La hiperinflación ha provocado que las personas con accesos a dólares vean mermada su capacidad de compra

En Venezuela precios de gaseosas, yogures y agua embotellada triplican al mercado internacional

Los precios en el país han dado un salto exponencial que, en menos de un mes, amenaza con diluir el aumento de más de 3.000% decretado por el Ejecutivo

Por Ronald Ángel

11/10/2018

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Venezuela

Rusia Today (RT) publicó este míercoles un extenso trabajo periodístico que explica como los precios de los distintos productos en Venezuela han aumentado exponencialmente, producto de la hiperinflación y la incertidumbre económica en el país, incluso tras el reciente aumento salarial de más de 3.000% decretado por el Ejecutivo, que se desvanece con el pasar de los días.

«Un yogurt a 12 dólares: Así es como la hiperinflación se «come» las divisas en Venezuela», cita el despacho de RT, donde explica que luego que el Gobierno venezolano aplicara el plan de recuperación económica, «los precios en el país han dado un salto exponencial que, en menos de un mes, amenaza con diluir el aumento de más de 3.000% decretado por el Ejecutivo».

La situación socio-económica en el país suramericano es tan inestable, que justo antes de que fueran anunciadas las medidas económicas por el Presidente, Nicolás Maduro, con el propósito de «derrotar la guerra económica inducida», los anaqueles de supermercados, abastos entre otras tiendas comerciales, se veían llenos de productos, algo que no ocurría en el país desde hace tiempo.

Pero tras las medidas decretadas el 20 de agosto de 2018, muchos comerciantes han bajado sus santamarías y otros desaparecieron los productos como si se tratara de «un espejismo», cita RT.

«En Caracas, apenas un día después del aumento del sueldo mínimo, buena parte del comercio escondió sus inventarios y empezó a mostrar estantes semivacíos, retornaron largas filas de personas que persiguen los 25 productos a precios regulados en algún operativo especial, la proteína animal prácticamente desapareció y los precios, que ya venían en una espiral hiperinflacionaria, se duplican o triplican en cuestión de horas», explica el portal ruso.

Agrega, que antes de las medidas económicas, «los comerciantes argumentaban que la falta de efectivo, el negocio de vender los billetes a 700% y el marcador del dólar paralelo eran los responsables de la fijación de precios. Sin embargo, desde que se aplicó el plan propuesto por el Ejecutivo, el circulante ha vuelto a las calles, se debilitó significativamente la venta de billetes y el dólar paralelo se ha mantenido estable. Entonces, ¿qué justifica ahora la escalada hiperinflacionaria?».

En Venezuela los anaqueles estaban llenos antes de las medidas económicas

«No hay nada que justifique esta escalada»

RT cita al economista, profesor universitario e investigador del Observatorio Venezolano de la Realidad Económica (OVRE), Ingerzon Freites, quien indica que uno de los factores determinantes es que el Gobierno no ha logrado ofrecer un clima de confianza que permita desactivar la volatilidad.

«Mira, un ejemplo que yo pongo siempre es el de mi amigo, el quesero. Su constante preocupación es cuál va a ser su costo de reposición, así que aunque sabe que su producto cuesta 100, lo vende a 200 porque especula que dentro de tres días, el intermediario se lo va a reponer en 150. Pase o no pase, es un tema psicológico que permea toda nuestra economía», explica Freites.

Es decir, actualmente la economía venezolana está fundamentada en «expectativas», en irrealidades y supuestos que son los que finalmente terminan siendo los elementos «lógicos» para fijar precios al mejor postor.

«No hay sustento ni técnico ni teórico», agrega el investigador de OVRE.

De igual forma, el economista Óscar Forero -citado por RT- agrega que «no hay nada que justifique esta escalada», pues en principio la realidad económica venezolana obedece al precio fijado por un dólar ilegal, conocido como negro o paralelo, que a su juico está «sobrevalorado e inflado».

Esa situación, argumenta Forero, deriva una serie de distorsiones como la depreciación artificial de la moneda nacional y la acción de los intermediarios en la cadena de distribución de productos, «que están aprovechando para sobrefacturar varias veces un mismo producto».

Pero en paralelo, Freites opina que en Venezuela también «ocurre un fenómeno relativamente inédito en los últimos años», mientras se deprecia de forma continua el bolívar, el dólar sufre -en los últimos meses- una fuerte depreciación en su poder de compra en el mercado.

«En enero, con un dólar se adquirían 800 gramos de queso blanco; en septiembre, solo se puede comprar un cuarto de kilo (…) Si esto sigue, ni las remesas ni los salarios dolarizados van a alcanzar el ritmo de la hiperinflación», detalla Freites.

Una vez el gobierno decretó las acciones económicas, los comerciantes vaciaron los anaqueles

Los productos en Venezuela son más caros

Además del deterioro del bolívar frente al dólar, la hiperinflación ha llegado a tal punto que para una persona que tenga acceso a la divisa norteamericana por trabajo, remesas o incluso como turista o negocios, puede evidencia como su capacidad de compra en Venezuela es mucho menor a la que tendría en el mercado internacional.

Agustín Otxotorena, un empresario vasco residente en Venezuela Agustín Otxotorena, compartió -durante el fin de semana pasado- varias fotografías en Facebook para denunciar como algunos rubros sobrepasan varias veces el precio internacional.

El texto de RT explica, como ejemplo, que en el caso del yogurt líquido de litro y medio, el costo es de 1.217 bolívares, equivalentes a 12 dólares a dólar paralelo.

«¿Cuántas botellas de yogurt podéis comprar en Europa y otros países con 12 dólares?», cuestionó Otxotorena.

Lo mismo ocurre con rubros como el agua embotellada y la gaseosas (refrescos), cuyo precio en Venezuela triplica el internacional. Por ejemplo, antes de los anuncios del Presidente Maduro, una cola de dos litros costaba 30 bolívares, luego pasó a 60 -tras las medidas- y en la actualidad la misma gaseosa cuesta por encima de los 350 bolívares.

Otxotorena también denunció que los comercios han remarcado las etiquetas con incrementos de hasta 350% en dos semanas, cuando en ese período no ha habido incrementos de «sueldos, ni la luz, ni el agua, ni la gasolina, ni el dólar. ¡Nada!».

«Los precios en dólares se disparan aún más si se toma en cuenta la tasa oficial de cambio, que se estima en 60 bolívares por dólar. Así, por ejemplo, ese mismo yogurt costaría 20 dólares, inaccesible para un trabajador que, tras el reciente incremento de 3.000% decretado por el Ejecutivo, gana un sueldo mínimo de 30 dólares», agrega RT.

«Hay todavía mucha incertidumbre, tanto en el mercado como en la propia economía, y eso genera desajustes», asegura Forero. El Gobierno ha dado un plazo de tres meses a la primera etapa del plan de recuperación económica, en la que el Estado asume el diferencial del aumento salarial, busca alcanzar el equilibrio fiscal y monetario, la recuperación del valor del trabajo y la productividad, así como un tipo de cambio real, que permita tener control sobre la inflación.

Para Forero, lo preocupante es que más allá de que las medidas ideadas por el Gobierno sean lógicas, la aplicación de las mismas es complicada porque la economía venezolana es altamente especulativa: «No podemos olvidar que en este país hay muchos intermediarios internos y una clase empresarial que no produce, sino que empaqueta».

«Eso no es nuevo. En los años 40, la misión técnica convocada por el entonces presidente Isaías Medina Angarita ya había determinado que nuestra economía tenía una tendencia a presentar precios por encima de las vecinas. Es un comportamiento propio que se alimenta de las dudas y la incertidumbre», agrega el economista citado por RT.

El gobierno venezolano ha logrado que las personas puedan tener acceso a billetes en efectivo que eran llevados hacia Colombia, Brasil y Curazao en contrabando para afectar la economía

«La única manera de resolver el caos de los precios es generando confianza»

Para Freites, el éxito del programa económico depende de tres variables: la estabilidad de precios de los bienes y servicios, el abastecimiento de productos básicos y complementarios, y que el tipo de cambio se aplique tal como fue estipulado por el nuevo convenio.

«La única manera de resolver el caos de los precios es generando confianza», subraya Freites y agrega: «Por ejemplo, se habla en el papel de una liberación del control de cambio y eso no se dio realmente. Se acordaron precios con las empresas monopólicas y estos no se respetaron. ¿Qué ocurrió allí? Eso debe evaluarse y corregirse antes de que sea peor», apunta.

«¿Qué es lo positivo de esto? Que los empresarios y comerciantes han dejado de tener la excusa de que la subida del dólar es determinante para la fijación de precios», sostiene.

Pero, agrega RT, «mientras la cotización de la divisa estadounidense va por las escaleras, el aumento de precios viaja en ascensor: el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha previsto una inflación de 10.000.000% para 2019 y el escenario es poco promisorio, pero ambos especialistas coinciden en que todavía se puede revertir o mitigar».

El economista Forero comenta que uno de los pasos imprescindibles para que eso ocurra, tiene que ver con un pronunciamiento del Banco Central de Venezuela (BCV) o el Instituto Nacional de Estadística (INE) que confirme o rebata los datos ofrecidos por el FMI.

«Ante tanta incertidumbre, el Gobierno debe generar espacios para la información oficial porque de lo contrario otros entes o instituciones serán los que emitan informes sobre el comportamiento de la economía», dice Forero, quien agrega que se deben «buscar mecanismos para recoger la liquidez» y evitar así la emisión de dinero inorgánico que apuntale la hiperinflación.

Además, Forero considera que el petro, la criptomoneda del gobierno venezolano, puede ser una alternativa efectiva «para sacar muchos bolívares del mercado».

Freites, por su parte, agrega que debe haber diálogo con los monopolios empresariales, con miras a estabilizar los precios y fortalecer el salario, porque «no hay fuerza para imponer nada y los actores económicos están impidiendo abiertamente que las reformas se den».

Tanto Freites como Forero, coinciden en que el Gobierno debe ejecutar las acciones rápido, sobre todo, ante la volátil inestabilidad del mercado en Venezuela.

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