Ricardo Lagos niega «pacto de silencio» que impida conocer la verdad sobre los crímenes de la Dictadura

El ex presidente chileno Ricardo Lagos negó haber sido parte de un «pacto de silencio» que impidiera conocer la verdad y hacer justicia con relación a las violaciones de los derechos humanos cometidas durante la dictadura cívico-militar encabezada por Pinochet.

El ex mandatario socialista, que impulsó durante su mandato (2000-2006) la creación de la Comisión Valech, indicó que suponer la existencia de un pacto de esa naturaleza era «una falta de respeto» hacia el presidente de la República y los miembros de la comisión, que presidió el obispo Sergio Valech.

Lagos, de 79 años, hizo estas declaraciones al ser preguntado por el proyecto de ley impulsado por la presidenta Michelle Bachelet, que levanta el secreto que pesa sobre los testimonios prestados ante la Comisión Valech. En su informe, esta instancia llegó a la conclusión de que 33.000 chilenos fueron torturados y/o encarcelados por causas políticas durante la dictadura.

«El propósito de la Comisión fue conocer la verdad, no hacer justicia», porque «eso es tarea de los tribunales», puntualizó Lagos, cuestionado por las críticas al respecto del diputado comunista Hugo Gutiérrez, quien sostiene que el secreto del informe Valech impidió que se investigara en su momento a los militares que cometieron violaciones a los derechos humanos.

En ese sentido, el proyecto de ley impulsado por Bachelet -que se discutirá con urgencia en el Parlamento- pretende que se pueda avanzar en materia de justicia y reparación. Sobre este punto, el expresidente Lagos dijo sentirse «orgullo» de lo que hizo la Comisión Valech, pero recordó que su trabajo fue «como entrar al infierno de Dante» pues provocó el enojo de las Fuerzas Armadas.

«No conozco otro país del mundo que se haya atrevido a mirar en profundidad el drama de la tortura y la prisión política. Hay otros informes, pero sobre prisión política y tortura éste es único», expresó Lagos, quien agregó que a pesar de la confidencialidad que pesaba sobre los testimonios, hubo muchas personas que sentían miedo de haber contado sus historias. «Ese era el Chile del 2003″, recordó.