Ultraderecha nicaragüense causa destrozos a un día de la marcha de reconciliación nacional

Este miércoles, sectores de la oposición nicaragüense salieron a las calles bajo el pretexto de movilizarse a favor de la paz y la estabilidad del país pero horas más tardes, eta manifestación se convirtió en el escenario idóneo para continuar ejecutando actos de violencia.

Bajo el lema de ‘Por la justicia y la democratización‘, los manifestantes salieron desde los alrededores de la Catedral de Managua y finalizaron su recorrido en la rotonda Cristo Rey.

Según reseñó Prensa Latina, al final el recorrido los manifestantes optaron por incendiar varios de los luminosos árboles de la vida, unas de las infraestructuras más emblemáticas de la ciudad de Managua y que constituyen una inversión de más de 3.3 millones de dólares.

De igual forma, las personas que asistieron a la jornada cubrieron su rostro y procedieron a usar armas blancas para cometer actos vandálicos en la zona, además de agredir con piedras a un medio de transporte público, en el que se encontraban mujeres y niños, generando así un clima de tensión entre los pasajeros.

Militantes de la paz

En paralelo a estas acciones violentas, otra actividad se desarrolló a pocos kilómetros de la zona, donde personas afectas al gobierno nacional elevaron su voz para que se acabe esta situación que ha afectado a diversas familias en el país.

A esta jornada asistió el secretario general del Frente Nacional de Trabajadores, Gustavo Porras, quien manifestó que en el país centroamericano hay un pueblo convencido de que el único camino para derrotar a quienes pretenden fomentar la violencia, es el diálogo y la continuidad en el Gobierno del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN).

Desde el pasado 18 de abril, en Nicaragua se desató una ola de violencia impulsada  por sectores de la derecha nicaragüense, quienes utilizaron el descontento de una minoría de la población con la propuesta de reforma al seguro social, para generar un clima de zozobra en el país.

Estos hechos  dejaron el trágico saldo de una decena de muertos e cientos de heridos e innumerables daños a infraestructuras públicas y privadas.