Un acuerdo de paz demanda la redistribución equitativa y justa de las riquezas

ELN: «La élite colombiana no está dispuesta a renunciar a sus intereses económicos»

El Estado neogranadino perciben a los exguerrilleros o grupos insurgentes político-militar, como la piedra de tranca para seguir vendiendo el país a empresas trasnacionales

Por Charilin Romero

19/07/2018

Publicado en

Latinoamérica

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ELN

Un acuerdo de paz en Colombia implica que todos los sectores sociales se sienten a negociar la redistribución equitativa y justa de las riquezas, pero esto no sucederá porque las élites que controlan el Estado neogranadino perciben a los exguerrilleros o grupos insurgentes político-militar como la piedra de tranca para seguir vendiendo el país a empresas trasnacionales.

El comandante Uriel del Frente de Guerra Occidental Omar Gómez del Ejército de Liberación Nacional (ELN), sostiene una postura escéptica de la voluntad de paz del Gobierno y aseguró que de efectuarse una redistribución de las riquezas «la gran mayoría del pueblo no tiene nada que perder, pero la élite que domina el país y controla el Estado vería afectados sus intereses económicos y patrimonio».

En una entrevista internacional publicada en su blogspot, este insurgente negó que el movimiento este vinculado al narcotráfico y aseguró que hasta la fecha el Gobierno colombiano no ha podido demostrarlo.

«Muchos medios, de manera inescrupulosa, replican estas mentiras sin cuestionarse en ningún momento que es el sistema capitalista el que es adicto; pues se estima que son más de 700 mil millones de dólares anuales el lucro a escala mundial, por el negocio de narcóticos. La gran mayoría, legalizados dentro del sistema financiero», acotó.

Precisó que en la zona donde opera el Frente de Guerra Occidental Omar Gómez, al negocio del narcotráfico «se le cobra impuesto, en todos los eslabones a los que tengamos alcance» al igual que a todas las actividades económicas que se desarrollan en la zonas de influencia.

Destacó que realizan trabajo político en las comunidades para fortalecer los procesos organizativos destinados a los cambios sociales desde el empoderamiento de los lideres y lideresas para que ejerzan su autogobierno y construyan el poder popular.

Mercenarios venden información irreal del ELN

Manifestó que las malas impresiones que tiene el pueblo acerca del ELN,  se debe a que organizaciones no gubernamentales y personas ajenas que creen tener autoridad, opinan sobre el movimiento satanisándolos. Éstos elenologos se han convertido  en mercenarios.

«Estos se lucran del sufrimiento de las gentes y gestionan recursos a nombre de un conflicto que no han padecido, recursos que se quedan en su vida burocrática y acomodada, y nunca llegan a las comunidades afectadas», expresó.

Consenso de paz

El comandante Uriel indicó que en el encuentro del pasado diciembre en San Juan, los lazos entre pueblo y guerrilla se fortalecieron en función de una misma visión de paz y necesidades.

A su vez, señaló que en una reunión con lideres indígenas se aclararon situaciones donde acusaban a la organización; ésta exhortó a la población a que  demostrarán un hecho que los vinculara, pero al final concluyeron que las inculpaciones eran infundadas.

«No es en vano nuestra consigna que dice que somos los hijos y las hijas del pueblo, porque lo somos. Nacemos y nos fortalecemos en las comunidades, sin su apoyo no podríamos seguir en este camino de lucha», alegó.

Acuerdo del Chocó

El líder Uriel del ELN dijo que algunos sectores del Chocó plantearon un Acuerdo Humanitario, sin embargo, el ELN consideró que lo importante es hablar de la inclusión social del Departamento, por ello en un debate fue transformada la concepción del pacto, denominándose Acuerdo Social y Humanitario para el Chocó, donde líderes y lideresas de la región, se sienten más identificadas.

Con el Acuerdo Social y Humanitario para el Chocó, donde líderes y lideresas de la región se sienten más identificadas

Entre los puntos del acuerdo se consideró que en lo humanitario había que bajarle la intensidad a la confrontación, por ejemplo, evitar el servicio militar obligatorio que manda a nuestros jóvenes de carne de cañón a la guerra. Otro de los temas era acabar con los empadronamientos en las vías de acceso que aíslan zonas e imponen un régimen de terror, entender que poner a la población en labores de delación e informantes es involucrarlos en el conflicto, perdiendo su carácter de no combatientes, entre otras.

En cuanto a lo social, «abrir oportunidades para la juventud, salud, educación, vivienda digna, trabajo digno, infraestructura, vías de acceso, fuentes de empleo, cadena de comercialización de los productos… Mejor dicho, todo lo que dicen los candidatos en época de campaña pero que se queda en letra muerta», comentó Uriel.

Fuerza Armada de Colombia y paramilitares son un solo cuerpo

Paramilitares y Fuerzas Armadas del Estado son uno

Uriel denunció que los paramilitares que hacen vida en el Chocó y las Fuerzas Armadas del Estado, son partes de un solo cuerpo y estos en los últimos tres años han operado de manera descarada como en los años noventa.

Estos se ven en una sola patrulla, bien sea como paramilitares o Fuerzas Armadas presentándose en los afluentes  del margen occidental del Atrato y que han sido denunciados por las comunidades indígenas, no obstante los organismos de seguridad, se han hecho de oídos sordos.

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