la ruta que debe seguir para encontrar el camino a Traiguén», continúa Queipul.

El pequeño cuenta que fue golpeado y que lo apuntaron con armas de fuego.  «Preguntándole si su tío, es decir yo, tenía armas, si teníamos animales robados y cómo participábamos nosotros, como familia, en el conflicto de tierras», finaliza Queipul, informando que el pequeño se encuentra exhausto, en muy malas condiciones de salud y recuperándose en cama.

Los hechos de la primera detención

Según información entregada por sus familiares, la detención se produce en el contexto de un operativo de la Policía de Investigaciones (PDI) de Traiguén, cuyo objetivo era la búsqueda de animales robados.  Un primo del menor (de 16 años) que lo acompaña en las labores de cuidado de animales y que también fue detenido por efectivos de la PDI para ser luego abandonado en el camino a Traiguén, distante a 15 kilómetros de la comunidad que tuvo que recorrer posteriormente a pie, fue el único testigo de los hechos, quien cerca de las 19:00 horas de ese mismo jueves puso en conocimiento a la familia de la gravosa detención.

De acuerdo al relato de su primo, P.Q.M. «fue rodeado y reducido entre golpes e insultos, siendo apuntado con las armas que portaban los funcionario policiales, y luego, por no portar su Cédula de Identidad, fue conducido descalzo a uno de los carros policiales, y retirado del lugar, con destino a la Unidad de Traiguén de PDI», señala el recurso.

Al conocer estos hechos, Víctor Queipul comunicó esta grave situación a los restantes werkenes de la comunidad, iniciándose de inmediato averiguaciones para determinar las causas por las que habría sido tan violentamente detenido. «En primer lugar nos comunicaron con el Comisario Romero de la PDI de Angol, quién manifestó que era efectivo que hubo un procedimiento en Temucuicui, pero que estuvo a cargo de la PDI de la ciudad de Traiguén.  Tras ello, nos comunicamos con PDI de dicha ciudad, donde fuimos atendidos por el detective Pablo Cid, quién también confirmó que se había detenido al niño, pero que había sido trasladado a la ciudad de Victoria.  Luego de llamar en reiteradas ocasiones a la Unidad de PDI de dicho lugar, se nos informó que había sido liberado, sin explicar la razón de la detención ni menos el lugar donde habría sido liberado», recuerda aún consternado.

Queipul realizó además gestiones ante la Comisión Asesora Presidencial de derechos de las personas, a través de la cual se envió un oficio dirigido a la Intendencia Regional, la Dirección Nacional de la PDI, y la Prefectura Regional de la PDI.  Sin que hasta ahora existan nuevos antecedentes o información proporcionado por las instancias oficiadas.

En opinión del Observatorio Ciudadano este reprochable hecho no contribuye a la las buenas relaciones de confianza que las instituciones debieran cuidad y salvaguardar. Al contrario, pone en riesgo algunas conquistas importantes de compromisos del estado para respetar los derechos humanos, especialmente de los derechos del niño, que en múltiples ocasiones ha sido vulnerada.  Todas estas graves violaciones a los derechos humanos y específicos de los niños han sido denunciadas por organizaciones tales como Human Right Watch, Amnistía Internacional, Asociación Americana de Juristas, Comisión Ética Contra la Tortura, Observatorio de Derechos de los Pueblos Indígenas (hoy Observatorio Ciudadano) y el Centro de Derechos Humanos de la Universidad Diego Portales, por citar algunos, y a nivel internacional por el propio Comité de Derechos del Niño, que hizo recomendaciones específicas al estado chileno sobre la situación de los niños mapuche.


Menor particularmente golpeado por la violencia policial

Esta no es la primera oportunidad en que P.Q.M. sufre violencia desmedida por parte de las policías, ya que en otras tres ocasiones ha sido golpeado e interrogado por la policía uniformada.

Otro hecho que marcó su vida a tan escasos años, ocurrió en el marco de un masivo allanamiento el 2006, cuando se dirigía a sus labores diarias junto a A.M. (11 años de edad).  Ambos escucharon fuertes disparos, por lo corrieron despavoridos hacia los cerros para no ser alcanzados por una bala de fuerzas especiales, permaneciendo perdidos hasta altas horas de la noche en precaria condición de salud y con principios de hipotermia.

Pero sin lugar a dudas uno de los hechos más ocurre el año pasado, cuando es herido con perdigones cuando el bus en que viajaba junto a otros miembros de su comunidad, es interceptado por la policía.  Ese martes 30 de noviembre de 2007, cerca de las 17:15 horas, P.Q.M con 12 años de edad fue ingresado al SAPU de Ercilla con un total de siete perdigones disparados por carabineros con escopetas antimotines, los que impactaron en su tórax, pierna y manos.  Pese a la gravedad de sus lesiones, los efectivos lo abandonaron en el lugar.  Y al igual que lo ocurrido el jueves pasado y en el allanamiento de 2006, el menor arriaba animales de su familia, en esta ocasión dentro de los terrenos pertenecientes a la Comunidad Ignacio Queipul Millanao.


Los derechos violados

De acuerdo al recurso de amparo presentado, la detención de P.Q.M. constituye una clara vulneración al derecho a la libertad personal y a la seguridad individual, consagrado en el numeral 7° del artículo 19 de la Constitución Política dado que: «(…) b) Nadie puede ser privado de su libertad personal ni ésta restringida sino en los casos y en la forma determinados por la Constitución y las leyes; c) Nadie puede ser arrestado o detenido sino por orden de funcionario público expresamente facultado por la ley y después de que dicha orden le sea intimada en forma legal.  Sin embargo, podrá ser detenido el que fuere sorprendido en delito flagrante, con el solo objeto de ser puesto a disposición del juez competente dentro de las veinticuatro horas siguientes.(…)».  Punto último que, claramente, no es el caso del niño.

La detención vulnera, por tratarse de un menor de 13 años, lo dispuesto por la Convención de Derechos del Niño, que en su artículo 37 impone a los Estados partes velar «…por que: a) Ningún niño sea sometido a torturas ni a otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes. (…); b) Ningún niño sea privado de su libertad ilegal o arbitrariamente.  La detención, el encarcelamiento o la prisión de un niño se llevará a cabo de conformidad con la ley y se utilizará tan sólo como medida de último recurso y durante el período más breve que proceda;…».


Por Paulina Acevedo

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