Bolivia elige este domingo entre el retorno pleno del neoliberalismo o la transformación política e inclusión social

Las elecciones de este 18 de octubre definirán entre el retorno pleno del neoliberalismo o la restitución del proceso de transformación política e inclusión social iniciado en Bolivia por Evo Morales en 2006.

Por Leonardo Buitrago

18/10/2020

Publicado en

Bolivia / Latinoamérica / Portada

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Este domingo 18 de octubre Bolivia celebra elecciones presidenciales, los primeros comicios generales después que el expresidente de esa nación, Evo Morales fuera depuesto por un golpe de Estado, el pasado 10 de noviembre de 2019.

Según el Tribunal Supremo Electoral (TSE) de Bolivia, están llamados a concurrir a las urnas 7.332.925 bolivianos, de los cuales 30.631 ejercerán su voto desde el exterior.

Luego de que varios candidatos renunciaran, entre ellos la autoproclama presidenta de facto, Jeanine Añez, los principales partidos políticos que concurrirán a las urnas serán el MAS, Comunidad Ciudadana (CC) y la alianza Creemos.

El último sondeo electoral, a cargo de la encuestadora Ciesmori, que incluso fue reconocido y divulgado por el TSE, arrojó que el candidato del MAS, Luis Arce, se ubicaba en primer lugar, con 42,2 % de intención de voto, seguido por el representante de la CC, Carlos Mesa (33,1 %) y en tercer lugar el aspirante por Creemos, Fernando Camacho (16,7%).

La Ley de Régimen Electoral en el país sudamericano establece que para ganar las elecciones el candidato a presidente y vicepresidente deben obtener más del 50% de los votos válidos emitidos o el 40% de esos votos, pero debe sobrepasar al segundo candidato más votado con el 10% de los votos.

De acuerdo a la norma electoral, los resultados oficiales de las elecciones en Bolivia se sabrán una semana después a partir del día de la votación.

El TSE será la entidad encargada de difundir los resultados con los candidatos ganadores a la presidencia, vicepresidencia, senadores, diputados y representantes supraestatales.

En medio de la pandemia, las autoridades han dictado medidas para cuidar a los votantes de un posible contagio por coronavirus; por lo que se han implementado horarios para evitar las aglomeraciones.

Los electores con cédulas de identidad que terminen en 0, 1, 2, 3 y 4 pueden votar de 8:00 a 12:30 y las terminaciones en 5, 6, 7, 8 y 9 podrán acercarse a su centro de votación de 12.30 a 17.00.

Perfil de los candidatos

El representante del MAS y favorito en la contienda, Luis Arce, es un reconocido economista que ocupó el cargo de ministro de Economía bajo el mandato del expresidente Evo Morales, entre 2006 y 2017. Arce regresó a ocupar la cartera en 2019, siendo depuesto por el Golpe de Estado de noviembre del pasado año.

Como parte de su plan de gobierno, Arce promete una segunda etapa del «modelo socio-comunitario» que en los 14 años de Morales dio a Bolivia el ciclo de estabilidad y crecimiento más prolongado de su historia, con reducción de la pobreza y las desigualdades.

Por su parte, el candidato de la CC, Carlos Mesa, fue vicepresidente en el Gobierno del exmandatario Gonzalo Sánchez de Lozada, quien renunciara al cargo, tras protestas populares en octubre de 2003.

Después de la renuncia y huida de Lozada a Estados Unidos, Mesa ocupó brevemente el puesto presidencial, entre entre octubre de 2003 y marzo de 2005, cuando también fuera depuesto tras fuertes manifestaciones encabezadas por sindicatos mineros.

En estos comcicios Mesa vuelcva a ocupar el puesto de rival principal del MAS desde el cual en 2019 se declaró víctima de un fraude que nunca fue comprobado, pero que sirvió de argumento para fraguar el golpe de Estado contra Evo Morales.

Por sup arte, el aspirante a la presidencia por el partido Creemos, Fernando Camacho de 40 años, es un joven político que cobró relevancia política tras el Golpe de Estado de noviembre de 2019. Representa a la oligarquía blanca de Santa Cruz y se ha reconocido públicamente como admirador del presidente estadounidense, Donald Trump y el mandatario brasileño, Jair Bolsonaro.

País en crisis

El candidato que resulte electo recibirá un país sumido en una crisis múltiple, agravada y en parte provocada por la pandemia de COVID-19, y la administración de Jeanine Áñez. 

La economía tendrá crecimiento negativo este año por primera vez en dos décadas. De hecho, el Fondo Monetario Internacional pronosticao para 2020 una caída del 7,9% del Producto Interno Bruto, casi dos ppuntos orcentuales más que lo proyectado por el Gobierno, que ha paralizado inversiones y recortado otros gastos para compensar una fuerte caída de los ingresos internos y por exportaciones.

La crisis económica parece golpear más a los sectores informales y no asalariados, que constituyen la base social del MAS.

Al respecto, Luis Arce ha propuesto ampliar la política de bonos a la ciudadanía, para aliviar los efectos de la pandemia y reactivar la producción mediante el aumento de la demanda interna.

Los otros candidatos, sin propuestas concretas, han planteado en general incentivos a las empresas para la generación de empleos.

Lo cierto es que las elecciones de este 18 de octubre definirán entre el retorno pleno del neoliberalismo o la restitución del proceso de transformación política e inclusión social iniciado en Bolivia por Evo Morales en 2006.

Llamado a elecciones transparentes

Estos comicios generales se han presentado bajo grandes irregularidades provocados por el Gobierno de facto encabezado por Jeanine Añez.  Por lo que existe el temor de que se produzca un fraude electoral, o ante una holgada victoria de Luis Arce en primera vuelta, se registre otro golpe de Estado.

Varios de los observadores y acompañantes internacionales han sufrido amenazas y maltratos al llegar a La Paz y a última hora del sábado previo a  la jornada de votación de este domingo, el órgano electoral boliviano decidió prescindir del sistema de Difusión de Resultados Preliminares (DIREPRE), para no generar «incertidumbre» a la población en un «clima de alta polarización». y solo se trabajará con resultados oficiales.

Críticas a la posición de la OEA

Tanto exmandatariosCristina Fernández (Argentina), Lula da Silva (Brasil), Dilma Rousseff (Brasil) y Rafael Correa (Ecuador), así como excancilleres y representantes de diferentes países suscribieron una declaración en la que expresaron su grave preocupación sobre la posición de la Organización de Estados Americanos (OEA) y la actitud asumida por su Secretario General ante las elecciones de este domingo en Bolivia.

“La OEA carga con una gran responsabilidad en el deterioro de la democracia boliviana este último año”, afirmaron los firmantes de la declaración.

La Misión de Observación Electoral de la OEA en las elecciones de octubre del año pasado denunció la existencia de un “cambio drástico y difícil de justificar en la tendencia de la votación”, lo que derivó en la anulación de los comicios bolivianos y, tras movilizaciones ciudadanas y perder el apoyo de la policía y los militares, en la renuncia del expresidente Evo Morales.

Al respecto, los expresidentes aseguran que el informe de la OEA sirvió como base para lo que consideran un golpe de Estado contra Morales “y la constitución del actual gobierno de facto en Bolivia”

“Ante las numerosas evidencias de sus errores, la OEA debió iniciar una investigación de lo ocurrido y un proceso de reflexión de las máximas autoridades de la organización, pero, lejos de asumir de forma reflexiva los graves errores cometidos, el Secretario General Luis Almagro ha nombrado como Jefe de Misión de Observación Electoral a la misma persona que encabezó su misión en 2019. Esta decisión mina la confianza en la transparencia, neutralidad y el carácter técnico de la Misión de Observación Electoral de la OEA y constituye una abierta e irresponsable provocación por parte del Secretario General”, señala el comunicado.

Asimismo, los expresidentes expresaron que resulta de mucha preocupación que, “en lugar de condenar los atropellos a los derechos civiles y políticos cometidos por el gobierno de facto de Bolivia y los intentos antidemocráticos de proscribir al MAS y a sus candidatos, y en vez de llamar a elecciones pacíficas y rechazar la creciente y preocupante violencia preelectoral, el Secretario General de la OEA Luis Almagro decida dar relieve a las palabras del Ministerio del Interior de Bolivia sobre la posibilidad de “un nuevo fraude” del MAS”. “Estas actitudes no hacen sino polarizar de forma temeraria un escenario político ya tenso y conflictivo a pocos días de las elecciones”, añade el texto.

Finalmente, hicieron un llamado a la comunidad internacional para estar pendiente de que las elecciones del próximo domingo en Bolivia se desarrollen de forma transparente y sus resultados sean respetados.

Con información de TeleSur y Sputnik.

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