Bolsonaro y Trump firman acuerdo militar y elevan amenaza de invasión a Venezuela

Desde 2017, Estados Unidos ha proporcionado 46 millones de dólares a Brasil destinados a atender a venezolanos en ese país suramericano, reveló un artículo de al agencia Reuters

El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, firmó un acuerdo militar con Estados Unidos, para el «desarrollo de proyectos de defensa» que, según el jefe del Comando Sur, Craig Faller, «ayudará a enfrentar amenazas» como la que -a su juicio- representa Venezuela para el continente americano.

El llamado Acuerdo de Investigación, Desarrollo, Prueba y Evaluación (RDT&E), se firmó en la reciente visita de Bolsonaro a Florida, celebrada entre el 7 y 10 de marzo, y según el Ministerio de Defensa brasileño tiene como propósito ampliar el acceso al mercado estadounidense, así como formalizar otros pactos en el sector defensa.

El acuerdo permite alianzas en el desarrollo de tecnología de defensa por parte de compañías privadas, las cuales también podrán acceder a financiamiento público de ambos países y pedir recursos al fondo de investigación de defensa estadounidense.

Asimismo, el tratado reduce los procesos burocráticos en el comercio de productos de defensa brasileños que tengan como destino Estados Unidos.

En un comunicado, el Ministerio también mencionó que el RDT&E podría facilitar la entrada de productos brasileños en otros 28 países miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), la mayoría de los cuales tienen acceso al fondo de Defensa estadounidense.

Actualmente, el sector defensa brasileño está conformado por unas 220 firmas y exporta a unos 85 países.

El ministro de Defensa, Fernando Azevedo, mencionó que muy pocos países tienen “esta alianza militar” sustentada en búsqueda, investigación y alcance de pruebas vinculadas a intereses mutuos regionales.

Según el diario Folha de Sao Paulo, el acuerdo le servirá políticamente a Bolsonaro “para decir que su alineación a Donald Trump está dando sus frutos”, a costa de contribuir a incrementar el asedio y agresiones a una nación vecina como Venezuela.

Lo cierto es que el RDT&E comenzó a negociarse por iniciativa estadounidense en 2017, con el gobierno de facto de Michel Temer, aunque el acercamiento entre Bolsonaro y Trump aceleró las negociaciones.

En marzo de 2019, Brasil recibió el estatus de aliado privilegiado fuera de la OTAN, pero ese título por sí solo no significa nada sin tratados específicos, y el RDT&E le brinda sentido a dicha alianza.

El acuerdo, al ser internacional, debe ser ratificado por los Parlamentos de ambos países.  Según el Folha, se prevé la tramitación sea rápida, al estilo del texto de salvaguardas, que permitirá a EE. UU. lanzar cohetes desde la base de Alcántara (norte de Brasil) dentro de seis meses.

Brasil y EE. UU. sellaron una alianza militar que tiene como trasfondo aumentar las agresiones contra Venezuela. Foto: Resumen Latinoamericano.

Unidos contra Venezuela

«Es un acuerdo histórico», indicó  el jefe del Comando Sur, Craig Faller, quien recibió a Bolsonaro en la sede del Southcom, en Doral, Florida, convirtiéndolo en el primer Mandatario brasileño en visitar la institución responsable de las operaciones militares de Estados Unidos en Latinoamérica y el Caribe.

Faller indicó que  existen amenazas sobre la democracia de los países aliados y “sobre las seguridad nacional de Estados Unidos” y por eso Brasilia y Washington reafirman el compromiso de trabajar juntos para contener estas amenazas.

Según el Jefe del Comando Sur, el tratado permitirá ayudar a enfrentar el tipo de «amenazas» como la que Venezuela supone para EE. UU. y Brasil.

Destacó que los lazos entre Brasil y EE. UU. son históricamente fuertes y esta alianza se demuestra a través de fuertes ejercicios con naciones aliadas del Comando Sur, en referencia a  las prácticas realizadas en aguas internacionales cerca de Brasil en 2019.

Según el jefe del Comando Sur, Craig Faller, el acuerdo militar ayudará a enfrentar «amenazas» como la que supuestamente representa Venezuela. Foto: France 24

Algo que llama la atención es que, pocos días antes del viaje de Bolsonaro a Estados Unidos, la cuarta en menos de quince meses, la Cancillería brasileña anunció el retiro de sus diplomáticos en Venezuela.

Durante el encuentro que sostuvieron en la Florida , Trump y Bolsonaro reiteraron su apoyo al autoproclamado “presidente interino” de Venezuela, Juan Guaidó, para que continúe con su agenda desestabilizadora orientada a derrocar, sin éxito hasta ahora, al presidente constitucional de la nación caribeña, Nicolás Maduro.

La agenda de Bolsonaro también incluyó un encuentro con los senadores Marco Rubio y Rick Scott, dos de los mayores activistas contra el Gobierno venezolano del Partido Republicano.

La agencia Reuters reseñó que un alto funcionario de la Casa Blanca indicó a los medios que ambos mandatarios discutirían la «maximización» de la presión a Nicolás Maduro.

Según esa misma fuente, la presión ahora mismo contra Maduro está «rondando el 60 %» y se incrementará en marzo al «máximo», en alianza con Colombia y demás integrantes del Grupo de Lima, «para lograr la democracia» en Venezuela. Esto cobra sentido, tomando en cuenta que Bolsonaro, junto con su homólogo colombiano, Iván Duque, han asumido el liderazgo en la guerra y agresiones contra Venezuela.

De hecho, antes de su reunión con Bolsonaro, Trump había recibido cinco días antes a Duque en la Casa Blanca. Mientras que, a finales de enero, Colombia y Estados Unidos realizaron una serie de ejercicios militares conjuntos.

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Asimismo, el inquilino de la Casa Blanca decidió extender la vigencia del decreto que califica a Venezuela como una «amenaza inusual y extraordinaria» para la seguridad nacional y la política exterior de Estados Unidos.

La revelación de Reuters coincide con el comunicado del Departamento de Estado que afirma que “Estados Unidos aplaude a Brasil por su liderazgo en el apoyo a la restauración de la democracia y el fin de la crisis humanitaria en Venezuela”.

Al respecto, el Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (Celag) recordó que en enero la Agencia Internacional para el Desarrollo (USAID) y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) lanzaron la “Integración Económica de Naciones Vulnerables a Venezuela”, en el marco del programa brasileño destinado a la “asistencia” de venezolanos.

Ese programa incluye cuatro millones de dólares, que se suman al total de 15 millones asignados por la USAID para la asistencia humanitaria a venezolanos en Brasil.

“Desde el año fiscal 2017, EE. UU. ha proporcionado 46 millones de dólares a Brasil destinados a atender a venezolanos en dicho país”, destacó el artículo firmado por las periodistas Silvina Romano y  Tamara Lajtman.

El bloqueo naval es una más de las tácticas de asedio a Venezuela que adelanta la Casa Blanca. Foto: Axios.

¿Nuevas agresiones y bloqueo naval?

Consciente de la amenaza que supone el acuerdo suscrito por Bolsonaro con el Comando Sur, Venezuela rechazó la «agenda militar» formada por Estados Unidos, Brasil y Colombia.

«¿Por qué Estados Unidos y Brasil o Estados Unidos y Colombia deben tener en su agenda militar a Venezuela?», preguntó el canciller  del país caribeño, Jorge Arreaza,  en una declaración ante el cuerpo diplomático acreditado en Caracas.

El diplomático acusó a Craig Faller de preparar «una operación a gran escala» contra el pueblo venezolano y condenó que desde la Casa Blanca se busque activar el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR) e involucrar a Venezuela con supuestos grupos terroristas.

 “Actualmente el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro firmó un acuerdo con el jefe del Comando Sur y en la agenda aparece Venezuela en primer lugar”.

Adicionalmente, Arreaza denunció que las nuevas agresiones, bloqueos y medidas coercitivas impuestas por los Gobiernos de Estados Unidos, Brasil y Colombia afectan de manera significativa a su país.

El Canciller detalló que estas medidas han sido impuestas desde el 2014. Sin embargo, han tenido más énfasis desde 2017 a partir de los ataques y amenazas que se han hecho contra la nación Bolivariana.

Denunció también que desde febrero se ha desatado una táctica dentro del Plan Estratégico Imperialista, que incluye la nueva amenaza del “bloqueo naval”, que se sumaría a las sanciones impuestas por Washington contra el país caribeño y su estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA).

«El bloqueo naval es reconocido por la ONU como una modalidad del uso de la fuerza (…) es un acto de guerra. Sin embargo, se plantea en la Oficina Oval, en el Departamento de Defensa, en el Departamento de Estado, en visitas de presidentes de gobiernos latinoamericanos a Estados Unidos», expresó.

No obstante, Arreaza ratificó que Caracas continuará denunciando ante los organismos internacionales las agresiones perpetradas por Washington y sus cómplices contra los venezolanos.

“Por eso vamos a Naciones Unidas, para que la comunidad internacional pueda neutralizar estos ataques contra el pueblo de Venezuela”, agregó. 

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