Las encuestas le dan la victoria y colocan el PRI en tercer lugar

La revancha de López Obrador, el candidato que asusta a las élites financieras de México

Las elecciones del próximo 1 de julio podrían hacer que el representante de la izquierda sucediera a Enrique Peña Nieto en la presidencia del gobierno federal, en una particular alianza con el Partido del Trabajo y el conservador PES.

A tres meses de los comicios federales de México el candidato de la alianza Juntos Haremos Historia, Andrés Manuel López Obrador, del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), parte como favorito en las encuestas para suceder a Enrique Peña Nieto en la presidencia del gobierno.

Las últimas encuestas colocan a López Obrador, conocido como AMLO, con el 40% de los votos, seguido por el candidato del Partido de Acción Nacional (PAN), Ricardo Anaya, que encabeza la coalición Por México al Frente (27%). Por su parte, José Antonio Meade, quien formó parte del gobierno priista de Peña Nieto, obtendría el 22% de los comicios, y la candidata independiente y ex PAN Margarita Zavala, el 6%.

López Labrador afronta su tercera campaña electoral en 12 años, después de perder las elecciones en 2006 y 2012, ante el panista Felipe Calderón primero y Peña Nieto después, bajo denuncias de fraude electoral. De hecho, en su primera participación electoral, AMLO no aceptó su derrota por el 0,56% y se proclamó presidente legítimo.

Enrique Peña Nieto

De acuerdo con los documentos obtenidos en el año 2012 por The Guardian, el Grupo Televisa, el imperio más grande del mundo en lengua española, favoreció la candidatura de Peña Nieto con el objetivo de perjudicar la de López Obrador en 2006. Por su parte, AMLO advirtió a comienzos de marzo que no contendrá las protestas en caso de haber de nuevo fraude electoral: “el que suelte el tigre que lo amarre, ya no voy a estar yo deteniendo a la gente”, señaló entonces.

“Bajar el sueldo a los de arriba y aumentarlo a los de abajo”

En esta ocasión el partido de López Obrador se presenta junto el Partido del Trabajo (PT) y el Partido Encuentro Social (PES), la agrupación conservadora que mantiene posturas en contra del aborto y el matrimonio entre homosexuales. López Obrador defendió esta alianza afirmando que la coalición comparte valores culturales, morales y espirituales, “para buscar el bienestar del alma, no sólo de pan vive el hombre”.  

En tanto, el líder del PES, Hugo Eric Flores, justificó la alianza defendiendo que “lo más importante es lograr el cambio político en nuestro país”. Por su parte, la alianza, no exenta de discrepancias, puede hacer que López Obrador gane votos, principalmente del norte, y obtenga más minutos en spots electorales.

AMLO se presenta a estos comicios con un programa para fortalecer el consumo interno, luchar contra las élites del país y la corrupción, bajar el sueldo a los altos funcionarios y plantar cara a las políticas neoliberales de los gobiernos anteriores y, en especial, a las privatizaciones del sexenio de Salinas de Gortari (1988-1994). “Vamos a bajar el sueldo a los de arriba y vamos a aumentarlo a los de abajo”, sentenció en el arranque de su campaña en Ciudad Juárez.

Carlos Salinas de Gortari

El pasado enero, AMLO sentenció en una entrevista a Tabasco Hoy que está dispuesto a perdonar a sus adversarios políticos priistas, Peña Nieto y Salinas de Gortari, para unir el país “bajo las reglas de cero corrupción y cero impunidad”. Así pues, afirmó que en caso de ser elegido presidente no habrá ningún tipo de persecución política, dejando de lado las fuertes disputas de los últimos años.

Por otro lado, el programa de López Obrador hizo sonar las alarmas de la banca internacional, quien anticipa su triunfo en los próximos comicios. Así lo adelantó el semanario mexicano Proceso, quien obtuvo el informe “México: Manual sobre la elección de 2018”, elaborado por Citi Research, la entidad de investigación del mayor grupo financiero del mundo, Citigroup.

En él se da constancia del enojo de los mexicanos por los escándalos de corrupción tanto del PAN como del PRI y del “deseo de cambio” que prevalece en el país. A su vez, se asume con resignación que el triunfo de AMLO es inevitable. Sin embargo, por su parte, el candidato tabasqueño trató de tranquilizar a comienzos del pasado marzo a la banca descartando subidas fiscales, nacionalizaciones o expropiaciones.

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