Son obligados a sembrar y cuidar cultivos de droga

Narco recluta a niños y jóvenes Raramuri

Organizaciones indígenas del estado de Chihuahua, denunciaron que el crimen organizado ha incrementado el desarrollo de sus sembradíos en la Sierra Tarahumara, y ante la falta de personal y el aumento de su producción, dio pie al secuestro de jóvenes de entre 12 y 18 años, reclutándolos a sus filas para la siembra y cosecha de la droga; para más tarde, prepararlos como halcones y sicarios al servicio de los mismos; se señala a los cárteles de Juárez y Sinaloa como los responsables.

Por El Ciudadano México

26/12/2015

Publicado en

Latinoamérica / México

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Organizaciones indígenas del estado de Chihuahua, denunciaron que el crimen organizado ha incrementado el desarrollo de sus sembradíos en la Sierra Tarahumara, y ante la falta de personal y el aumento de su producción, dio pie al secuestro de jóvenes de entre 12 y 18 años, reclutándolos a sus filas para la siembra y cosecha de la droga; para más tarde, prepararlos como halcones y sicarios al servicio de los mismos;  se señala a los cárteles de Juárez y Sinaloa como los responsables.

Los jóvenes son levantados de las escuelas donde estudian, principalmente Telesecundarias y Telebachilleres, para ser seleccionados considerando sus capacidades para el trabajo. Después de un periodo, cuando ya no  son útiles, los asesinan abandonándolos entre el bosque,  según una denuncia de Efraín Aguirre Palma, Coordinador General de la Organización de las Etnias del Estado de Chihuahua, hechos de los cuales las autoridades no dan cuenta por tratarse de indígenas.

 “No hay quien haga justicia, eso ha creado un caos en la sierra, pero ante el miedo las familias prefieren callar, ya no creen en las autoridades, dicen que los delincuentes y ellos son los mismo,” señaló Aguirre Palma.

El representante indígena, señaló que aquellos que logran escapar, regresan a sus comunidades, para más tarde ser buscados por los criminales y matarlos, con el fin de que no puedan denunciar ante las autoridades. Incluso, “han llegado a matar a los perros de estas familias para que en la noche no ladren y les adviertan sobre su presencia,” indicó.

Los cadáveres en ocasiones no son encontrados por sus familiares porque los esconden en sitios demasiado alejados, y cuando los encuentran las autoridades ministeriales, no dan fe de los mismos, a menos de que se trate de alguien que tenga dinero, denunció Aguirre Palma.

El hecho de que no haya autoridad que haga justicia en la región, ha generado un caos entre la población por la inseguridad en que viven, pues el afán de los carteles es aumentar las extensiones de sus plantíos, los que los ha llevado a destruir los bosques para sus sembradíos.

Esta situación se agudiza en los municipios de Guadalupe y Calvo, Guachochi, Balleza, Morelos, Batopilas, Urique, Bocyna y la región de Madera.

Con Información de NorteDigital

Por: Gerardo Sánchez

El Ciudadano 

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