Tecnología de defensa, claves geográficas y otros factores

Aumenta la presión de EE.UU. ¿Qué pasaría si hay una invasión a Venezuela?

Lo cierto es que todos los escenarios de una posible invasión son perjudiciales no sólo para Venezuela, sino para el continente y quizá el mundo. Las consecuencias serían catastróficas, las pérdidas humanas incuantificables y las posibilidades de que ocurra cada día aumentan

Por Ronald Ángel

30/01/2019

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Una invasión militar en Venezuela no es fácil. De ser así EE.UU. la hubiese activado hace mucho tiempo, en lugar de presionar política y mediáticamente, métodos «alternativos» y tácticas de «golpe suave», como le ha llamado Gene Sharp en su libro “De la dictadura a la democracia”, un manual golpista cuya última fase describe, el golpe final contra un gobierno, es la creación de un Estado paralelo.

Por su parte, Venezuela cuenta con uno de  los mejores sistemas de defensa a nivel mundial. Aire, tierra y mar. Por esto, EE.UU. debe contar con el apoyo de otros países suramericanos para ejecutar la acción invasora.

El sistema de defensa antiaéreo venezolano se encuentra entre los más efectivos del mundo

El vecino Colombia, la clave

El primero en la lista es Colombia, uno de sus principales aliados y territorio en el que el Pentágono cuenta con al menos 8 bases militares y todo un aparato logístico como armamento y tropas listas para ejecutar.

Pero Colombia ha sido enfática en que buscará siempre una salida diplomática sobre el caso de Venezuela y asegura que la acción bélica está descartada. Eso en lo oficial, pues no se descarta que Colombia utilice contingente ajeno a sus FFAA.

Pero si Colombia decide incursionar militarmente contra Venezuela se vería seriamente afectado en el conflicto, ya que no solamente recibiría una masiva entrada de migrantes venezolanos sino también las consecuencias de la guerra, como la destrucción de su infraestructura civil y militar, la radicalización de la guerra armada interna con el protagonismo de grupos subversivos de izquierda como el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y el regreso de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia – Ejército del Pueblo (FARC-EP).

Miembros del Ejército de LIberación Nacional (ELN). Éste conflicto podría reactivarse si Colombia participa de una invasión a Venezuela

A eso se sumaría el daño potencial que realizaría el ejército venezolano contra sus tropas y estructuras militares, pues Venezuela cuenta con un sistema antimisiles ruso que está entre los más potentes del planeta, así como otro tipo de armamento aéreo que en pocos minutos podría detener su incursión militar.

Los otros vecinos

Otros socios de EE.UU. que hipotéticamente podrían apoyar militarmente una invasión a Venezuela son Guyana, Brasil, Ecuador, Perú, Chile y Argentina. En el caso de Perú, Chile y Argentina, tendrían que enfrentarse no sólo a problemas de logística a causa de la distancia del territorio venezolano y, además, a la posibilidad de producir un eventual apoyo militar a Venezuela desde Bolivia, Nicaragua, Cuba y otros países del Caribe que apoyan al gobierno legítimo de Nicolás Maduro. Pero claro, esta es solamente una hipótesis.

Miembro de la FANB equipo de asalto

De cualquier forma, la violencia en territorio fronterizo venezolano podría hacer haría resurgir las guerrillas armadas. Este escenario, de conflicto generalizado sólo es previsible en el caso que no intervengan otras naciones como Rusia, China e India, socios estratégicos y aliados comerciales de Venezuela, que cuentan además con tropas militares y armas nucleares y de destrucción masiva de las más letales y efectivas del planeta, mismas que han logrado evitar que EE.UU. intente agredirlos.

El ejército venezolano (FANB)

Venezuela tiene  de defenderse con efectividad. Su ejército es el único latinoamericano que ha logrado participar en las Olimpiadas Mundiales Militares y ha sido finalista en varios renglones, incluso ha pasado por encima de varias potencias armamentistas que tienen conflictos bélicos activos.

Las tropas venezolanas también cuentan con 2.000 sistemas antiaéreos personales que pueden movilizarse a cualquier lugar y ser lanzados desde donde sea necesario. Además, el país suramericano cuenta con una industria militar que fabrica armas y municiones, como lanzagranadas, granadas, fusiles, revólveres, armas para francotiradores de gran potencia capaces de atravesar vehículos blindados, drones de vigilancia, vehículos militares, entre otros.

Los cinco componentes de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) integrada por el Ejército, la Guardia Nacional, la Aviación, la Marina y la Milicia, suman casi 2 millones de efectivos, que a su vez cuentan con 300 tanques blindados anfibios (capaces de estar en tierra y agua), 300 camiones blindados, 80 carros de combate, 95 aeronaves de entrenamiento que están disponibles para la guerra, 33 cazas bombarderos (10 F16 y 23 Suhkoi), 13 helicópteros de guerra, 76 buques y 20 aeronaves marinas, armamento ligero, lanzagranadas, cohetes guiados, misiles antitanques, sistemas antiaéreos portátiles, 6 fragatas misilísticas, 4 patrulleros oceánicos, 2 submarinos, entre otros.

Parte de la Armada en ejercicios

Además, a las tropas militares se suman los efectivos de la Policía Nacional Bolivariana y las fuerzas de acción especial de Contrainteligencia Militar, DAES, FAES, SEBIN, entre otros.

Otro punto a favor de las tropas venezolanas son sus sistemas antiaéreos de largo, mediano y corto alcance así como las estrategias militares de campo, que cuentan con el estudio de todas las tácticas de guerra frontal, convencional y no convencional adecuadas al territorio de selvas y montañas, así como zonas áridas y frías.

Si EE.UU. decide actuar Venezuela se defenderá en todos los escenarios

La invasión de EE.UU. contra Venezuela se daría de manera unilateral, con el argumento de defender sus intereses y la seguridad nacional de su país, pues ya Venezuela cuenta con el calificativo de amenaza.

Comando de Operaciones Especiales, Venezuela

Lo previsible es que las tropas estadounidense se dirijan hacia Venezuela y hagan ataques durante la noche contra aeropuertos, comandancias militares, y empresas estratégicas como las sedes de PDVSA, sistemas de energía eléctrica y telecomunicaciones, para cortar con cualquier tipo de conectividad de los ciudadanos con los medios y telefonía.

Al mismo tiempo serían atacados lugares emblemáticos que preservan la identidad cultural de los venezolanos, como el Panteón Nacional, la Biblioteca Nacional, el Instituto de Investigaciones Científicas (IVIC) y la Agencia Bolivariana de Actividades Espaciales (ABAE), todas consideradas como estratégicas por el Pentágono, pues así lo han hecho en invasiones como las realizadas contra Irak, Afganistán, Libia y Siria.

Los hospitales, centros educativos, medios de comunicación del Estado venezolano, Ministerios estratégicos como el de Relaciones Interiores, Justicia y Paz; de Comunicación e Información; de Planificación; de Finanzas, y las sedes de los Poderes Públicos sería atacadas con bombardeos aéreos y sometidas a la incursión de grupos de mercenarios y paramilitares que borrarían a toda persona cercana a estos lugares.

Las estaciones de servicio para carga de combustible también serían blanco de la guerra. Los servicios de agua potable serían inhabilitados, los supermercados cerrarían sus puertas, se cortarían las cadenas de distribución de alimentos del Estado y sólo tendrían acceso las tropas estadounidenses.

La población hambrienta saldría a saquear los establecimientos en busca de comida, otros grupos se armarían para defender a sus familias y otros más para unirse a la lucha contra las fuerzas invasoras, el caos reinaría en todo el país.

El dolor, la desolación y la destrucción se apoderan de los países que invade EE.UU.

Venezuela caería en una dura confrontación armada interna sin precedentes. El gobierno de EE.UU. designaría a un Presidente o a una Junta de gobierno conformada por civiles y militares subordinados a sus intereses.

Las fuerzas revolucionarias tomarían la clandestinidad y comenzarían a planificar su retorno para retomar el poder político y devolver el orden constitucional al país.

La ocupación podría durar décadas mientras las fuerzas patriotas luchan contra la invasión estadounidense. En ese contexto países aliados de Venezuela como Bolivia, Nicaragua, El Salvador, Cuba, los grupos subversivos de Colombia, así como las tropas de Irán, India, China y Rusia, planificarían una alianza internacional junto a otras naciones que intervendrían en Venezuela para devolver el orden al país y expulsar a EE.UU.

Lo cierto es que todos estos escenarios son perjudiciales no sólo para Venezuela, sino para el mundo, pues podría ser el conflicto venezolano el detonante de una tercera guerra mundial.

Las consecuencias son catastróficas, las pérdidas humanas incuantificables y las posibilidades de que ocurra muy altas. Por eso, el gobierno venezolano insiste en la diplomacia de paz.

Uruguay y México han abogado por el diálogo; eso a pesar de la presión internacional que buscan obligar a que se hagan elecciones en Venezuela sin importar que ese proceso ya se cumplió en mayo de 2018.

La única salida sensata para Venezuela y el mundo es la paz, el respeto a su soberanía, a su constitución y a su proceso democrático soberano. Mientras tanto, EE.UU está empeñado en demonizar la figura de Maduro y otros miembros del gobierno venezolano, tal y como lo hicieron con Sadam Hussein, Bashar Al Assad, Muamar Gadafi, Fidel Castro, entre otros «enemigos».

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