Víctor Hugo Cárdenas: “En Bolivia hay una especie de involución en los derechos sociales y culturales”

Víctor Hugo Cárdenas, ex vicepresidente boliviano durante el gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada y potencial candidato presidencial del Movimiento Katarista para las elecciones de 2015, es opositor acérrimo del actual mandatario altiplánico, Evo Morales, y en Chile dejó claro que entre indígenas también se “cuecen habas”.

Claro, a quien desconozca la variopinta composición de movimientos y partidos políticos de Bolivia, le parecería extraño que haya indígenas, y sobre todo aymara, que sean opositores a Evo Morales Ayma, pero -como en todo orden de cosas- en la esfera sociopolítica boliviana hay una gran diversidad, situación que vale destacar de nuestros vecinos del norte.

Cárdenas, quien denunció atentados en su contra de parte del Gobierno actual, no descarta ser el próximo candidato del partido indigenista “Movimiento Revolucionario Tupac Katari de Liberación” (popularmente conocido como Movimiento Katarista), donde es uno de sus fundadores, para las elecciones de Bolivia, mientras da conferencias sobre la situación política y social de los pueblos originarios, enfatizando en el proceso boliviano.

CRÍTICA

“El Movimiento Katarista está trabajando para articular un nueva opción democrática, el actual Gobierno está retrocediendo en varios planteamientos que se habían avanzado, por ejemplo en tierras colectivas, pero ahora el Gobierno favorece la titulación individual, por ello ha estado en conflicto con varios pueblos indígenas bolivianos”, aclaró Cárdenas, tras su participación en el  Seminario Internacional: «Desafíos de la Política Indígena en Latinoamérica», realizado en Temuco durante junio.

El ex vicepresidente, durante los años 1993 a 1997, y uno de los primeros aymara en el Ejecutivo de la historia republicana de Bolivia, afirma que el actual gobierno “está favoreciendo a los cocaleros en comparación otros sectores pueblos indígenas y campesinos. En Bolivia hay una especie de involución en los derechos sociales y culturales, por ejemplo, las mujeres indígenas, ahora están más postergadas que antes, hay una abierta manipulación de organizaciones indígenas en favor del Gobierno y eso no debería ocurrir en un Ejecutivo que se dice defensor de los pueblos originarios”, agregó el cuestionado político altiplánico que se autodefine como demócrata.

“Peor en el tema de la Madre Tierra, en el tema ambiental, para afuera hay un discurso lindo pero dentro del país no se aplican los conceptos indígenas, no se cumple el respeto a la madre tierra y en los sectores más contaminantes: Los mineros y cocaleros, el Gobierno no hace nada”, argumenta quien fuera parte del gobierno del “Goñi” que promoviera, en esos años, un amplio y polémico programa de reformas de privatización de empresas estatales.

Puntualiza su crítica a la actual conducción política de Evo haciendo una reflexión del movimiento social de su país. “El primer gobierno de Morales también fue muy problemático, porque hizo reformas en el papel, no en la realidad, y en el caso boliviano hay que hacerlo al revés. La Revolución de 1952 que hizo cambios muy importantes, se constitucionalizó en 1967, quince años después, pero fueron cambios en la realidad, este Gobierno comenzó con la asamblea constituyente, cambio en el papel no en la realidad, y  el papel aguanta todo pero los cambios en política se deben hacer en la realidad”, aseguró.

INDÍGENAS EN CHILE

Sobre la situación indígena en Chile, declaró tener poca información “las noticias son muy escasas en general en ese aspecto sobre lo que pasa en este país, sin embargo, tengo entendido que se ha ido cambiando la visión hacia los pueblos, aunque no haya Reconocimiento Constitucional, sí -se hizo- la ratificación del Convenio 169,  y actualmente están en procesos de diálogos que veo con optimismo”.

Asimismo expresó: “Me llamó la atención la creación de un partido mapuche, aunque supe que sólo un 20 por ciento del voto en Chile es mapuche, eso ya es un buen comienzo, en Bolivia pasó lo mismo”, concluyó.

Por Leyla Noriega Zegarra

El Ciudadano